Pérez Jaramillo: “Se plantean proyectos colectivos para el nuevo urbanismo”

El arquitecto y urbanista colombiano cerró ayer su ciclo de conferenicas en donde destacó la potencialidad de Posadas y de Encarnación, como ciudades ubicadas estratégicamente en regiones de alto desarrollo económico – sustentable.

El prestigioso arquitecto colombiano, Jorge Pérez Jaramillo culminó la serie de presentaciones donde desplegó su trabajo realizado en el plan de transformación de ciudades: La experiencia Medellín – Colombia. En sus intervenciones puso en valor el esencial protagonismo de la planificación urbana como modelo inclusivo para todos los ciudadanos que habitan un territorio. Así, explicó que el proceso de planificación urbana debe ser social, económico y político. En ese sentido destacó la potencialidad de Posadas como de Encarnación, consideradas sitios claves en el desarrollo económico y social de la región. Su visita a la capital misionera fue satisfactoria según sus palabras y lo que más le impactó fue la riqueza del suelo y la abundante vegetación.

Cerrando la última charla que brindó en el Instituto Montoya, evento organizado por el Colegio de Arquitectos de Misiones y sus pares de Encarnación, Jaramillo dialogó con la prensa sobre la necesidad de pensar proyectos que sean desarrollados por el colectivo social. «No se puede pensar en instituciones aisladas o el sector público divorciado de los privados», explicó.

Así haciendo referencia al trabajo en Colombia en los años 90 mencionó la gran crisis que debió afrontar el pueblo colombiano como consecuencia de la ausencia de políticas públicas claras que garantizaran la igualdad de los ciudadanos. Ante ese panorama con altas tasas de homicidios y delitos, se fijó la meta de desde un momento crítico, dar inicio a un proceso de transformación integral de la ciudad.

Como primera medida se desarrollaron planes marco con una fuerte impronta educativa como faro, a lo que se sumaron espacios de interacción ciudadana tal como nuevas escuelas, espacios destinados a la cultura y mejora en los servicios esenciales. Así y con un proyecto pensado a corto, mediano y largo plazo se fueron desarrollando cada uno de los proyectos que en poco tiempo tuvieron resultados alentadores. Entre ellos nombró, la baja de las tasas de homicidios y delitos, la masiva participación de los ciudadanos en eventos culturales y deportivos, a lo que se sumó la decisión política de generar mecanismos de interacción interinstitucionales dando lugar a la acción mancomunada entre el sector público y privado.

 

Inclusión social

La realidad de la sociedad  colombiana en la década del noventa era incierta y con un alto grado de males que la afectaban como el narcotráfico y la delincuencia. Ello sumado a las políticas mal aplicadas donde el desarrollo urbano quedaba librado al azar del Alcalde de turno, hizo implosión y las consecuencias fueron nefastas: la tasa de mortalidad por homicidios en Medellín era similar a las que se conocen hoy en Ciudad de Juárez, México.

En medio de esa realidad hubo quienes vieron la oportunidad de diseñar un plan integral con visión de futuro y desarrollarlo con la intervención de todas las instituciones. A ello sumaron el valioso aporte del sector privado y pusieron en marcha un modelo que hoy ha dado sus frutos. En materia de ciudadanía, en los sitios donde había mayores índices de delincuencia apuntalaron los establecimientos educativos y sitios culturales como también la mejora en la accesibilidad de los servicios básicos. Ese compendio de acciones hizo que los habitantes cambien su perspectiva de vida y como dato real y concreto las estadísticas mostraron un antes y un después en los números de cantidad de homicidios como hechos delictivos. La clave fue la inclusión.

Jorge Pérez Jaramillo fue claro al presentar la experiencia Medellín y sostuvo que se trata de un proceso por el que todavía están transitando. “Aún resta mucho por hacer pero se han mejorado las condiciones de vida de muchas de las personas”, dijo.

“En algún momento se pensó que las ciudades eran para las clases sociales más poderosas pero la realidad es que la ciudad le pertenece a todos los que viven en ella”, agregó.

La experiencia Medellín, hoy ícono del desarrollo urbano en todo el mundo, logra en su desarrollo integral una mejor interacción social donde resultan claves tanto la accesibilidad a los servicios como el reconocimiento al vecino que vive, crece y se desarrolla en la ciudad. Los proyectos puestos en marcha siguen evolucionando hoy con nuevas metas y han marcado un antes un después en desarrollo económico, político y social de Colombia.

 

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