Nemesio Parma, camino a convertirse en franja productora de Posadas

El acelerado crecimiento poblacional de Posadas la posicionó como el segundo centro de consumo con mayor demanda de la región. Las ferias francas aparecieron para ayudar a paliar el faltante de productos agroalimenticios.

El acelerado crecimiento poblacional que ha experimentado Posadas en los últimos años la posicionó como el segundo centro de consumo con mayor demanda de la región. Cuando esto comenzó a sentirse, las ferias francas aparecieron como el componente que ayudó a paliar el faltante de productos agroalimenticios. Este escenario motivó al Estado a pensar en un plan a largo plazo que contemple, entre otras necesidades, el desarrollo de un polo agroproductivo conformado por un cinturón verde y un parque industrial en la zona donde se construye en nuevo puerto, en Nemesio Parma.

Esa zona se va convirtiendo, a paso lento pero firme, en una franja productora, pues ya existen allí pequeños emprendimientos de familias que se dedican a la cría de cerdo, conejos y hasta de gallinas para la producción de huevos.

Este es el caso del Establecimiento Avícola Don Román, de la familia López en Nemesio Parma. Un emprendimiento familiar que comenzó a gestarse hace un año y que encontró su consolidación a través de un crédito otorgado por el Proalimentos. Beatriz López, propietaria del establecimiento comentó que, a pesar de contar con unas 600 aves, gallinas ponedoras de distintas posturas, aún se encuentran en la etapa inicial, pues tuvo que reponerse de una mortandad importante.

Comenzó con la cría de gallinas para el autoconsumo, pero vio la posibilidad de ampliar su proyecto con la asistencia financiera y técnica del Proalimentos, ejecutado por el Ministerio del Agro y hoy cuenta con 600 aves ponedoras, de las cuales unas 100 ya están en plena producción.

 “Nos asesoraron en todos los detalles, incluso en el diseño de los galones, donde las tenemos bien separadas por tejidos dependiendo de sus posturas”, explicó López. “Las que están en producción las tenemos en otro galpón”, agregó.

“Durante el primer mes de vida hay que alimentarlas con el iniciador para pollas ponedoras”, dijo la granjera. “El cuidado inicial es primordial para que después se obtengan buenos resultados. Tienen que alimentarse dos meses con el balanceado y el iniciador”, reiteró.

Explicó que el galpón debe contar con luz abundante, pero los animales deben estar protegidos del viento, y que el iniciador se les tiene que dar hasta que rompan postura, etapa a partir de la cual aquel alimento se reemplaza por el pre-postura. “En un principio se le da a discreción, pero una vez que rompieron postura hay que dosificarle en aproximadamente 100 gramos por gallina”, especificó.

Beatriz López lleva puntillosamente un registro de todos los movimientos de su granja, desde la gallina que rompe postura, la ración diaria de alimento, los pollitos que requieren de antibióticos, las gallinas que ya están condiciones de pasar al galpón de producción, cuántos huevos ponen por día y hasta cuántos comercializa diariamente.

“Por ahora estamos comercializando entre conocidos, vecinos y familiares, es que tuvimos una mortandad importante y ahora nos estamos reponiendo”, comentó. “Tenemos gran demanda, pero todavía no contamos con la producción necesaria para trabajar como un mercado”. Sin embargo, estimó que pronto su establecimiento estará en condiciones de ser un verdadero negocio.

 

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