Tras declarar, no mejoró la situación del médico que atendió a Kachuk

Manuel Ibarra declaró días atrás y se habría contradicho en sus testimoniales con las informaciones que maneja la justicia que investiga la muerte del joven Guido Kachuk, ocurrida el pasado 22 de febrero de este año.

Una tarea periodística de este medio intentará revelar todo lo que involucra el caso conocido hasta el momento como homicidio agravado por el uso de arma de fuego. Fue el 22 de febrero, minutos después de la medianoche en la intersección de las avenidas Lavalle y Chacabuco, cuando la vida de Guido Kachuk de 17 años culminaría producto de un balazo en el abdomen tras un intento fallido de asalto de parte de dos jóvenes que días después fueron detenidos. En la causa, además de investigar a los supuestos responsables se trata de esclarecer si hubo negligencia profesional de los médicos que atendieron a la víctima en el Hospital Madariaga. Es así que el pasado día 9 de este mes fue citado ante el Juzgado de Instrucción N°2 a cargo del magistrado César Yaya, el doctor encargado de la guardia de emergencias aquel trágico día. Se trata de Manuel Ibarra, quien no habría quedado bien parado luego de prestar declaración indagatoria ante las autoridades judiciales por encontrarse algunas contradicciones en sus testimoniales.

Fuentes del caso indican que el profesional adujo que en un principio atendió al joven como marcan los procesos normales médicos. Sin embargo el papá de la víctima, Jorge Kachuk había dicho en su momento que en el Hospital habían considerado que su hijo estaba bajo los efectos del alcohol o algún estupefaciente, por lo que se había demorado su atención.

Guido Kachuk murió desangrado algunas horas después de su ingreso al nosocomio capitalino según se confirmara luego mediante los resultados de la autopsia practicada sobre el occiso. Una bala calibre 22 milímetros fue la causa de la lesión y si bien es un espesor balístico no muy grande a simple vista, una marca de tal arma de fuego es notoria si la revisión es intensa, como señaló Ibarra que habría actuado. 

El profesional habría indicado que revisó completamente al joven cuando llegó a la guardia llevado por su propio padre y no encontró lesiones, por lo que solicitó una tomografía para establecer si presentaba algún golpe interno o en la cabeza y que le preguntó más de una vez a sus familiares si sabían lo que le había pasado, lo que no coincide con lo dicho por el progenitor del menor asesinado.

Aparentemente un tiempo después del ingreso del paciente, el médico se habría dado cuenta de que tenía una herida de arma de fuego, y aquí radica lo raro de la cuestión ya que el padre del chico cuando le dieron la peor noticia, que su hijo había muerto, lo observó en sus últimos momentos y notó que el orificio del proyectil se veía a simple vista en un costado del abdomen, esto teniendo en cuenta sus declaraciones en ese momento.Toda esta cuestión deja un margen para lo incógnito o no del todo claro de cómo finalizará realmente la causa, que todavía no tiene carátula firme, teniendo en cuenta que hay dos detenidos, Ricardo Ríos  -quien aparentemente disparó- y Maximiliano Acevedo y que sus condenas podrían bajar notablemente si se comprueba que hubo responsabilidad del médico que atendió a Kachuk, el doctor Manuel Ibarra.

Los detenidos y el arma homicida

La otra cuestión en la causa es respecto a los detenidos mencionados con anterioridad, Ricardo Ríos y Maximiliano Acevedo. Los imputados declararon en su momento y se apuntaron el uno al otro en cómo sucedieron los hechos que desencadenaron en la muerte de Kachuk.El arma homicida se encontró en la casa de Ríos, ubicada en la chacra 101 de la ciudad de Posadas algunos días después del hecho. Ríos, quien es conocido como “Ricky” dijo que disparó porque su cómplice se lo pidió, esta versión fue desmentida por el otro involucrado.Otra contradicción que dedujo este medio es el destino del arma homicida luego del hecho, uno de los acusados manifestó que la vendieron inmediatamente después de lo ocurrido y el otro dijo haberla guardado por consejo de su cómplice luego de que el mismo la tuviera un tiempo, todo esto según fuentes del caso que fueron preservadas -lógicamente- de acuerdo a la tarea profesional del periodismo. En otro aspecto a remarcar, hay que decir que según Ríos el disparo al joven se produjo por orden del otro involucrado, señalando a Acevedo cuando este dijo verse sorprendido al momento que se originara esta acción porque desconocía hasta ese momento que su compañero portaba un arma de fuego. Sin embargo nuca hubo un careo entre ambos, al menos que fuera de conocimiento público ni periodístico. Solo los involucrados saben la verdad ya que no hubo testigos directos del asesinato.

Otros testimonios

La participación de alguna manera de terceros en esta historia, se basa en las testimoniales que el Juzgado obtuvo, varios jóvenes aparentemente allegados de los imputados contaron cómo fueron los hechos según la versión que los mismos les habían contado. En esas declaraciones hay horarios y otras  cosas que no coinciden, hasta la versión del hermano de Acevedo, quien contó que se enteró del hecho por boca de uno de los imputados cuando dormía en la madrugada del día del crimen, y su hermano habría dicho en su declaración que éste estaba con otras personas cuando le reveló lo que había pasado. Lo que más importa es que este hecho, como tantos otros, dejó como saldo una persona muerta con una familia destrozada, pero la esperanza es que la justicia tiene todos los elementos para condenar a los responsables y dictar las penas que les corresponden a cada uno de los responsables, en caso de que se halle culpable a alguien más que los dos detenidos.

 

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