Hoy se celebra el Día del Niño por Nacer

 Hoy viernes 25 se celebra en Argentina, y en el mundo, el Día del Niño por Nacer. En esta fecha, establecida en nuestro país por el decreto presidencial 1406/98, se pretende recordar a toda la ciudadanía la importancia de los derechos de los niños aún no nacidos.  La Argentina fue el primer país del mundo en declarar el Día del Niño por Nacer, y la paradoja es que hoy -13 años después- se está hablando de despenalizar el aborto.

En los considerandos del decreto 1406/98 se recordaba que la calidad de persona, como ente susceptible de adquirir derechos y contraer obligaciones, deviene de una prescripción constitucional. Para nuestra Constitución y nuestra legislación civil y penal, la vida comienza en el momento de producirse la concepción. Por ello, hablar de aborto legal es alzarse contra toda nuestra legislación.

El Decreto consideraba:

– la Declaración Universal de Derechos Humanos, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de diciembre de 1948, que proclamó la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana, ratificando así la afirmación contenida en la Carta de las Naciones Unidas acerca de la fe de los pueblos en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona humana y en la igualdad de derechos de todo el género humano.

– la política de concreción efectiva de la protección universal de los derechos humanos, para todos los hombres y para todas las naciones, en donde la comunidad internacional ha destacado al niño como un sujeto digno de una especial consideración, particularmente en la Declaración de los Derechos de Ginebra de 1924 sobre los Derechos del Niño, en la Declaración de los Derechos del Niño adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 20 de noviembre de 1959 y en la Convención sobre los Derechos del Niño aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 20 de noviembre de 1989.

– el Preámbulo de la Convención sobre los Derechos del Niño: «el niño, por su falta de madurez física y mental, necesita protección y cuidado especiales, incluso la debida protección legal, tanto antes como después del nacimiento».

– que especialmente en su etapa prenatal, el niño es un ser de extrema fragilidad e indefensión, salvo la natural protección brindada por su madre.

– que el niño, tanto antes como después del nacimiento. «para el pleno y armonioso desarrollo de su personalidad, debe crecer en el seno de la familia, en un ambiente de felicidad, amor y comprensión», como lo señala la Convención sobre los Derechos del Niño, lo que incluye un especial cuidado de su salud tanto psíquica como física.

– que la vida, el mayor de los dones, tiene un valor inviolable y una dignidad irrepetible.

– que el derecho a la vida no es una cuestión de ideología, ni de religión, sino una emanación de la naturaleza humana.

– que la calidad de persona, como ente susceptible de adquirir derechos y contraer obligaciones, deviene de una prescripción constitucional y para nuestra Constitución y la Legislación Civil y Penal, la vida comienza en el momento de producirse la concepción.

– que debe reafirmarse públicamente el compromiso de este Gobierno con las causas de la humanidad, así como lo ha hecho en los Foros internacionales de El Cairo en 1994, Copenhague y Beijing en 1995 y Estambul en 1996 y, tomando en cuenta que habitualmente se designa un día en el calendario para conmemorar los hechos más relevantes del genero humano, se considera apropiado y necesario dedicar un día en el ámbito nacional al niño por nacer, con el objeto de invitar a la reflexión sobre el importante papel que representa la mujer embarazada en el destino de la humanidad, y el valor de la vida humana que porta en su seno.

– que se estima conveniente que el Día del Niño por Nacer se celebre el 25 de marzo de cada año, fecha en que la Cristiandad celebra al Anunciación a la Virgen María, en virtud de que el nacimiento más celebrado en el mundo por cristianos y no cristianos es el del Niño Jesús cuyo momento de concepción coincide con dicha fecha.

– que también en ese día se conmemora el Aniversario de la Encíclica Evangelium Vitae, que el Papa Juan Pablo II ha destinado a todos los hombre de buena voluntad.

Conferencia Episcopal Argentina

Este año, ante el inminente tratamiento de la Ley de Despenalización del Aborto y en el marco del Año por la Vida, la Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal Argentina ha decidido instar a todas las comunidades católicas a celebrar de manera particular el Día del Niño Por Nacer

“Celebremos este año el 25 de marzo pidiendo al Espíritu Santo, Dador de Vida, la fuerza necesaria para transformar la realidad y que cada niño y niña, encuentren al nacer, cuna, alimento y sobre todo unos brazos sanos y amorosos de padres y madres que los guíen y acompañen en su crecimiento. María, madre de Jesús y madre de todos nos acompañe en el camino”, expresan los Obispos en el comunicado llamado “Celebrar la vida desde el comienzo”

“Desde hace algunos años, ha quedado establecido en el calendario de nuestro país, el 25 de marzo, como el día del niño por-nacer. Pero desde hace muchos siglos, los cristianos celebramos en esa fecha, la fiesta de la Anunciación, recordando el momento en el que el ángel le pregunta a María si acepta ser la Madre del Señor (Lc 1,26-38). Con el “sí” de María comienza la existencia histórica de Jesucristo, quien empieza así a vivir en el vientre de esta joven mujer de Nazareth.

“Desde entonces podemos decir que Dios ha tomado partido por el hombre, por su vida, asumiendo él mismo todas las vicisitudes de la existencia humana. Dios ama la vida de tal modo, que se hizo uno de los nuestros, creciendo en el vientre de una mujer, naciendo de ella, viviendo y muriendo como todos nosotros.

“Desde su nacimiento la Iglesia de Cristo entiende su misión en el mundo como una celebración, un anuncio y un servicio a la Vida. A lo largo de sus dos mil años de existencia promovió una `cultura de la vida´. Lo hizo a través de las obras de ayuda a los más necesitados, la educación de niños y jóvenes, el acompañamiento a los novios y a los matrimonios, la atención brindada a los ancianos, el interés por cuidar a los enfermos y de asistir a quienes están muriendo y muchas otras iniciativas orientadas a cuidar y promover la vida.

“En continuidad con las enseñanzas de Jesús, sostenemos el valor de toda vida humana, pero nos sentimos especialmente llamados a cuidar y promover la vida frágil, expuesta o en riesgo. Por eso nos preocupa especialmente una de las etapas de mayor fragilidad, la del comienzo de la vida, frente a una mentalidad que disminuye la gravedad moral y jurídica del aborto. La celebración del día del niño por nacer debe invitarnos a la reflexión y al compromiso. A la reflexión sobre el valor de la vida y a un compromiso concreto con esta primera etapa vital tan importante. Cuidar a los niños y niñas por nacer implica en primer lugar cuidar a sus madres, promoviendo embarazos saludables, velando por la alimentación y la atención sanitaria tanto de la madre como de su hijo o hija.

“Finalmente y siempre tenemos la tarea de hacer de este mundo un lugar pacífico y justo, en el que todos los niños puedan disfrutar de una vida plena. Lo dice claramente el Santo Padre Benedicto XVI: “Lamentablemente, incluso después del nacimiento, la vida de los niños sigue estando expuesta al abandono, al hambre, a la miseria, a la enfermedad, a los abusos, a la violencia, a la explotación. Las múltiples violaciones de sus derechos, que se cometen en el mundo, hieren dolorosamente la conciencia de todo hombre de buena voluntad. Frente al triste panorama de las injusticias cometidas contra la vida del hombre, antes y después del nacimiento, hago mío el apremiante llamamiento del Papa Juan Pablo II a la responsabilidad de todos y de cada uno: «¡Respeta, defiende, ama y sirve a la vida, a toda vida humana! Sólo siguiendo este camino encontrarás justicia, desarrollo, libertad verdadera, paz y felicidad”

Credo de la Vida:
Creo y amo a Dios, Uno y Trino, que es Amor y Vida. Creo y amo a Dios, nuestro Padre, fuente del Amor y de la Vida.
Creo y amo a Jesucristo, Camino, Verdad y Vida.
Creo y amo al Espíritu Santo, Señor y dador de Vida. Creo y amo la vida como un regalo de Dios: se recibe gratuitamente para ser donada gratuitamente.
Creo y amo la belleza y la bondad de la vida.
Creo y amo la belleza e igual dignidad de ser hombre y mujer, diferentes y complementarios.
Creo y amo el matrimonio y la familia que tienen a Dios por Autor.
Creo y amo la sexualidad humana como un don de Dios para ser vivido en el matrimonio.
Creo y amo a la familia, santuario de la vida. Creo y amo la vida, la cual es sagrada desde el momento de la fecundación.
Creo y amo la vida y me comprometo a protegerla, promoverla y defenderla en todos sus momentos y formas.
Creo y amo la naturaleza, don confiado por Dios al cuidado del hombre y la mujer.
Creo y amo la verdad de la ciencia, la cual es iluminada por la fe para llegar a conocer la verdad que Dios escribió en el ser humano y en la naturaleza.
(Agenda semanal de la Arquidiócesis de Corrientes)

 
   
 

   

 

LA REGION

NACIONALES

INTERNACIONALES

ULTIMAS NOTICIAS

Newsletter

Columnas