Nuez Pecan, un cultivo de alta rentabilidad

El productor y viverista de nogales de Pecan nos explica las razones del creciente interés por esta alternativa en tierras misioneras

“Estamos orgullosos de este proyecto” comienza Juan Carlos Burgarello, médico santafesino de 57 años que ha elegido suelos entrerrianos para sumergirse de lleno en el cultivo de la nuez pecan. “Hace cinco años comenzamos con este cultivo porque reunía tres cualidades de gran interés para nosotros: es sumamente amigable con el medio ambiente ya que requiere una utilización mínima de químicos, es de fácil manejo y; en tercer lugar y  el más importante; es un cultivo de alta rentabilidad. Empezamos con una plantación de 30 hectáreas y actualmente estamos por duplicarlas. Además; hace tres años comenzamos con Vivero Anju: un vivero comercial dedicado a la venta de variedades genéticamente mejoradas de nogales de pecan, de variedades certificadas en Estados Unidos, porque queremos que otros productores puedan iniciarse en este cultivo a partir de plantas de excelente calidad y sanidad. En eso estamos enfocando nuestros esfuerzos” continúa con entusiasmo.

El Nocal Pecan (Carya Illinoensis) es un árbol caducifolio que crece hasta una altura que varía entre los 40 y 60 metros en promedio, con una vida útil productiva que sobrepasa los 100 años. El fruto de este árbol es la NUEZ PECAN, fruto seco cuya cantidad demandada y precio ha aumentado exponencialmente, motivado por la creciente tendencia hacia el consumo de productos orgánicos, saludables y de alto valor energético.

El cultivo del nogal pecan brinda un extenso abanico de opciones para el sector primario y el sector industrial: desde el punto de vista médico su fruto; la nuez pecan; es rica en vitaminas, disminuye el colesterol, no contiene sales y da calorías. Además del fruto también se usa la madera de nogal para hebanistaría, es dura y noble, y la cáscara se utiliza para elaborar productos para pulir, para producir taninos y pulir, además de la cualidad ornamental del árbol mismo. Las posibilidades para el pequeño productor también tienen su atractivo: una familia promedio con una pequeña bomba de succión -en caso de falta de agua- puede gestionar una plantación sin problemas.

Al preguntarle sobre las perspectivas a futuro de este cultivo expresa que “tiene mucho potencial y futuro no le va a faltar. Argentina importa anualmente alrededor de 12 millones de dólares desde Chile; lo que denota un mercado interno insatisfecho. Además, hay una fuerte demanda internacional que la oferta mundial no llega ni por asomo a cumplir, con mayores importaciones registradas en Estados Unidos, Europa y parte del sudeste asiático; mercados que aún así continúan insatisfechos. Por otro lado, las condiciones de zonas como Entre Ríos, Corrientes y Misiones son excepcionales; las tierras son de las mejores del mundo para este tipo de plantación, además de que hay agua de excelente calidad a disposición -ambos requisitos críticos para el éxito-, por lo que las condiciones para el productor en estas zonas son inmejorables” y luego continúa “estos dos factores, sumados a sus bajos costos de mantenimiento, su manejo sencillo, su alto rendimiento y la capacidad para generar un flujo a corto plazo constante y creciente de dinero hacen que sea una alternativa más que recomendable para animarse con este cultivo” remata.

Al dar más detalles sobre la producción Burgarello cuenta que “nuestras plantaciones en Entre Ríos ya dieron frutos a los dos años y medio y algunas plantas incluso llegaron a dar hasta 60 nueces, un rendimiento sin precedentes a nivel mundial. Según datos del departamento de agricultura de los Estados Unidos, a los cinco años ya se alcanza 1 kilo por planta, y a los doce años unos 20 kilos. En provincias como Entre Ríos, Corrientes y Misiones es de esperar que se alcance un rendimiento similar como mínimo, aunque en mi opinión; lo más probable es que el rendimiento sea incluso superior”.

Luego concluye “las plantas de variedades injertadas con especies de genética mejorada que producimos y las condiciones agroclimáticas superiores que se presentan en tierras misioneras, correntinas y entrerrianas permiten que la cosecha de nueces y los ingresos lleguen rápidamente. Es una gran oportunidad y hay que saber aprovecharla. Sumado a esto, la demanda mundial creciente, la facilidad y bajo costo de manejo y la diversidad de alternativas para la comercialización que se le presentan al productor, dejan prever una alta rentabilidad y finalmente dejan en evidencia el porqué del creciente interés por el cultivo del pecan”.

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