Debut y consecuencias

Escribe Juan Carlos Argüello, jefe de Redacción de Misiones On Line 

Las elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias marcarán un verdadero termómetro sobre la política del país y las reales chances de cada candidato para las elecciones de octubre. Además de dejar en el camino a quienes no superen el 1,5 por ciento de los votos emitidos, el resultado de hoy será clave para dimensionar qué puede pasar en octubre. Aunque no necesariamente se elija hoy a quien se vaya a votar en octubre, si la presidenta Cristina Fernández saca una diferencia relevante sobre sus competidores, el escenario se transformará. En cambio, si no logra marcar una distancia, las posibilidades, al menos subjetivas, de la oposición, crecerán. De todos modos, es difícil creer que haya un acuerdo en primera o segunda vuelta de todo el arco opositor para derrotar al kirchnerismo. No es lo mismo Hermes Binner que Ricardo Alfonsín y su alianza con Francisco De Narváez o Eduardo Duhalde con el supuesto apoyo de Mauricio Macri. Hasta Elisa Carrió advirtió que «no nos debe unir el espanto».

Pero una elección débil de la Presidenta, que no muestre la potencia del exitismo imperante, provocaría un efecto cascada que haría que los votantes se preparen para una polarización en octubre entre dos candidatos. Y esa posibilidad no favorece al oficialismo.

Aunque nadie discute que será el partido gobernante el que coseche más votos en la primaria, una de las claves a decodificar será quién resulte segundo. Y también, qué porcentaje de votos obtiene. No es lo mismo salir segundo con una diferencia de diez o quince por ciento que caer por 20 puntos de diferencia. También hay que observar la distancia del segundo con el tercero. Si es escasa, se diluyen las posibilidades de un acuerdo, porque más allá de la candidatura presidencial, se ponen en juego numerosas bancas y la posibilidad de eventualmente convertirse en la primera fuerza opositora. Nadie bajará una lista si cuenta con posibilidades ciertas de ingresar al Congreso y ya no hay tiempo para unificar listas.

La inédita experiencia electoral, aunque no cumple con lo principal que es que cada partido seleccione a su candidato con el voto directo, permitirá de todas maneras tener una proyección que no da ninguna encuesta -sobre todo con el margen de error que mostraron las consultoras en lo que va del año- y es probable que muchos candidatos queden en la puerta de los comicios generales. Para poder competir en octubre hay que conseguir el 1,5 por ciento de los votos emitidos y por eso también será relevante la cantidad de gente que vaya a votar. Por ejemplo, partidos chicos con escasa representatividad territorial en el país, tal vez no consigan los votos necesarios para presentar candidato a presidente o, en provincias como Misiones, no alcanzar las adhesiones suficientes para sostener en carrera a los aspirantes a una banca. Puede suceder que haya partidos con candidatos a diputados o senadores y no a la presidencia o, en las provincias, lo inverso, candidatos a presidente que no tengan aspirantes a legisladores.

En Misiones, la Renovación apuesta a sumar la mayor cantidad de votos para la presidenta Cristina Fernández y marcar una distancia inalcanzable para los rivales de otros partidos. Se ponen en juego tres bancas del Senado y cuatro en Diputados. Para el primer caso, entran dos de la lista ganadora y uno de la oposición. Pero en el segundo, el oficialismo buscará repetir el resultado de junio, que le permitiría alcanzar las cuatro bancas -así ingresaría la actual ministra de Trabajo, Claudia Gauto-. Las cabezas de lista son la vicegobernadora Sandra Giménez como senadora y el ministro de Salud Pública, José Guccione como diputado nacional.

Para los renovadores y los demás partidos, el rival a derrotar es Ramón Puerta, actual diputado nacional y candidato a senador. Su perfomance electoral es una incógnita, ya que el representante duhaldista se reservó en junio, previendo la derrota opositora y ahora buscará captar los votos que se emitieron en blanco y aquellos que le fueron esquivos al oficialismo.

Una lista más llevará a Cristina en la boleta. Por el Frente para la Victoria irán Juan Manuel Irrazábal para el Senado y Julia Perié buscará su reelección en Diputados. El partido de la Justicia Social, cuyo primer candidato a senador es el diputado provincial y secretario del sindicato de Camioneros local, Adolfo Velázquez, y como primer diputado nacional a Daniel de Sanctis, apoya a la Presidenta, pero no fue autorizado a que encabece su lista.

Ahora bien, ¿sólo se trata de ordenar a los candidatos de octubre o estas elecciones también marcan un rumbo?

En momentos en que el mundo globalizado está agobiado por la crisis financiera de países como Estados Unidos, España o ahora Francia y temeroso por revueltas como las que ocurren en Inglaterra, Argentina aparece extrañamente serena y hasta ahora mira los conflictos con autosuficiencia. Es otro el escenario al de fines de la década de los 90 y primeros años de este siglo y la economía se mantiene estable gracias a haber dejado atrás el anclaje a las recetas financieras importadas del “primer mundo”. Hoy, tras pagar las deudas, dejar de tomarlas y fortalecer el mercado interno, el país parece estar aislado de los problemas, que no es lo mismo que ajeno al mundo: las exportaciones argentinas cerrarán el año en curso con un récord de 80 mil millones de dólares.

 

De todos modos, la Argentina, junto a las demás naciones de la región, comenzaron a tomar medidas para no ser impactadas por la crisis, sobre todo de Estados Unidos. Una de las primeras decisiones fue alejarse del dólar como moneda de intercambio comercial en la región.

La viabilización de medidas de cooperación técnica para el manejo y movilización de reservas internacionales, el uso de monedas locales para el comercio intrarregional, la ampliación a todos los países de la Unasur a sumarse como miembros del Banco del Sur y el fortalecimiento de la Corporación Andina de Fomento fueron algunos de los principales puntos acordados el viernes por el Consejo Sudamericano Economía y Finanzas que sesionó en Buenos Aires. Las medidas tienen como principal objetivo resguardar a la región de la nueva crisis internacional producto de la pérdida de credibilidad de Estados Unidos y el excesivo endeudamiento de países del “Primer Mundo”.

La crisis es tan brutal que en Inglaterra ya hay cinco muertos y el primer ministro David Cameron habló de “contraataque” para frenar a sus ciudadanos insubordinados. Hasta una nena de once años fue detenida y obligada a declararse “culpable” para recuperar su libertad. Incluso, se analiza una medida extrema como la de bloquear redes sociales y teléfonos para evitar el contacto entre manifestantes. Llamativamente, el uso del Twitter fue aplaudido en revueltas como en Egipto porque sirvió para sostener la rebelión contra una dictadura, ahora puede ser censurado en el primer mundo cuando revela cara menos simpática de una de las capitales financieras.

Chile, el gran ejemplo a seguir citado por los principales candidatos de la oposición como Duhalde, Alfonsín o Carrió, también la está pasando mal. Miles de estudiantes salieron a la calle y mantienen las protestas en reclamo de una educación pública y gratuita. Paradoja de la cordillera, son ellos los que ven como ejemplo a la Argentina por su educación pública y son cientos los que eligen cruzarla para capacitarse aquí. La respuesta del presidente chileno, Sebastián Piñera, además de la represión fue que “nada es gratis en esta vida; alguien tiene que pagar”. En la actualidad, apenas el 25 por ciento del sistema educativo es financiado por el Estado chileno. El 75 por ciento restante depende de los aportes de los estudiantes y la educación gratuita sólo está garantizada en el nivel básico. A partir del secundario, las escuelas pueden cobrar cuotas. En tanto, todas las universidades -tanto las públicas como las privadas- cobran aranceles, por lo que un estudiante puede terminar endeudado por más de cincuenta mil dólares para terminar una carrera.

En Argentina la situación hoy es otra y lejos quedaron aquellos días de tormenta en que no se sabía lo que podía pasar mañana. “Los grandes beneficiados en el panorama económico actual son las grandes empresas, el campo y los trabajadores formales”, dijo el economista Orlando Ferreres en su paso por Posadas, convocado por la Confederación Económica de Misiones. “Las 500 empresas más grandes ganaban unos 5 a 6 mil millones de dólares por año en la década del noventa y ahora están ganando unos 15 mil millones, el triple, los empresarios deberían estar contentos. Otro sector beneficiado fue el campo, en los 90 la tierra de las zonas más fértiles del país estaba a 4.000 dólares por hectárea, ahora  cuesta 17.000, mientras que  la hectárea para cría y para trigo que estaba en 2.000 y ahora cuesta 7.000, los del campo por más que le peguen con las retenciones deberían estar contentos”, consideró. De todos modos, sostuvo que la inflación y la subocupación son un problema a resolver.

El consultor y sociólogo, Enrique Zuleta Puceiro, quien compartió panel con Ferreres dio un pantallazo del escenario a futuro: “En octubre la gente va a votar gestión. Se vota con la idea de que hay una estabilidad política y económica. Y en consecuencia este contexto de gran estabilidad da pie a expectativas muy positivas, sobre todo en el plano económico”, precisó.  

 

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