Aseguran que Misiones tiene gran potencial en materia arqueológica

Tesoro. El hallazgo muestra el potencial arqueológico de Misiones.

Tesoro. El hallazgo muestra el potencial arqueológico de Misiones.

El hallazgo en Santa Ana de piezas pertenecientes a comunidades guaraníes previas a la llegada de los Jesuitas abre el juego para un posible desarrollo de la especialidad 

Exactamente hace una semana los vecinos de Santa Ana se vieron sorprendidos porque, luego de los primeros trabajos realizados por máquinas viales para abrir un camino que conduciría a la nueva toma de agua, la posibilidad de un gran hallazgo arqueológico se abría ante ellos. Efectivamente, tras dar conocimiento sobre lo ocurrido a especialistas e investigadores se confirmó que se trataba de un espacio, cercano al Puerto, donde se recolectaron cerca de 450 piezas de cerámica guaraní y herramientas de piedra. Los elementos encontrados casi de manera casual serían, según indicó preliminarmente la arqueóloga María Alejandra Schmitz, de la época anterior a la llegada de los sacerdotes de la Compañía de Jesús a la región. La noticia trajo a la luz la posibilidad de que como este sitio denominado Cuesta Brava (lugar donde se hallaron los elementos anteriormente descriptos) haya otros donde se guarden restos de civilizaciones precolombinas. Así lo habían demostrado también las excavaciones realizadas en la Isla Cañete, tesoro arqueológico que tomó conocimiento público en enero de 2004.

 “En materia de arqueología, en Misiones hay mucho potencial. En la zona Norte de la Provincia hay un grupo de investigación de la Universidad de Buenos Aires que está trabajando y también lo hacen en forma conjunta con nosotros. A ello se suman los trabajos de la Universidad Nacional de Misiones en varios sitios y vamos a darle todo el apoyo que sea necesario, también en el control de los sitios, las investigaciones y en el material que debe quedar en la Provincia. Los grupos se deben hacer cargo de las colecciones y que estas se preserven en las condiciones adecuadas y se haga un trabajo de difusión hacia la comunidad. Las sociedades tienen que conocer para preservar su historia”, remarcó Schmitz, profesional del Programa Misiones Jesuíticas.

 

Antecedentes

 La presencia de rastros de culturas precolombinas además de los guaraníes en Misiones no es un dato nuevo. Así lo demostró la excavación que se realizó en la Isla Cañete y que se hizo pública con la presentación de más de 800 elementos en enero del 2004, que indicaban indicios de la presencia de miembros de la cultura Umbú. El docente de historia e investigador Luciano Juan Duarte recordó que la característica identitaria de los miembros de la cultura Umbú es que eran un pueblo nómade que vivió de la caza y la recolección. El hallazgo de más de 800 piezas correspondientes a esta misma cultura, conformó una colección compuesta en su mayoría de cuchillos y puntas de lanza, principalmente construidas en basalto, una piedra muy común en la zona y medianamente fácil de trabajar. También se encontraron piezas fabricadas en ágata y cuarzo, elementos característicos de esa cultura.

En esa oportunidad tanto Duarte como su colega, el investigador Rodolfo Roetti, interrogados sobre la relación entre ambos pueblos originarios – los guaraníes y los pertenecientes a la cultura Umbú-  contaron que no estaban en condiciones de establecer ningún vínculo. «No sabemos si se conocieron con los guaraníes y si un grupo fue vasallo del otro, pero en principio hay un espacio de tiempo que indicaría que no podían ser continuadores unos de otros», cita la publicación.

Varios historiadores señalan que, no se puede establecer si los Umbú fueron antecesores, vasallos o convivieron con los guaraníes. Esta última alternativa es poco probable, pues se sabe que los guaraníes, guerreros por excelencia, sometían o lograban a cualquier precio la conquista de los territorios. Así se explica cómo dominaron todo el Este del continente, habiendo emigrado desde los «caraibé», hoy conocido como Caribe.

 

En cuanto a la utilización de la piedra como complemento de las «armas de guerra», hay un dato digno de ser tenido en cuenta, porque así lo avala la estatura moral y el profundo conocimiento  del sabio Moisés Bertoni.

En su trabajo sobre la Civilización Guaraní, menciona a una etnia guaraní afianzada al suroeste de la actual Posadas, conocida por su marcada belicosidad. Sus flechas, cuchillos y puntas de lanzas, eran de piedra.

Debió una piedra sólida porque su característica quedó estampada como nombre de la zona que habitaron. El nombre es Itaembé, vocablo guaraní conformado por los morfemas itá (piedra) y jaimbé (filosa). En cuanto al miní, especifica que era de tamaño pequeño. Según Moises Bertoni, era ésta la tribu que acosaba con saña al fuerte Nuestra Señora de la Encarnación. Por esta razón, Roque González de Santa Cruz, que la fundó sobre margen izquierda del Paraná, actual Posadas, decidió trasladarla a la margen derecha, hoy conocida como Encarnación, capital de Itapúa.

 

Lo cierto es que son datos a tener en cuenta y a medida que se vayan desarrollando los trabajos en Cuesta Brava más se sabrá de la vida, obra y costumbre de los primeros habitantes de nuestra tierra. Luego de la aprobación de la ordenanza que regule la preservación local del sitio en Santa Ana vendrá su correlato provincial y una vez cumplimentados los pasos que establece la ley nacional 25.743 de Protección del Patrimonio Arqueológico y Paleontológico se procederá al trabajo de excavación por cuadrículas cuyo tiempo de desarrollo estimado se calcula a realizar entre dos y tres años.

 

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