El límite K que impuso Rozas en Misiones, a punto de quebrarse en Neuquén y Río Negro

Pese a que el presidente de la UCR, Ángel Rozas en Misiones había puesto como límite para las alianzas al “kirchnerismo”, en Río Negro y Neuquén, el radicalismo está cerca de asociarse con los K.

Pese a que el presidente de la UCR, Ángel Rozas en Misiones había puesto como límite para las alianzas al “kirchnerismo”, en Río Negro y Neuquén, el radicalismo está cerca de asociarse con los K.

Un clima de suspicacias y de creciente tensión interna agita por estas horas al radicalismo. Todas las miradas apuntan a la cúspide del partido, encarnada por el alfonsinista Angel Rozas, luego de que en Río Negro y en Neuquén los respectivos bastiones radicales hicieran explícitos sus lazos electorales con el kirchnerismo.

El caso de Neuquén es el más paradigmático: allí, el candidato a gobernador de la UCR, Martín Farizano -cercano a Ricardo Alfonsín-, llevará como candidata a vicegobernadora nada menos que a Nanci Parrilli, senadora nacional y hermana del secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli. Juntos intentarán destronar al Movimiento Popular Neuquino (MPN) del poder provincial.

Ambos candidatos sellaron ayer su acuerdo en medio de abrazos y de cánticos, rodeados de militantes justicialistas con los brazos en alto, blandiendo su típica señal de la «v» de la victoria. Parrilli aseveró que acompañará al gobierno nacional porque, exclamó, «nos sentimos parte del proyecto que encarna Cristina».

Como contrapartida, el diputado cobista Horacio Quiroga criticó esta alianza. «Lo de Farizano es difícil de explicar», reflexionó. Y remarcó que «al mirar para otro lado la UCR nacional ya no es alternativa de poder».

En tanto, en Río Negro la crisis interna de la UCR local amenaza con estallar luego de que un sector advirtiera que no acompañará al candidato a gobernador del partido, César Barbeito, si profundiza su alianza con el kirchnerismo.

«No contarán con nosotros», enfatizó Bautista Mendioroz, referente provincial de Ernesto Sanz, rival de Alfonsín en las elecciones internas por la candidatura presidencial.

La alianza entre Barbeito -delfín del gobernador radical Miguel Saiz- y el kirchnerismo ya parece un hecho. Sin ir más lejos, la semana pasada Saiz ratificó su simpatía por el Gobierno y ratificó que no ve «ni a Alfonsín ni a Ernesto Sanz (su rival en las elecciones internas radicales) como alternativa de poder».

«No vamos a acompañar el camino de una alianza con el Gobierno», enfatizó Mendioroz a La Nacion. El dirigente rionegrino aún lamenta que la cúpula partidaria no haya actuado a tiempo para evitar que la provincia corra el riesgo de caer, otra vez, en manos kirchneristas.

«Mendioroz perdió en la elección interna frente a Barbeito, pero hubiera ganado si el alfonsinismo bajaba de la disputa a su candidato, Fernando Chironi. Los votos que cosechó Chironi le hubieran valido a Mendioroz para imponerse», explican en su entorno.

El sector más crítico de la UCR cuestiona, indignado, estas alianzas locales con el kirchnerismo. Y miran, con recelo, el silencio de Rozas, impulsor de Alfonsín.

«En cada distrito los referentes locales trazan las estrategias y las alianzas a su juicio más convenientes para ganar. Muy poco es lo que se puede imponer en el nivel nacional», explicaban ayer los voceros del presidente del partido.

 

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