Entre Ríos: los dos acusados de explotación sexual a una misionera fueron absueltos

Así lo confirmó con mucha indignación Norma Zawicz, subsecretaria de Igualdad de Oportunidades del Ministerio de Derechos Humanos. «La chica (una menor) se fue a declarar a Paraná, pero no sirvió de nada porque los acusados fueron absueltos según me contó el abogado de la víctima». Se trata de Antonio Livelli y Julio César Bogado, responsables del bar donde fue detectada la menor, quienes fueron liberados de la causa.

Juzgaron a dos hombres por explotación sexual de una menor en Gualeguay. Declararon ocho efectivos de Gendarmería con contradicciones y olvidos sobre el allanamiento al prostíbulo. Antonio Livelli y Julio César Bogado fueron trasladados ayer a Paraná para presenciar el juicio donde se los acusa de sacar provecho económico de la explotación sexual de una chica menor de edad, en el prostíbulo Checho de Gualeguaychú. Es el segundo debate oral que se da en estos tribunales federales por el delito de Trata de personas. La cuestión fundamental será si se determina que los procesados sabían que la víctima tenía 17 años cuando la receptaron en el local, o si creyeron que era mayor, como argumentan.

 

Al parecer, los ocho integrantes de Gedarmería Nacional que declararon ayer no complicaron mucho la situación de Livelli y Bogado. Pero todavía faltan algunos testigos que podrían aportar pruebas incriminatorias.

 

Llamado y allanamiento

Un llamado telefónico de un tal Juan a la Oficina de Rescate y Acompañamiento de a Víctimas de la Trata de Personas, del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación, alertó sobre la situación de mujeres en el prostíbulo Tragos Checho Bar Pool, ubicado en el departamento Gualeguaychú, y la presencia de menores de edad que ejercían la prostitución. Tras ser investigado, la Justicia Federal ordenó el allanamiento del local. EL 20 de marzo de 2010, efectivos de Gendarmería nacional con personal especializado de la mencionada Oficina, se hicieron presentes en el lugar, ubicado en el kilómetro 3 de la ruta provincial Nº 16. Allí encontraron a varios clientes y nueve mujeres, quienes fueron entrevistadas. Además, estaba Bogado, como responsable del negocio.

 Una vez ubicada la chica menor de edad, ésta habría contado a las profesionales que llegó al lugar por recomendación de una amiga, que su trabajo consistía en compartir copas y hacer pases con hombres, a cambio de alojamiento, comida y dinero. Al principio, la chica afirmó tener 20 años y no tener el documento, pero luego reconoció sus 17. Además, estaba parando allí con un bebé de tres meses.

La víctima es de la localidad 2 de Mayo, de la provincia de Misiones, ubicada a la vera de la ruta nacional 14. Apremiada por la necesidad, desde allí se fue hasta Gualeguaychú.

En el local se halló un cartón manuscrito con anotaciones de los nombres de las mujeres, de los clientes y sumas de dinero, papeles de la DGR y un contrato de locación, a nombre de Livelli y Bogado. Además, a unos metros del local había unos bungalows donde se realizarían los “servicios sexuales” a turistas y camioneros. Algunos días después se ordenó y se concretó la detención de los dos sujetos.

Para el fiscal que investigó y elevó a juicio la causa, se probó que los hombres obtenían provecho económico de los pases, además de imponerles a las mujeres los gastos y cobrarles multas si llegaban más tarde o salían a pasear con clientes, ya que no podían salir sin su autorización. Por esto se los procesó por el delito de Trata de personas, al recibir a la menor y explotarla sexualmente.

 

¿Engañado?
Los dos acusados se abstuvieron de declarar, pero Bogado se remitió a lo que dijo en la etapa judicial anterior. En aquella oportunidad, aseguró que al negocio lo alquilaba desde enero. Había recibido una noche a la chica que iba a buscar trabajo, con un bebé en brazos. Le dijo su nombre y que era mayor de edad. Desde que se hizo cargo del local, según Bogado, las mujeres ya no tenían sexo con hombres en las piezas del lugar, sino sólo servían copas, “La chica estaba desesperada por trabajar”, destacó.

Recuerdos difusos
Ocho de los gendarmes que participaron del operativo de allanamiento y requisa del prostíbulo dieron su testimonio en el juicio, pero no explicaron más que sus recuerdos de lo que percibieron, hace poco más de un año. Relataron que cuando llegaron separaron a los clientes de las mujeres, mencionaron las características del local, y la mayoría coincidió en que la víctima aparentaba tener más de 18 años. Hubo contradicciones entre ellos al describir la vestimenta de las mujeres, y al afirmar si para ellos se practicaba el comercio sexual en el local. Dio la impresión que las cuidadosas declaraciones no afectaron demasiado a los acusados, más bien lo contrario.

Engaño y consentimiento
En el anterior juicio oral por Trata de personas en Entre Ríos, el condenado por explotación sexual de una menor de edad, Pichi Sander, también argumentó que fue engañado por la víctima sobre su verdadera edad. Sin embargo, fue sentenciado a cumplir cuatro años de prisión efectiva.

Otro argumento defensivo que generalmente se esgrime, es el consentimiento de la mujer a ejercer el comercio sexual. La Ley de Trata 26.364 reprime la recepción de personas con fines de explotación si existe la recepción de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre la víctima, aún con su asentimiento.

También, el protocolo sobre Trata de personas de las naciones Unidas, “excluye toda posibilidad de consentimiento cuando la víctima es menor de 18 años”.

(Unoentrerios)

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