El Obispado de Posadas ordenó a cuatro nuevos diáconos que serán futuros sacerdotes

Con cánticos esperan la ordenación de los diáconos en la plaza 9 de Julio, frente a la Catedral.

Con cánticos esperan la ordenación de los diáconos en la plaza 9 de Julio, frente a la Catedral.

Los seminaristas Roberto Bobadilla de Garuhape-mí, Lucas Montenegro de la parroquia Cristo Rey de Posadas , Alejandro Cañete de Montecarlo y Eugenio Moreira de Leandro N. Alem fueron ordenados en la noche del sábado, como nuevos diáconos que servirán en distintas parroquias, y que el próximo año serían designados nuevos sacerdotes de la Diócesis. Fue una emotiva ceremonia  con presencia de familiares, amistades y servidores, que se realizó con una misa en la explanada de la Catedral, y que fue presidida por el obispo Juan Rubén Martínez, quien estuvo acompañado del obispo emérito Joaquín Piña, y demás sacerdotes.

Son cuatro nuevos diáconos que servirán en las parroquias designadas y en pocos meses más el Obispo decidirá sus ordenaciones como sacerdotes.

 

Roberto “Roby” Bobadilla (de 28 años) habló del significado de ser diácono y dijo “es el amor de Dios que tiene a su Iglesia, significa mucho y seguir el mismo camino que siguió Jesús, el del servicio, del amor y la entrega, cargar con la Cruz, para morir por amor, por los hermanos, pero con una esperanza, de la resurrección, y también ayudar a la gente que alcance el Cielo y que conozca a Dios que nos ama, ese es nuestro servicio”.

Actualmente sirve en la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús de Miguel Lanús, «y a fin de año cuando termine de cursar el Seminario veré el destino que diga el Obispo”, dijo.

El diaconado que recibió ahora con sus compañeros es transitorio y mira hacia la ordenación sacerdotal.

 

Eugenio Monge Moreira (40) es de la parroquia Santa Teresita del Niño Jesús de Alem, dijo que será sacerdote y éste es el último, paso, «a fin de año terminamos el cuarto año y eso depende del Obispo”. Agradeció a las comunidades presentes de Alem, de Apóstoles, de Candelaria y de San Javier, de San Ignacio, “a San Francisco Javier la primera comunidad donde hice servicios pastoral y aprendí mucho”.

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Lucas Adolfo Montenegro (a punto de cumplir 33 años), oriundo de Posadas, de la parroquia Itatí agradeció a “Dios y a mis padres que están en el Cielo, y a Oscar y Alicia que me ayudaron en las vocaciones, al Obispo por su confianza y a los sacerdotes del seminario, a mi familia, a la Iglesia”. Contó que siempre estuvo trabajando en la parroquia Cristo Rey.

 

Dijo que será sacerdote dentro de poco, que “canónicamente habrá que esperar seis meses después del diaconado, pero el Obispo puede dispensar un tiempo, posiblemente fines de febrero marzo nos estemos ordenando los cuatro).

“Es una alegría para toda la Iglesia, pero especialmente es una fiesta para Dios para Gloria de Él, creo que Dios sigue llamando y hay que abrirle el corazón y escuchar, es lo que le digo a los jóvenes, el camino seguro es Jesús, Dios”.

 

Alejandro Javier Cañete (cumplió 33 años el 25 de agosto pasado), es de Montecarlo, y trabaja ahora en la comunidad de Santa Teresita en Alem, donde colabora los fines de semana. Su formación la está terminando en el Seminario en Posadas. Admitió que fue un llamado a la vocación “estuve trabajando en Buenos Aires y de ahí se dio el llamado a la vocación y vine a formarme acá en el seminario, entré dos años y ahora es el octavo año que llevó en el Seminario, la formación inicial es ocho años, pero diez años estuve allí porque tuve que terminar la secundaria”.

 

La madre de Cañete, Nicanora Lugo habló de su hijo y dijo estar “muy orgullosa, fue todo un proceso de evangelización, soy cursillista hace muchos años, tengo nueve hijos y el diácono es el cuarto hijo, estoy muy contenta si Dios y la Virgen permite y es su vocación llegará”, dijo.

 

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