La muerte de un niño piloto

Ramiro Tot, de 11 años, sufrió un accidente el domingo en una carrera de karting, en Baradero. Corría desde los 8 años. Las carreras son oficiales y la participación de los chicos sólo requiere de la autorización de sus padres.

 

 

La muerte de Ramiro Tot, de 11 años, un chico que corría en el campeonato argentino de la categoría Pre-Junior de karting y que tuvo un accidente el domingo pasado durante una carrera en Baradero, provocó expresiones de dolor y de crítica que se reflejaron en las redes sociales. El anuncio del fallecimiento fue hecho por el presidente de la categoría Pro-Kart, Eduardo Hernández, a quien luego fue imposible contactar para que diera su opinión sobre los cuestionamientos que surgieron después del penoso suceso. El karting es una disciplina deportiva considerada por sus mentores como “un verdadero semillero de pilotos”, según confió a Página/12 una fuente de la Federación Metropolitana de Automovilismo Deportivo, entidad madre de la actividad. En declaraciones a la prensa, el ex piloto de Turismo Carretera Osvaldo “Cocho” López, cuyo hijo Juan Manuel (hoy tiene 31 años) comenzó a correr de niño subido a un karting, sostuvo que lo ocurrido con Tot fue “un accidente, eso hay que dejarlo bien en claro”. López dijo que hay en el país más de tres mil chicos y jóvenes corriendo en karting y resaltó que “se controla muy bien la actividad” en lo que hace a las medidas de seguridad.

 

Sin embargo, cuando se lo llevó hacia sus sentimientos como padre, cuando veía a su hijo correr de niño sobre un karting, Cocho López admitió que aún hoy cuando ve a Juan Manuel sobre un auto de competición se pone “más nervioso que cuando corría yo”. Las fuentes de la Federación Metropolitana de Automovilismo, que a su vez depende del Automóvil Club Argentino (ACA), señalaron que los chicos que corren en la categoría “promocional” (a partir de los 5 años), en la Pre-Junior, en la que estaba Tot, y en la Junior (de 13 a 15 años) “pueden participar porque han sido autorizados por sus padres, que en todos los casos han expresado su conformidad con la actividad que quieren desarrollar sus hijos”.

 

Ramiro Tot tuvo un accidente el domingo en el kartódromo de Baradero, que tiene una pista asfaltada de casi 1400 metros de extensión. Los karting en los que corren los chicos pueden alcanzar una velocidad promedio de 75 kilómetros por hora. En las rectas llegan, incluso, a los 100 kilómetros por hora. Los videos que se pueden ver en las páginas de la Federación Metropolitana o en las de Pro-Kart muestran que son habituales los “toques” entre los corredores de karting, tanto en la largada como en las curvas, así como las salidas a la banquina, como en cualquier competencia automovilística. En la carrera donde se accidentó, Tot iba cuarto y su auto volcó luego de embestir a los competidores que iban segundo y tercero, que antes habían chocado entre sí. Los pilotos tienen la obligación de llevar casco, pero no usan cinturón de seguridad.

 

Tot falleció en el Hospital Universitario Austral (HUA) de Pilar. El jefe de la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos del establecimiento, Tomás Iolster, informó que el chico “se desestabilizó y falleció esta madrugada (por ayer), a las 2”. El chico, en el accidente, había sufrido “un traumatismo de cráneo severo, aproximadamente a las 15 del domingo”, e ingresó al HUA a las 21, luego de haber sido asistido por unas horas en un hospital de Baradero. Iolster afirmó que cuando llegó al HUA presentaba “signos de deterioro neurológico irreversible”. En todo momento “estuvo internado inconsciente y con asistencia respiratoria”.

 

El domingo, después del accidente, los amigos de Tot habían organizado una cadena de oración a través de la red social de Facebook. Ayer se sumaron cerca de cien comentarios, la mayoría de ellos con críticas: “Ahora van a saltar todos los justicieros (…) diciendo que estas carreras no son para menores (…) Estaría bueno que hubieran saltado antes de que hubiera una muerte”. Algunos sólo se lamentaron diciendo que “al chico le gustaba correr, fue una tragedia, pobre familia”. Las respuestas volvían a señalar cuestionamientos: “Si a mi hijo le gustara disparar a los 11 años, por más que le guste no le voy a comprar un arma para que lo haga”.

 

Ramiro Tot había empezado a competir a los 8 años, en el torneo regional de karting bonaerense. Este año había ascendido y era una de las figuras de los campeonatos Argentino y Metropolitano de Karting. Francisco “Tico” Mendizábal, que a los 11 años es una de las “promesas” del karting catamarqueño, decidió ayer retirarse de las pistas, luego de conocer la noticia sobre la muerte de su amigo Ramiro.

 

Fernando Mendizábal, padre del niño piloto, confirmó que con su esposa le pidieron a Tico que dejara de correr. “No fue una imposición, pero no me perdonaría no habérselo dicho. Es enorme la madurez de nuestro hijo, no le llevó más de cinco minutos decidirse a dejar las pistas”, aseguró el padre. Tico Mendizábal compitió una temporada en España, donde corrió y entrenó en la escuela de formación de pilotos en la ciudad de Vendrell, a 80 kilómetros de Barcelona, invitado por formadores de figuras del automovilismo como Fernando Alonso. Tico –al igual que Ramiro Tot– soñaba con llegar a ser piloto de la Fórmula Uno. (Fuente: Pagína 12)

 

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