“Deberían estar más cerca del 20% los aumentos de salarios»

El presidente de Banco Macro, Jorge Brito, descartó una devaluación: «Esa era una alternativa en el pasado, no ahora. Lo que tenemos que hacer es recuperar el superávit fiscal y ahorrar los pesos que permitan al Banco Central comprar dólares sin emisión», indicó en una entrevista con Ámbito Financiero.

El presidente de Banco Macro, Jorge Brito, descartó una devaluación: «Esa era una alternativa en el pasado, no ahora. Lo que tenemos que hacer es recuperar el superávit fiscal y ahorrar los pesos que permitan al Banco Central comprar dólares sin emisión». En su doble rol de banquero pero al mismo tiempo titular de ADEBA (la cámara que nuclea a los bancos de capital privado nacional), advierte sobre las negociaciones salariales que se avecinan y sus posibles efectos inflacionarios: «No es lógico estar hablando de un 30% de aumentos, creo que los incrementos deberían estar más cerca del 20%». Pero además pide que las negociaciones tengan en cuenta «no sólo las diferencias de los distintos sectores empresariales, sino también la situación de las empresas dentro de cada rama, porque cada una tiene su situación particular». Brito se apura en desmentir cualquier vinculación en relación con la compra de Aerolíneas Argentinas. «Me enteré por lo que se publicó. No tengo ningún interés ni tampoco me han hecho comentarios sobre este tema». Se muestra optimista para 2011 a pesar de ser un año electoral: «Es un clásico que aumente la fuga de capitales antes de las elecciones, pero no tenemos que preocuparnos porque tenemos los dólares de «san soja» que amortiguan esos impactos».

A continuación, los principales pasajes de la entrevista con el presidente de Banco Macro, en la que además dio sus proyecciones sobre el crecimiento del crédito, enfatizó la necesidad de bajar los subsidios y aportó consejos para los ahorristas en un año por demás volátil para las inversiones: 

Periodista: ¿Qué sucederá con el crédito este año?

Jorge Brito: Desde el Banco Macro estamos apuntando a un crecimiento del 40% para este año y las proyecciones del negocio están basadas en ese nivel. Probablemente haya mayor peso en los préstamos a empresas, pero básicamente será una continuidad de lo que sucedió en 2010. Estaremos por encima del sistema, que tendría un incremento del stock crediticio del orden del 30%. 

P.: ¿Cómo está viendo el año desde el punto de vista económico?

J.B.: Si uno mira 2010, fue un año de mucho ruido político y sin embargo el crecimiento de la economía fue uno de los mejores que hubo. No veo que este año sea mucho más movido políticamente que 2010, por lo que no hay que esperar un impacto demasiado importante en la actividad económica. 

P.: ¿A cuánto ascendería el crecimiento este año, luego de la fuerte expansión de 2010?

J.B.: Desde el banco proyectamos que la economía va a crecer entre un 6% y un 7%, ayudada por el arrastre del año pasado, que deja un piso superior al 3%. Pero también a la expectativa de lo que suceda en la economía mundial. El aumento del precio del petróleo impacta en el mundo, no directamente en la Argentina, pero nos podría afectar de manera indirecta si se produce una desaceleración en la economía mundial. 

P.: Pero en los períodos electorales se produce una aceleración en el ritmo de salida de capitales. ¿Sucederá lo mismo en 2011?

J.B.: La fuga se ha mantenido en los últimos años en la Argentina; podrá crecer algo, pero frente a lo que va a ingresar por la venta de materias primas no cambia demasiado. En los últimos cuatro años tuvimos salida de capitales por 50.000 millones de dólares. Sin embargo, el problema de todos los años es la cantidad de dólares que tiene que comprar el Banco Central para que no caiga el tipo de cambio. Cuando hacemos un paralelo con los 80 o los 90, no nos damos cuenta de que tenemos un «san soja» que nos da más de u$s 20.000 millones por año que amortiguan los efectos de esta salida de fondos.

P.: ¿Cómo ve el comportamiento de las tasas?

J.B.: Hoy la sensación que tengo es que la tasa está algo por debajo del punto de equilibrio. No puede bajar más de ese nivel, pero podrá subir algún punto, no mucho más de eso.

P.: ¿Y en relación con el comportamiento de los ahorristas?

J.B.: El año pasado crecieron bien los plazos fijos. Este año no creo que se vuelva a aumentar al mismo ritmo, probablemente estemos en un nivel cercano al 10%. Evidentemente la dolarización de las carteras jugará un rol durante 2011. Pero tengamos en cuenta que en el pasado cuando había procesos electorales directamente caían los depósitos, ahora sólo hablamos de un crecimiento a menor ritmo. Es cierto que el crédito crecerá más que el incremento de las colocaciones en los bancos, pero los bancos tienen mucha liquidez acumulada, por lo que no existe un problema de fondeo.

P.: Muchos empresarios se quejan del aumento de costos por la subas salariales. ¿Qué espera de las próximas negociaciones salariales?

J.B.: Todavía no nos sentamos a hablar de paritarias en el sector bancario. Tenemos que ser responsables, tanto empresarios como sindicalistas, porque todos debemos tener presente lo que pasó en otras épocas, por ejemplo en el 75. No sea cosa de que por tratar de pedir más de lo que se puede dar se termina complicando todo. Hay que tener prudencia de las dos partes. Tenemos que sentarnos empresarios y sindicatos y tener una negociación razonable. Y entender, además, que hay algunos sectores que pueden dar más que otros. Incluso dentro de una misma rama de actividad, algunas empresas podrán dar más incrementos salariales que otras. Para mí el 30% no es razonable, es muy alto. Desde diciembre vengo hablando de que la cifra lógica debe estar más cerca del 20%.

P.: ¿El Gobierno no estableció un piso del 27% al negociar con CTERA el aumento para los docentes?

J.B.: Bueno, pero se habló de un aumento del piso salarial para esos niveles. Pero no es lo mismo hablar de un 27% para el básico que de un 20% para los que están más arriba en la escala. Además, en algunos casos cuando se habla del 30%, al ser escalonado, en realidad el impacto salarial en el año termina siendo menor. Pero me parecería lógico que se hable de aumentar más el básico y menos el resto.

P.: ¿Qué pasará con la inflación este año?

J.B.: Estará muy atada a lo que suceda en las negociaciones salariales. Se descree del INDEC y cada uno tiene en la cabeza una inflación diferente. Cuando uno habla de pautas salariales está marcando el rumbo de lo que pasará con los precios en el año. El aumento de salarios determinará cuál es la realidad de la inflación este año.

P.: ¿Cree que hay margen para que este año se produzca una baja adicional del riesgo-país?

J.B.: Puede seguir bajando, aunque también dependerá del contexto internacional. Pensemos que los bonos argentinos tenían en 2007 un riesgo de 200 puntos básicos. Si miramos los fundamentals de la Argentina, estamos mejor que muchos países. La deuda en relación al PBI, por ejemplo, está en niveles muy bajos. Y si encima se descuenta lo que ya tienen comprado la ANSES y el BCRA, queda en no más del 20% del Producto.

P.: ¿Le preocupa el atraso cambiario, con un dólar casi planchado e inflación en alza?

J.B.: Voy a responder con algo más complicado. Supongamos que todos tenemos en la cabeza un tipo de cambio más alto. Pero el Banco Central no puede comprar más de lo que compra, por lo que subir la cotización no es viable. Estamos permanentemente en la cabeza espejando lo que pasó en los 80 y los 90, pero es un ciclo diferente. Se tienen grandes exportaciones en volúmenes y precios, con un superávit comercial que supera los 12.000 millones de dólares. Antes devaluar era fácil, ahora es mucho más complejo. Los países que exportamos materias primas tenemos la misma situación. Yo siempre defendí el encaje del 20% para el ingreso de capitales golondrina. La plata que entra para aprovechar tasas más altas, después sale muy rápido. Brasil puso un impuesto, no un encaje, e igual el dólar sigue cayendo. Es cierto que hay un deterioro de la competitividad, pero la receta de devaluación, más allá de que le pega al asalariado, era una solución frecuente y común en décadas pasadas. Ahora habrá que estudiar mucho y corregir de otra manera.

P.: ¿Y cuáles serían las alternativas para corregir un eventual atraso cambiario?

J.B: Una fórmula es volver al superávit fiscal para conseguir los pesos que permitan comprar dólares, en vez de comprarlos con emisión. Se puede trabajar sobre los subsidios para conseguir un mayor ahorro. Que a mí me subsidien la luz y el gas no es razonable. Y esto no es proponer un ajuste ortodoxo. Hay mucho para recortar en materia de subsidios para recuperar ese ahorro fiscal.

P.: ¿Cómo ve la situación internacional, especialmente complicada ahora por lo que sucede en Medio Oriente?

J.B.: Lo de Libia es más complicado porque hay temas geopolíticos serios y lo dejo para la gente que sabe de estos temas más que yo. En el caso de Europa hay que ver las diferencias. Grecia tiene un problema de base, pero Alemania está infinitamente mejor. El problema de países como Grecia es estar atados al euro. Lo que sucedió es que a los países se les pidió cumplir con las condicionalidades del tratado de Maastrich para entrar a la Unión Europea, pero después no se les exigió nunca más. En el caso de Estados Unidos veo que salió de la recesión, pero todavía tiene un problema de desocupación fuerte. La gente quedó muy asustada con la crisis, le va a costar volver a endeudarse.

P.: ¿Qué les recomienda a los inversores para este año de mucha volatilidad?

J.B.: Siempre es buena la diversificación, en todos los órdenes. Tenés varias empresas en la Bolsa de distintos rubros, por lo que como inversor podés aprovechar para entrar en distintos sectores.

P: ¿No le parecen exagerados los precios de los inmuebles y los campos?

J.B.: Hay tres zonas de elite, como Puerto Madero o Barrio Norte, pero los valores del metro cuadrado son razonables en el resto. Respecto del valor de los campos, la prueba de que no están tan altos es que en 2008, en plena crisis del campo y en medio de la sequía, los precios no bajaron nada. La expectativa es que para el año 2050 habrá que producir en el mundo el doble de alimentos de lo que se produce hoy y esto le da un gran valor a la tierra. Cuando se ve el oro en 1.400 dólares, la verdad es que tienta a buscar otras alternativas. Como reserva o refugio de valor, la verdad es que me quedo más con la tierra o la propiedad.

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