Fito Páez y Raça Negra, dueños de la noche

Un Show de fuegos artificiales dio paso a más de cuatro horas en las que supieron convivir el rock y la samba de Brasil. Fito y Raça Negra se llevaron todos los aplausos.  

La noche promediaba las 22:00 horas, y después del show de fuegos artificiales que iluminó un cielo nublado, el público, expectante hasta ese momento, comenzó a buscar un lugar que le permitiera disfrutar de los espectáculos que fueron el corolario del acto que convocó a miles personas de Misiones y de Paraguay.

 

Fito Páez, uno de los artistas que escribe la historia del rock en la Argentina finalmente hizo su presentación en Posadas, después de los rumores sobre su negativa a participar del evento. Pero su recital estuvo, sin dudas, a la altura de esas expectativas que generó.

 

Con fuerza escénica, Fito recorrió su propia historia y con la frase: “Hay temas que acompañan para bien mi vida”, sonó “Tumbas de la Gloria”, «11 y 6”, “Circo Beat”, “Mariposa Tecnicolor”, “Te vi”, “Al lado del camino”, “Tema de piluso”, “Dar es dar”, “A rodar mi vida”.

 

La multitud que no distinguió edad y reunió a jóvenes y otros no tanto, cantó, bailó, vibró con cada acorde en los que tampoco faltaron sus temas más recientes. Fito, ese rosarino para quien el tiempo no pasa, por su estilo, su potencia y su marca indeleble, brindó un show de aplauso sostenido.

 

 

Segunda presentación de Raça Negra

 

En el 2006 habían convocado a 50 mil personas y fue en el mismo escenario en el que Raça Negra se presentó por segunda vez en Posadas.

 

Las canciones fueron coreadas, hubo mucho espacio para uno que otro paso de samba, celulares y manos en alto, con el colorido y el ritmo que lleva el sello de la música del Brasil, la que el público de Misiones conoce muy bien.  

 

“Que pena”, “Dios me libre” y varios éxitos con el agregado de temas inéditos que forman parte del nuevo trabajo del grupo, hicieron bailar a un público un tanto más joven que esperó hasta pasada la medianoche para volver a verlos.

 

Oriundos de San Pablo, pero con un éxito que no conoce fronteras, Raça Negra agradeció el calor de la gente que superó holgadamente la última cifra de concurrencia.

 

El tiempo acompañó, y no solo eso, el cielo se abrió y dejó ver a la luna y algunas estrellas para el cierre de una noche que tuvo momentos con distintos matices, pero un común denominador, la alegría de la gente.

 

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