Amenazas en el Lote 9

A unos cientos de metros del encuentro con Mbiguá, otros dos vecinos se mostraron decididos a dar batalla contra las intenciones de desalojo. Son Ary Assman y Oscar Rodríguez Da Silva, aunque todos lo conocen como Marinho Rodríguez.

«Los dos somos como todos los colonos de acá. Nos establecimos hace veinte y pico de años en este lugar, porque estaba casi abandonado y al lado del río. Y hacemos citronela, y el resto todo lo que da la chacra, plantas anuales, mandioca, batata, arroz, criamos chanchos y gallinas», relató Marinho Rodríguez. Con respecto al trato con «La Compañía» y a la intención de desalojarlos, dijo que «siempre nos persiguieron y nos humillan porque quieren sacarnos. Para poder entrar a nuestras chacras y casas, tenemos que atravesar un portón que puso la compañía con un guardia. Antes había un policía que nos maltrataba y controlaba, pero desde que buscamos abogados pararon un poco».

Ary Assman sumó su opinión. «También me maltratan, «La Compañía» puso el portón ahí y policías de vez en cuando, y por eso tenemos problemas con las criaturas que pasan para ir a la escuela. Antes estaba cerca pero ahora ellos mismos la sacaron y la llevaron como a cuatro kilómetros, y ahora toda la gurisada tiene que caminar o hay que llevarlos con camioneta».

Ambos relataron y confirmaron que en una oportunidad, «pasaron venenos por todos lados, por el agua, la vertiente, y el arroyo que pasa al lado de donde estaba la escuela. Las criaturas estuvieron más de dos meses tomando agua que traían de afuera en un tanque, los que construían la ruta. No podían ocupar el agua de la vertiente porque estaba demasiado envenenada con cuatro clases de veneno. Hasta en el Uruguay se sentía el olor a veneno», aseguró Marinho.

El colono está decidido a rechazar cualquier posibilidad de abandonar su lugar. «Me hicieron ofertas para sacarme de acá, pero parece burla porque yo gasté toda mi vida trabajando en este lugar y no puedo salir así nomás y ubicarme en otro lado ¿para hacer qué cosa?, me pregunto. Ofrezcan lo que ofrezcan, prefiero quedarme. Varias veces me llegaron armados con pistolas, para obligarme que venda y salga. Nuestro abogado estaba una vez justo con nosotros, cuando vinieron seis tipos armados pero como lo vieron no se animaron a llegar y se fueron», contó Rodríguez.

Ary Assman también aseguró que resistirá. «A mí me prometieron desalojo y una trompada en mi cara si no me iba. Y no me voy a ir, aunque estemos cada vez más atacados».

 

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