“Quiero volver a ver a mi familia”, dijo el misionero que está en Tokio

Martín Selva está en Japón hace un año y asegura que en Tokio no se sintieron con gravedad los efectos del terremoto, aunque hubo mucha confusión y temor. Es posadeño y estudiante de idioma, contó que los primeros temblores los sintió mientras viajaba en el tren y que las réplicas se sienten cada cinco minutos. Mantiene contactos con sus afectos a través de las redes sociales y admite que la experiencia de haber viajado fue buena pero que extraña a su familia, por lo que decidió regresar a la provincia en mayo. 

 

Martín Selva es un joven posadeño que hace poco más de un año, cuando concluyó la escuela secundaria decidió viajar a Japón para estudiar el idioma. Sabía que la experiencia sería distinta, aunque no imaginó que formaría parte de uno de los peores desastres naturales de la historia. Vive a 300 kilómetros del epicentro del sismo y tsunami que castigaron a Japón, aunque pudo sentir los movimientos y temblores, y hoy su relato es en primera persona.

 

“La primera réplica la sentí cuando iba en el tren, sentimos que se movía todo y el tren paró y se seguía sacudiendo, entonces nos bajaron en una estación y automáticamente una voz en el altoparlante nos dijo qué teníamos que hacer. No sabíamos qué pasaba, había mucha confusión, pero fue todo muy ordenado. Japón es uno de los países mejores preparados para terremotos, hasta los edificios están preparados, todo se movió pero cuando volví a mi departamento todo estaba en su lugar en perfectas condiciones”.

 

El joven agrega que la orden es que no se use el gas, que todo siga normal pero que estén en alerta. Las sirenas suenan constantemente.

 

Martín habló con este medio a las 07:00 de la mañana hora nipona, y el día después el servicio de agua y luz volvieron, las escuelas se transformaron en centros de refugiados para las personas que no pueden regresar a sus hogares, y en el lugar hay una tensa calma, tanta, que la jornada de trabajo es normal.

 

Mantiene contactos con sus afectos en Posadas a través de las redes sociales y el teléfono, y  admitió que si bien su estadía en oriente fue buena, no cubrió del todo sus expectativas, estudió el idioma pero decidió no ingresar a la facultad. El peso de los sentimientos pudo más, extraña a su familia, y en mayo regresa a la provincia. 

 

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