Aumenta la demanda de la producción hortícola

Cero Azul, Cerro Corá y olegario Andrade conforman la cuenca que abastece a Posadas y Oberá. La introducción de los créditos Proalimentos permitieron el montaje de invernáculos, así se logró dar continuidad a la producción de verduras y hortalizas durante el invierno.

El cinturón frutihortícola sigue afianzándose en la provincia con la adhesión continua de colonos que entienden que es posible una vida digna en la chacra. Con los centros de consumo como Oberá y Posadas, la zona de Cerro Azul, Cerro Corá y Andrade, se posiciona como el proveedor de productos frescos por excelencia.

El gran enemigo para los productos hortícolas históricamente fue la baja temperatura que se registra en la Provincia en época invernal. Sin embargo ese inconveniente fue sorteado por muchos productores gracias a que fueron beneficiados con créditos del Programa de Producción de Alimentos, recursos con los que pudieron construir invernáculos e implementar sistemas de riego acordes.

La posibilidad de contar con invernáculos le permite al colono producir durante todo el año con cultivos de cada estación. Tal es el caso de Orlando Hengel, un colono de Andrade, quien recibió un crédito del Proalimentos y hoy produce bajo cubierta morrones y pimientos como productos principales del invierno y tomates durante la temporada estival, entre otros cultivos de hoja.

“Estamos en tiempo de cultivos bajo invernadero y en septiembre comienza el de tomates a cielo abierto que será cosechado en diciembre y enero. Es un recurso que me sirve para completar el calendario con producciones”, señaló.

Destacó que los cultivos bajo cubierta demuestran una mejor calidad final y rendimiento porque están protegidos de las inclemencias climáticas y de las aves, la absorción de los fertilizantes es mayor y el riego tiene un mejor aprovechamiento.

Hengel contó que el cultivo de pimientos no es tarea fácil y que demanda mucha dedicación si se pretende mantener el emprendimiento como medio de ingreso económico. “Hay que desbrotarla y fertilizarla a tiempo, también estructurarla bien porque sino se caen todas”.

 “Se hace un subsolador, luego se rellena con estiércol, se lo vuelve a tapar y ahí se colocan los plantines  y luego ya se colocan los fertilizantes por riego. El ciclo de la planta da vuelta al año completo porque esto se plantó en los primeros días de enero y se terminaría la última cosecha en diciembre”, detalló.

Con la mano de obra de toda la familia Hengel logra colocar una buena partida de sus productos al Mercado Central en Posadas, mientras que otra partida es consumida por el mercado obereño y el resto es llevado por feriantes, quienes se acercan hasta su chacra para comprarles sus productos.

Por la gran demanda, Hengel ya está preparando otro invernáculo en el que reforzará la plantación de tomates. “Ya sembramos y dentro de unos 25 días ya estaría listo para el transplante”, adelantó.

 

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