La triatleta misionera, Brenda Coral Spasiuk (22), ha vivido verdadera odisea con más de 36 horas sin dormir, producto del problema originado con los controladores de vuelo en Aeroparque Metropolitano «Jorge Newbery» y en los aeropuertos de Ezeiza y San Fernando e imponderables que le ocurrió durante el Ironman 70.3 de San Juan de Puerto Rico, en donde ganó la plaza para el Mundial de las Vegas, pero le quitaron esta oportunidad por cuestiones organizativas.
La triatleta misionera, Brenda Coral Spasiuk (22), ha vivido verdadera odisea con más de 36 horas sin dormir, producto del problema originado con los controladores de vuelo en Aeroparque Metropolitano «Jorge Newbery» y en los aeropuertos de Ezeiza y San Fernando e imponderables que le ocurrió durante el Ironman 70.3 de San Juan de Puerto Rico, en donde ganó la plaza para el Mundial de las Vegas, pero le quitaron esta oportunidad por cuestiones organizativas.
La deportista misionera se encontraba varada esta tarde –junto a más de cien pasajeros- en Carlos Paz (Córdoba) sin destino fijo, tras una escala que realizó el vuelo 1303 de Aerolíneas Argentinas procedente de Miami (Estados Unidos) al no poder aterrizar anoche a las 19:00 en Ezeiza.
“Estoy más de 36 horas sin dormir, a sandwichitos y jugo, sin saber cuando viajamos”, relató con fastidio y bronca la misionera, quién regresa a la Argentina tras haber participado el pasado sábado del Ironman 70.3 de San Juan de Puerto Rico y en donde además tuvo un duro percance, el haber clasificado para el Mundial de Triatlón de Las Vegas (EE.UU.) de este año, pero a la vez haber perdido la plaza porque no alcanzó a llegar a tiempo a la premiación en donde se adjudicaba la misma. En ese aspecto la organización de los Ironman en el mundo son muy estrictos con esta norma de estar presente en el momento de la premiación.
Es que Brenda tuvo una carrera muy difícil, sufrió problemas estomacales en la carrera de 21 kilómetros finales y al haberse ido a descansar rápidamente al Hotel tras la competencia por su dolencia, momento en que se llevó a cabo la premiación y por consiguiente el otorgamiento de la plaza para el “Word Champions Ship 70.3” de Las Vegas a disputarse en septiembre próximo. Al no estar presente Brenda en el momento indicado, se quedó con las manos vacías.
A semejante frustración, otros imponderables le ocurrieron a la triatleta, como el caso de afrontar el pago del hotel de 200 dólares diarios sin desayuno, cuando en realidad estaba pautado que los triatletas debían abonar sólo 133 dólares en todo concepto. Finalmente este inconveniente se subsano por la intervención de los dirigentes de los Organización del evento, pero el mal rato no lo tuvo que pasar.
Por otra parte en su viaje de Miami a Puerto Rico, Brenda Spasiuk, debió pagar la suma de 300 dólares adicionales para llevar su bicicleta. Tras cartón, al regresar a Miami, se encontró que ya salía su vuelo en Aerolíneas, motivo que apenas le alcanzó tiempo para dejar su bicicleta de competición y demás elementos deportivos en las oficinas de la empresa y subirse al avión sin su rodado, valuado en 5.000 dólares.
A pesar de ello, la deportista misionera intentó dejar de lado las peripecias de Puerto Rico y Miani, pero al ingresar a la Argentina se enteró en el aire que los aeropuertos argentinas de Azeiza, San Fernando y Jorge Newbery están cerrados por “desperfectos en los controladores de vuelo”.
Su avión debió enfilar hacia Córdoba, donde aterrizó alrededor de las 20:00 a la espera de una solución. Brenda y los demás pasajeros permanecieron dentro de la aeronave varias horas, hasta que a la madrugada se les notificó que debían trasladarse hasta un hotel en Carlos Paz, donde hasta hoy a las 17:00 permanecían allí con la promesa de que el vuelo de Aerolíneas Argentinas 1303 de retorno a Ciudad Autónoma de Buenos Aires decolaría esta noche después de las 20:00 y que pondría fin a la odisea que padeció Brenda Spasiuk en las últimas 48 horas.
