Eliminatorias: Argentina se despertó en el segundo tiempo y festejó en Barranquilla

Jugó muy mal en la primera etapa y perdía por un gol de Mascherano en contra. En el complemento mostró otra actitud y lo dio vuelta con tantos de Messi y Agüero para llegar al 2 a 1 final.

 

 

¿Por qué sufrir tanto? ¿Por qué si el primer enemigo era el calor, el triunfo llegó en el final, cuando menos aire tenían los jugadores argentinos? El grito de desahogo tras el ahogo atragantado. Las manos salvadoras de Sergio Romero que salvaron la derrota en Barranquilla, en el mejor momento de la Selección. Argentina festejó la victoria por 2-1 que lo impulsa en la tabla de las Eliminatorias. Pero dejómuchos interrogantes y dudas. El entrenador Alejandro Sabella ahora tiene seis meses para evaluar el rendimiento de su equipo.

Esa corrida del final de Lionel Messi, la tapada del arquero Ospina y el toque que la Pulga nunca falla esta vez lo erró. Sin aire se quedó contra los carteles de publicidad. Argentina mostró dos caras ante Colombia en Barranquilla. La del primer tiempo con un 4-4-2 apático y la del segundo, con el ingreso de Sergio Agüero y las ganas de ganar.

En la primera mitad, Argentina dominó el balón durante los primeros 20 minutos. Y no generó ni una chance de gol. A pesar de contar con los goleadores del Real Madrid y del Barcelona. Aquivaldo Mosquera encima de Higuaín. Messi rodeado. Yepes por atrás, Abel Aguilar adelante y Gustavo Bolívar encima. No lastimaba la Selección que entretenía la pelota en el fondo.

Se dio cuenta Leonel Alvarez de que su 4-4-2 tampoco funcionaba. Mandó a James Rodríguez por derecha, suelto. Y Argentina se descalabró. Colombia se adueñó del balón y el ex Banfield descontrolaba a una defensa perdida, con Zabaleta desordenado y Mascherano y Braña fuera de timing. Tuvo que ser expulsado Burdisso por un planchazo contra James. Pero se lesionó, Sabella lo sacó (entró Desábato) y Argentina sostenía como podía el 0-0. Hasta que no pudo más. Falta de Zabaleta en la puerta del área, a James. Tiro libre de Dorlan Pabón, Mascherano mete el pie y desacomoda a Romero para el 1 a 0. El Metropolitano fue una fiesta durante el entretiempo.

En el vestuario Sabella entendió que con esa idea de juego la derrota estaba asegurada. Entre acierto táctico y manotazo de ahogado, el técnico puso a Agüero en la cancha, pasó al 4-3-3, Sosa se fue a la izquierda. Y Argentina a atacar…

Messi, que la tiene atada siempre, empezó a apilar rivales. Con un equipo lanzado en ataque, la Pulga es imparable. Con Agüero y Sosa como señuelos para los defensores colombianos, Messi tuvo más espacios y más opciones para descargar. Y cuando encaraba desde el medio a la izquierda, Colombia quedaba abierta y vulnerable. Primero sacó un zurdazo que pegó en un defensor y le llegó mansita a Ospina. Y como Messi no perdona dos veces, en la segunda puso el empate.

A los 15, tiró una pared con Sosa y picó al área. Llegó el centro, fácil para el arquero Ospina. Pero Yepes, que retrocedía, se lo llevó puesto y la pelota le quedó servida a Messi. ¡Gol!, 1-1 y ahora a dar de nuevo.

Colombia quedó desorientado, un poco mareado y al borde del nocaut. Argentina ahora dominaba el juego y quedaba de cara a controlar también el marcador. Pero cuando la Selección encontró tranquilidad, Colombia casi le tira los planes al demonio. Porque Camilo Zúñiga escaló por la derecha y llegó hasta el área chica para sacar un remate franco al arco, de zurda. La figura gigante de Romero controló el balón y el 1-1.

Sosa pedía agua, Messi se tiraba al piso, cerquita del banco visitante. Para frenar el partido, para recuperar el aire para la recta final. Y para enfriar el juego en un aire espeso y un clima sofocante. Sobre el final, Argentina recuperó la pelota con Colombia saliendo desde el fondo. Le llegó a Messi, hizo la pausa, habilitó a Higuaín en el área. El Pipita enganchó, Mosquera pasó de largo, sacó el derechazo. Ospina lo tapó, pero dio un rebote largo y el tiempo se detuvo. Agüero entró a la carrera, tocó de derecha y selló el 2-1 para Argentina. Grito y locura en el banco.

Después, la corrida de Messi, con el corazón y sin aire. Mereció ser gol del mejor jugador del mundo, que mostró la chapa cuando lo rodearon para jugar a la de él, a la que mejor sabe hacer. A buscar el arco rival para saciar esa sed de gol que afiebra.

 

Clarin

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