“El responsable de la muerte de mi hijo debe ir preso”

El padre del joven obrero que falleció el último jueves al quedar atrapado en un pozo y sepultado por una gran carga de tierra, pidió justicia y que aparezca el responsable.

Mario González (51) nunca se imaginó que hoy, que es el día de su cumpleaños, atravesaría por el momento más doloroso de su vida. Su hijo, César (23) falleció el último jueves por la tarde cuando trabajaba en una obra sobre la avenida Moreau de Justo, Ex ruta 213, al quedar sepultado en un pozo de tres metros de profundidad cuando una enorme carga de tierra, arena y piedras cayó encima del lugar provocando su muerte casi en el acto. Un compañero de la misma edad sufrió heridas graves y se recupera lentamente mientras que otros dos salieron ilesos.Hoy la empresa encargada de la obra hará pública su postura sobre los hechos, según anunciaron desde la misma. 

El hombre contó que su familia es de San Vicente y desde muy joven vino a trabajar a la capital provincial, donde permaneció por 20 años. Luego decidió volverse a sus pagos, pero dos de sus hijos, regresaron a la Capital porque les había gustado mucho el lugar, tanto que formaron allí sus propias familias. Mario pidió justicia para su hijo más chico y en diálogo con Misiones On Line dijo que «ahí lo que pasó fue una irresponsabilidad del que estaba a cargo de la obra, el dueño de la empresa tiene que ir preso. Eso fue una trampa, hoy mató a mi hijo pero si esto sigue va a seguir matando gente. Yo ya lo perdí, pero esto no puede seguir así», agregó conmovido.

Al borde del llanto y quebrado completamente, Mario, que hoy cumple 52 años, señaló que su hijo era muy trabajador y no tenía problemas para realizar ninguna tarea con tal de mantener a su familia, que se compone de su esposa y su pequeña hija de un año y medio.

Respecto a la empresa para la cual su hijo trabajaba hace un buen tiempo, dijo que lo hacía en blanco pero que «hasta ahora nadie se hizo cargo, ahora vamos a ver cómo hacemos pero estamos dispuestos a hacer lo que sea para que no ocurra más lo que le pasó a mi hijo». Sin conocer exactamente lo que pasó, González consideró que fue una irresponsabilidad del encargado de la obra. «¿Cómo un hueco de tres metros de profundidad por dos de ancho, en donde estaban trabajando cuatro personas, no va a estar apuntalado y protegido en los bordes?”,se preguntó. “Había una máquina que pesa más de 1.000 kilos cerca. ¿Dónde está el responsable de eso? Ellos mataron a mi hijo, no sé quiénes son pero tienen que ir a la cárcel», insistió indignado.

Finalmente, dijo que su hijo ya descansa en paz pero que en la familia no van a parar hasta que aparezca el responsable. Su dolor y tristeza se siente también en todo el barrio, ubicado en inmediaciones de las avenidas Cabo de Hornos y Cocomarola, cuyos habitantes solo tuvieron palabras de elogio para César, quien ya no está y es una pérdida irreparable para toda su familia.

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