La piratería puso al borde de la extinción a los videoclubes

Resistencia. Todavía hay fieles seguidores de los videoclubes en Posadas.

Resistencia. Todavía hay fieles seguidores de los videoclubes en Posadas.

Venta de copias piratas en la calle, películas bajadas de Internet, fenómenos como Cuevana, los canales premium y el alquiler de películas para ver on-line, han puesto a los videoclubes en una crisis terminal. Pero todavía hay fieles seguidores. La clave está en adaptarse o desaparecer. 

Hasta mediados de los 90, la industria del video hogareño se basaba exclusivamente en el formato VHS que, aunque también víctima de la piratería, resistió el embate de las copias ilegales debido, principalmente, al alto costo (en dinero y tiempo) de copiado. Con el advenimiento del DVD y la tecnología digital, el espacio físico necesario para duplicar y almacenar copias ilegales se redujo notablemente, provocando que la venta de películas piratas ganara la calle de manera casi descarada y convirtiéndose, ante la mirada permisiva de las autoridades, en parte de la fauna del comercio informal de cualquier ciudad.

“La crisis de los videoclubes no es un fenómeno de ahora, comenzó con la aparición misma del DVD”, relata Silvia Cabrera, propietaria de Posadas Video Centro, uno de los pocos sobrevivientes. “En la época del VHS la piratería era mínima, pero con la popularización del DVD las copias piratas provocaron pérdidas a toda la industria del video”. Y nadie duda de la veracidad de sus palabras. Mientras que en Buenos Aires las cifras arrojan una caída del 50 por ciento en la cantidad de copias legales alquiladas y que sólo un 10 por ciento de los locales existentes en 2006 ha logrado sobrevivir a la fecha, en Posadas los números no dan mucho mejor. De las casi 200 salidas que tenía un título top hace cuatro años, hoy lo alquilan menos de 90 veces, y de las decenas de locales habilitados, hoy en todo el centro de Posadas quedan sólo tres.

Mimí, propietaria de Star Videoclub, no se deja impresionar por los enemigos del video-home. “Si la gente quiere ver películas en buena calidad sabe que la mejor opción es un videoclub. Lo mismo a la hora de conseguir un catálogo amplio de verdad”.

Salvo Cuevana (ver aparte) y pocos sitios más, la oferta de títulos de un videoclub bien diverso siempre será muy superior. “Debemos estar muy bien surtidos, especialmente a la hora de los estrenos y cine de autor”, prosigue Mimí, “porque el mayor enemigo está en las películas nuevas. Aunque es imposible satisfacer a los muy impacientes. Hay clientes que apenas se enteran que una película salió en Estados Unidos y ya la quieren ver”.

Claro, este tipo de “¿cinéfilo?” es el blanco favorito de los traficantes de películas, que comercializan material de no siempre una mínima calidad visual pero sí de muy reciente estreno.

 

Piratería de luto

Si hasta hace pocos años era la piratería el mayor enemigo de los videoclubes, la posibilidad de ver on-line o descargar de Internet una película completa -en idioma original y con subtítulos), ocasionó que incluso los piratas se preocuparan por la baja de las ventas. En este rubro hay que distinguir dos tipos bien diferentes de maneras de consumir cine. Bajar películas o mirarlas dese sitios como Cuevana no pueden ser considerados «piratería» precisamente, ya que el consumidor no desembolsa ningún dinero a cambio de la copia ilegal, pero el que no sea “pirata” no la convierte en legal, ni mucho menos.

Pero hay otra manera, absolutamente legal y de muy reciente aparición (pero con serias posibilidades de convertirse en el principal canal de distribución). Así encontramos sitios como NetFlix (netflix.com.ar), que por 39 pesos mensuales permite acceder a un catálogo que si bien hoy no es muy extenso, va creciendo semana a semana. Esta empresa es la principal proveedora de cine en línea de EUA, y recientemente ha desembarcado en toda Latinoamérica. En la misma línea, pero liderada por capitales argentinos, se encuentra Vesvi (vesvi.com), que promete cine de autor, música y documentales tanto en la modalidad de pago mensual como de alquiler por 24 horas, aunque también ofrece materiales gratuitos sponsoreados por auspiciantes. Telefónica y más recientemente Arnet, con su servicio Play, se han sumado a la lista de plataformas disponibles para ver cine desde la comodidad del hogar.

Más allá de la manera de consumirlo (las líneas “Premium” de pantallas plasma y LCD también incluyen servicio de alquiler de películas vía Internet), el “cine en casa” sigue siendo la manera más económica de disfrutar un rato agradable en familia.

“No importa cuánta competencia tengamos, ya sea legal o ilegal, cada vez que el pronóstico indica lluvia, los videoclubes sabemos que vamos a trabajar bien”, asegura Mimí. El tiempo nos indicará si tiene razón. 

 

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