Dos escaladores argentinos que llegaron al Everest salvaron a cinco montañistas españoles atrapados en la altura
Dos de los tres escaladores argentinos que hicieron cumbre en el monte Everest el sábado pasado, Damián Benegas y Matías Erroz, confirmaron ayer que debieron rescatar a cinco españoles atrapados en la montaña más alta del mundo.
El hecho habría ocurrido el mismo sábado, cuando se encontraron con varios montañistas que presentaban serios problemas de congelamiento y edemas. Uno de ellos se había desviado de la ruta y sus compañeros lo creían muerto.
Matías Erroz señaló desde la base del monte Everest, que “recibimos un llamado del Campo Base en el cual nos informaron de unos españoles que se hallaban perdidos cerca de nuestra locación en el Campamento 4, a 7.900 metros de altura”.
“‘Eran cinco españoles y habían querido escalar sin oxígeno. Al subir encontramos a tres personas en muy mal estado. Uno había desaparecido y lo fuimos a buscar a una altura de 8.200 metros. Por fortuna lo encontramos vivo. Bajar nos demoró aproximadamente 18 horas”, contó.
“‘Pese a las condiciones climáticas y el estado en el que se encontraba, el hombre sobrevivió. Nosotros ahora estamos pagando las consecuencias: yo tengo pulmonía y un principio de edema pulmonar y mi compañero no está mucho mejor que yo; pero por suerte las cosas salieron bien”, comentó el montañista.
Luego de haber hecho cumbre en el Everest con éxito durante la madrugada del sábado, la expedición argentina conformada por Damián Benegas, Matías Erroz y Leonardo McLean comenzó el descenso hacia el campamento, a 7.900 metros.
“Ese día me levanto a las 6 de la mañana para hacer el descenso al campamento de base y chequeando metereología mi hermano me dice que en un montaña vecina hay un grupo de españoles que se encontraba en aprietos”, recuerda Banegas.
Al llegar ahí para rescatarlos, Benegas y Erroz descubrieron que tres de los montañistas presentaban serios problemas de congelamiento y edema. Y lo peor: faltaba uno de ellos, a quien sus compañeros ya habían dado por muerto.
Benegas y Erroz se encargaron de suministrar oxígeno e inyecciones para combatir los edemas y, una vez repuestos, comenzó así el descenso de los tres españoles en camillas junto a un grupo de sherpas (guías locales).
Luego de esa hazaña, ambos fueron por otra: el rescate del cuerpo del montañista, en un ascenso de 30 minutos hasta los 8.000 metros.
“Decidimos subir a chequear el cuerpo, más que nada en señal de respeto a sus amigos. Yo subí a identificar un cuerpo, a atarlo para que se pueda sacar, y con gran sorpresa, el hombre estaba con vida”, expresó Benegas con satisfacción.