“Cristina, mis abuelas y las abuelas de Plaza de Mayo son como mi madre»

Carla Graciela Rutila Artés Company, quien recuperó su identidad luego de ser apropiada por el ex policía Eduardo Ruffo. Aseguró que la política de derechos humanos está a la vanguardia porque “se está administrando justicia».

Carla Graciela Rutila Artés Company, quien recuperó su identidad luego de ser apropiada por un ex policía Eduardo Ruffo durante la última dictadura militar, vive un día especial, ya que perdió a su madre y sufrió las vejaciones de su padre adoptivo, a quien llevó a juicio. Carla es la primera nieta recuperada por la Abuelas de Plaza de Mayo, hija de Enrique Joaquín Luca López, asesinado el 19 de septiembre de 1976, y de Graciela Antonia Rutila Artés. Ambos militantes contra las dictaduras de la Argentina, Bolivia y Uruguay.

Carla reside en el barrio de Once, Capital Federal. Hace cinco meses que regresó de España donde residía desde el 12 de agosto de 1985  junto a sus tres hijos Graciela (16); Anahí (12) y Enrique  (7) y su abuela materna Matilde (75).

Para Carla hoy no es un Día más de las Madres. No puede llevarle una flor a su madre secuestrada y asesinada por la dictadura militar. Recién a los diez años pudo celebrar ese día, saludando a su abuela Matilde y a todas las abuelas de Plaza de Mayo. “Aunque no es lo mismo. Lo tengo asumido, al igual que mis hijos. Para nosotros todos los días son el Día de la Madre. Mi abuela materna cumplió ese rol. Mi abuela paterna, en cierta forma también, pero vive en Uruguay y no tenía mucho contacto. Hace una semana la volví a ver luego de 25 años. Tiene 86 años y sigue “esperando a su hijo, mi padre.

A horas de celebrarse el Día de la Madre y teniendo en cuenta su historia, Carla expresó que lo lleva relativamente bien. “Cuando era pequeña y tenía que hacer en la escuela el regalo para mi mamá, sí la pasaba mal, por eso mi abuela me crió con la idea de que Día de la Madre es todos los días, sabiendo que las madres son todos los días madres y debemos celebrar que nos dieron la vida”. Y agregó que “ver todos los días a mis hijos me hace la mamá más feliz del mundo”.

Carla no solo declaró contra el ex policía Eduardo Ruffo por haberse apropiado de ella, sino también por haberla violado, casi a diario entre los tres y los 10 años. “Fue algo horrible. Lo tengo en la mente. Fue un degenerado”.

Su última asistencia en los estrados de los Tribunales  como querellante y testigo fue el martes, cuando declaró en contra de esta persona. “Ni siquiera me miró a la cara. Yo busqué que lo haga pero no hubo caso… En todo momento agachó la cabeza el muy cobarde. Sólo me gritó que no les crea a los jueces y a la vieja loca-bruja (por mi abuela materna).

En cuanto a su apropiadora, Amanda Cordero, dijo que “si la veo, no la reconocería. Sé que formó una pareja nueva y que en cierta forma fue víctima de ese sistema. No le tengo rencor.

Carla busca a un hermano. “Estoy segura que mi mamá estaba embarazada cuando fue secuestrada. Y  que la mataron luego de haber tenido su hijo. Yo no recuerdo bien porque tenía apenas un año y pocos meses de vida. Lo busco. Dios seguramente hará que volvamos a estar juntos”.

Carla fue apropiada e inscripta como hija propia con el nombre de Gina por el matrimonio de Cordero y el ex policía Eduardo Ruffo, uno de los represores responsables del centro clandestino Automotores Orletti. Tras una nueva campaña de Abuelas en la que se publicó la foto de Carla, llegaron las primeras denuncias a la Asociación. Su abuela materna, Matilde Artes Company, más conocida como “Sacha”, era actriz y militante política. Al momento del secuestro de su hija y su nieta estaba en Cuba, desde donde se fue a España.

Sacha ya había sido perseguida en varios países por su militancia. Ella misma llevó adelante el caso de su nieta junto con Abuelas. La denuncia por la apropiación de Carla se radicó ante el Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional N° 5 de Capital Federal. Los apropiadores, luego de estar un tiempo prófugos, fueron detenidos. La verdadera identidad de Carla fue comprobada con análisis de sangre y en septiembre de 1985, a los 10 años pudo reencontrarse con su abuela Sacha.

En declaraciones al programa “Toco Madera” de FM Génesis de Eldorado recordó que cuando vio por primera vez a su abuela, ésta le dijo: “Soy tu abuela y hace nueve años que te busco’. Abrió sus brazos  y yo no hice otra cosa que acurrucarme y ahí quedamos como cinco o diez minutos”.

En declaraciones al programa “Toco Madera” de FM Génesis 91.3 de Eldorado conducido por Alejandro Fabián Spivak dijo que “el encuentro con su abuela materna en 1985 se produjo en Tribunales, luego de que el juez le contara toda la verdad a la pequeña. Sacha y su nieta se fueron a vivir a España. “Y, desde allí siempre les escribió a las Abuelas de Plaza de Mayo: Quiero que nunca olviden que soy Carla Rutila Artes y que ustedes ayudaron a mi abuela a encontrarme, y que gracias a ello estoy aquí”.

Por televisión

Carla recordó que un día se encontraba en la casa de sus apropiadores mirando televisión “y vi a una señora en una manifestación reclamando con mi foto por mi paradero. Yo tenía tan solo 9 años. Le pregunté a mi apropiador y, me dijo que era una vieja loca-bruja que quería sacarme la sangre, alejarme de él. Me pegó muy fuerte, me encerró en una habitación y me dijo que nunca más pregunte.

Hoy Carla ya es una mujer y con la misma entereza de aquella niña testimonió su historia para seguir construyendo el lento camino de la memoria, la verdad y la justicia. «No dejé de mirar a Ruffo (en el Tribunal) y él fue incapaz de mirarme».

Infancia infeliz  

La Primera Nieta recuperada Carla Rutila Artés recordó la «infancia infeliz» que pasó a manos de su apropiador, Eduardo Ruffo, al ratificar los vínculos del represor con jefes de la Triple A y con el centro clandestino de detención que funcionó en Automotores Orletti en la última dictadura militar.

En 1976 Carla tenía un año y tres meses al ser secuestrada con su mamá, Graciela Rutila Artés, una estudiante de 24 años, en Oruro (Bolivia) y llevada junto a ella poco después -tras pasar por un orfanato- a la frontera. Su padre fue secuestrado también y asesinado.

Allí fue entregada a policías federales y agentes de inteligencia argentinos, en el marco del Plan Cóndor de colaboración entre dictaduras latinoamericanas. Ambas fueron llevadas al centro clandestino de detención que funcionó en Automotores Orletti, donde su madre desapareció y ella fue apropiada por Ruffo, quien la crió como propia junto a su esposa Amanda Cordero hasta que en 1985 fue detenido y la niña recuperó su identidad.

 «Vi por televisión mi foto a esa edad y me reconocí porque las fotos que ellos tenían de mi eran también de cuando tenía esa edad y era idéntica. Pregunté y recibí una tremebunda paliza para que no volviera a preguntar», agregó al declarar ante el Tribunal Oral Federal Seis

El ex policía miembro de la Triple A y muy vinculado al ex jefe de la SIDE Otto Paladino y a Aníbal Gordon, la inscribió como propia con el nombre falso de Gina Amanda Ruffo y con una falsa fecha de nacimiento, que había ocurrido -en realidad- el 28 de junio de 1975 en Perú.

Tras ser sacada de Orletti, la beba pasó un tiempo en las oficinas de una empresa de seguridad, que según supuso era una fachada para encubrir las actividades de ex miembros de la Triple A que seguían en actividad en la dictadura, como su apropiador o Raúl Guglielminetti, a quien también conoció de niña.

 

Ruffo ya fue condenado por la apropiación de la niña en un juicio y a 25 años de prisión por delitos de lesa humanidad cometidos en Orletti, en otro, y ahora es juzgado por la sustracción de otro menor nacido en cautiverio en ese lugar, Simón Riquelo, entregado a un comisario.

 En 1984, tras la vuelta de la democracia, la abuela biológica materna de Carla viajó a la Argentina y entonces comenzó una búsqueda con fotografías de la niña y su madre, con lo cual la familia Ruffo se fugó.

«Nunca me dijeron nada, viví desde 1976 hasta 1983 con relativa normalidad entre comillas, y a finales del `83 este señor se pone prófugo de la justicia y desde enero de 1984 nosotros también», recordó.

Por entonces, Abuelas de Plaza de Mayo alertaba sobre la presencia de una niña «con las características de Carlita en manos de Ruffo» y pronto comenzaron a publicarse sus fotos.

“Soy tu abuela”

Carla Graciela Rutila Artés contó que cuando vio por primera vez a su abuela ésta le dijo: «`Soy tu abuela y hace nueve años que te busco`. Abrió sus brazos y yo no hice otra cosa que acurrucarme y ahí quedamos como cinco o diez minutos».

El abrazo con la abuela ocurrió el 25 de agosto de 1985 en la oficina del Juez que facilitó el encuentro, día que quedará en la historia como la jornada en que se devolvió la identidad a la primera nieta recuperada de la larga lista de niños y bebés apropiados por los represores durante la última dictadura.
Carla asegura que «el encuentro con mi abuela fue bastante esperado, porque mi abuela apareció con una foto en los diarios y yo me reconozco en la foto y le pregunto a (Eduardo) Ruffo que hace esa señora con mi foto».
Ruffo y su esposa Amanda se apropiaron de Carla y mantuvieron oculta su identidad hasta los 10 años, cuando la acción de la abuela y de la organización consiguieron recuperarla para su familia.
Mi abuela aparece en un afiche que hizo Abuelas de los buscados en el que aparece Ruffo, Amanda y la foto mía», prosiguió Carla.

La nieta agrega que «esto lo vi yo en el periódico clandestinamente, porque no me dejaban leer nada y ya daba la certeza que esa niña podía ser yo».

La nieta recuperada asegura que la última vez que vio a Ruffo siendo niña, el represor y apropiador le volvió a repetir: «no te dejes sacar sangre por la vieja bruja».
El caso de Carla Graciela Rutila Artes Company se enmarca, como el de otros niños apropiados durante la última dictadura militar Argentina, dentro del conocido Plan Cóndor.

 

 

 

 Su regreso  

La realidad acuciante de España, país donde vivió desde que fuera recuperada por su abuela materna en 1985, hizo que desde hace cinco meses esta mujer se radique nuevamente en Argentina, retorno posible gracias a gestiones realizadas por la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo Estela de Carlotto y el equipo de colaboradores de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, con quien mantiene comunicación y espera entrevistarse en los próximos días; aunque ya estuvo con ella en otras oportunidades en España. “Le doy gracias a la presidenta quien se interiorizó de mi caso en forma particular.

La verdadera historia

Carla es hija de Enrique Joaquín Luca López, asesinado el 19 de septiembre de 1976, y de Graciela Antonia Rutila Artés quien aún se encuentra desaparecida. Enrique era de nacionalidad uruguaya y Militaba en el MNL-Tupamaros. Vivieron durante un tiempo en Bolivia donde ambos militaban en el ELN. El 28 de junio de 1975 nació Carla en Miraflores, Perú. Graciela fue detenida junto a su pequeña hija el 2 de abril de 1976 en la localidad de Oruro, Bolivia. Según consta en un radiograma oficial, el 29 de agosto de ese mismo año las autoridades bolivianas entregaron a Graciela y a Carla a las fuerzas de seguridad argentina. Tiempo después, ambas fueron entregadas a la Gendarmería Argentina, que las trasladó al CCD Automotores Orletti.

 

Cristina; abuelas; mis Abuelas: mis madres

 

La primera nieta recuperada por las Abuelas de Plaza de Mayo, Carla Graciela Rutila Artés Company, hizo un relato de la triste historia de su apropiación y luego hizo ver que su abuela y las Abuelas  de Plaza de Mayo son un ejemplo de lucha. “Mi abuela materna  es una luchadora de los Derechos Humanos y le agradezco que me haya recuperado a los 10 años y no después”. Buena parte de mi educación se la debo a ella».

“La presidenta Cristina Fernández de Kirchner, las  Abuelas de Plaza de Mayo en general, mis abuelas materna y paterna en particular son mis madres”.

 Derechos Humanos

Respecto de la política de Derechos Humanos que lleva adelante el Gobierno Nacional contó que a Néstor lo conoció en España hace algo más de dos años y que en esa oportunidad él le dijo “vamos a hacer todo lo que se pueda en materia de justicia. Tenés en mí un compañero, un padre;  contá  conmigo para todo lo que necesites. No puedo devolverte a tus padres pero si ofrecerte mi acompañamiento”.

Asimismo opinó que «Néstor es un ejemplo aseguir» y que «Argentina es vanguardia en el mundo en política de Derechos Humanos».

 

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