«Es evidente una mejora en educación», dijo Sileoni al referirse a la evaluación de aprendizaje

El ministro de Educación afirmó que «vamos en el camino indicado» al referirse a la evaluación de aprendizaje 2010 realizado a estudiantes secundarios de todo el país. «La escuela ha cambiado su centro; durante una década fue el comedor y ahora empieza a tener la capacidad natrual de enseñanza».

 El ministro de Educación, Alberto Sileoni, afirmó que el resultado de la evaluación de aprendizaje indica que “vamos por el camino indicado” e hizo notar que “si analizamos comparativamente la misma prueba técnica (realizada a los alumnos secundarios) vemos una gran migración de resultados bajos a resultados medios”.

 

En una entrevista al diario Tiempo Argentino, publicada en su edición de hoy Sileoni, junto a Jaime Perczyk, jefe de asesores del Gabinete y actual secretario de la cartera, y Eduardo Aragundi, subsecretario de Planeamiento Educativo, analizaron los resultados del operativo de evaluación.

 

Los tramos centrales del reportaje son los siguientes:

 

–¿Cómo analizan los resultados del ONE?

 

Sileoni: –Nuestra interpretación es que vamos por el camino indicado. No es euforia, pero si analizamos comparativamente la misma prueba técnica y metodológicamente de 2007, vemos una gran migración de resultados bajos a resultados medios. Esto es una buena noticia. En Lengua hay una voz de alarma, pero sigue siendo la asignatura con los mejores rendimientos: un 74%. Una interpretación puede ser: el 30% tiene resultados bajos en Matemática o Sociales. Es una lenta mejora, y evidente, en la educación argentina y tiene explicaciones. Todavía la variable que mejor explica el rendimiento de los alumnos es la social y económica. Es muy importante la escolaridad de los padres y es muchísimo más importante la escolaridad de las madres para ser más específico. También es muy importante todo lo que pueden ser las materialidades, estudiar en una mejor escuela, tener más útiles. La escuela ha cambiado su centro, durante una década fue el comedor y ahora vuelve lentamente a tornarse una rutina más racional, no digo que estemos en el paraíso, empieza a volver a tener la escuela esa capacidad natural de enseñanza. Si las familias van más armadas y recuperan cierta dignidad mínima y los maestros hacen su tarea, hay una inercia positiva del sistema educativo, después podemos añadir otras acciones específicas, hay estrategias para enseñar mejor Lengua…

 

–¿Qué políticas habrá para mejorar el rendimiento en Lengua?

 

S.: –Hay programas como “Los científicos van a la escuela”. La alfabetización inicial es una estrategia, enseñarles a los pibes a leer, mucha lectura, bibliotecas… Si cada vez tenés menos fotocopias y más libros, estas cuestiones empiezan a tener una significación. No queremos relacionar todavía muy estrechamente esto con Conectar Igualdad pero el año pasado, cuando se tomaron estas pruebas ya había pibes con compus. Hoy hay 1.800.000 y al final del año que viene va a ver 3,6 millones entregadas. Todos los pibes de la secundaria pública, que son 2,5 millones de pibes, y sus docentes van a tener computadoras. No hacemos sencillísimo, decir te llegó una computadora y por arte de magia mejora la educación: hay 5000 recursos adentro de las computadoras, cuadernillos de todas las materias, capacitación docente y se empieza a ver lo que otros ven en otros países, es un círculo virtuoso, es el natural proceso de mejora que se ha dado en otros países. Nosotros llegamos al 6,4% del PBI. Roguemos como sociedad de hacer diez años sostenido el 6,4 de PBI en la Argentina. Además hay más clases, en la escuela hay un mejor clima.

 

–¿Y para la próxima evaluación hay algún objetivo?

 

S.: –Siempre, que es el objetivo que nos exigiría cualquiera como padre y nos exige la sociedad: mejorar. Por supuesto que vemos qué se puede mejorar y ahí tenemos una voz de alerta en Lengua, que hay un descenso, tenemos que ver qué pasa. Tiene que haber más lectura, libros, escritura, por ahí tenemos que hacer esfuerzo en que la lectura vuelva ocupar un tiempo fijado en el aula, lectura en voz alta. Hay que mejorar pero hay satisfacción y habrá más satisfacción cuando el 80% de los resultados sea satisfactorio y destacado.

 

–¿Se plantean un porcentaje?

 

S.: –En principio, los porcentajes son relativos. La próxima evaluación es PISA, ahí también tenemos que mejorar, no que hay que pasar del 70 al 85%, pero sí nos planteamos que el 70% tiene que ser mejorado.

 

Aragundi: –Esto es un informe muy cuantitativo. Una de las cosas que a veces se nos señala es que no se publican los números. Bueno, acá están los números. Adelantamos estos resultados para que se vislumbre el trabajo que se viene. La evaluación no es la política, sino que nos da un resultado. El Ministerio le va a dar a cada escuela los resultados y recomendaciones.

 

Perczyk: –La idea no es hacer rankings, por eso difundimos los datos a nivel país y dividido en cinco regiones. Estos datos te dicen cómo está la escuela y qué hay que cambiar.

 

–¿Los resultados en Lengua cómo los tomaron?

 

S: –Nos llamó la atención. Tenemos que mirar bien cuáles son las causas y aquellas preguntas que no fueron respondidas. Hay que trabajar la evaluación final que tengamos de estos datos.

 

–¿Hay alguna señal de lo que puede estar pasando?

 

S.: –Tenemos que analizarlo bien, puede ser un problema curricular o de que no se esté trabajando correctamente en la insistencia de la lectura, de la interpretación de los textos…

 

Aragundi: –En los últimos años, en las escuelas por política de Nación y de las provincias, se abordan textos que se llaman comúnmente no canónicos. Antes se leían cuentos o textos periodísticos y ahora, además de eso leen ensayos académicos. Se está complejizando la enseñanza de la lengua. Ahí tal vez haya una explicación de que le está costando más a los pibes esta didáctica y la nueva orientación de Lengua. Esta evaluación lo que permite es una sintonía fina, tiene la gran condición que permite desagregar qué pasa en cada escuela, información a la que puede acceder el director de la escuela, el ministro provincial, nacional y va a permitir orientar acciones.

 

–Y en términos de mejoras, ¿serían en la secundaria o también en el resto del sistema?

 

S.: –Sin duda en todo el sistema. Estamos trabajando con una serie de medidas que arrancan en el nivel inicial. Repaso lo que vamos a lanzar antes de fin de año o principio del que viene: más días de clase, el año que viene vamos a 190, eso también tiene que ver con calidad educativa y la exposición del chico a la maestra; más tiempo frente al maestro. Nos proponemos de aquí al Segundo Bicentenario 2016 que haya más escuelas primarias en jornada completa o extendida, que es más tiempo del chico adentro de la escuela. Más años de clase, también. Nos proponemos que todos los pibes de cuatro vayan a la escuela al fin de nuestro mandato 2016. Cuando asumimos 2003, el 52% de los pibes de cuatro iba a la escuela, hoy es el 77% y eso es decisivo después para los resultados. Los pibes no pobres llegan a primer grado con tres o cuatro años de escolaridad, pero los más carecientes quizás uno. Estamos trabajando en acciones a ver si podemos abatir la repitencia en el primaria, el tandem repitencia y sobreedad es muy complicado para el rendimiento. Cada escuela va a tener sus resultados y se va a desafiar a sí misma al ver que estas son medias nacionales. No hay un óptimo fijo, nunca nadie va a decir “llegamos”, es una tarea constante de mejora quizá un desafío para adelante, que es difícil concretarlo. Hay que incorporar a las familias en esta discusión, estamos pensando también en alguna campaña, algún modo de llegar a la familia de que vaya a la escuela no a agredir a un docente, que vaya a exigirle, a decirle que vaya a clase todos los días y para los papás también, nosotros decimos un poco provocadoramente, apagá la tele, tres horas por día. Un chico en la escuela argentina, si fuera todos los días a clase, tiene 740 horas frente a la maestra y ve 1000 horas de tele, entonces también ahí hay un proceso: el Estado tiene que poner más horas, pero la familia tiene que apagar la tele.  

 

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