La UCR nuevamente se acerca a Ramón Puerta

La decisión del radicalismo de conformar un frente electoral para las elecciones provinciales del próximo 26 de junio no sorprende. Menos aún sorprende la “amplitud” que se decidió darle a este frente. El radicalismo misionero, una vez más, elige postergar su propia identidad política para sumarse a un proyecto común, en el que el mayor beneficiario será Ramón Puerta, verdadero autor intelectual de la postura dirigencial del radicalismo.

 

Pese a que las encuestas alertan, desde antes de la reunión de la Convención, que un frente anti-Renovación sólo le agrega votos al oficialismo, y precisamente le restaría votos al radicalismo, la UCR decidió postergar sus serias expectativas de obtener un lugar expectable en los próximos comicios. A cambio de sumarse a este frente, la UCR seguramente deberá resignar esperanzas de bancas en la Legislatura y un escaño nacional, al que podría haber llegado si mantenía su individualidad, a tenor de los sondeos de intención de voto. En este armado, Puerta se reservará, claramente, la banca de senador, y aunque no se la dispute el 26 de junio, utilizará la estructura que quede de ese frente para posicionar su propio nombre, al margen de lo que suceda con la hipotética fórmula provincial que se exhiba.

 

No se justifica la insistencia frentista del presidente del partido, Germán Bordón, que llegó a exclamar que la UCR “sola no podía” llegar a las elecciones, como la de Luis Pastori, otrora socio legislativo del desaparecido Julio Ifrán en el reciente período parlamentario, que tácitamente renunció a su propia candidatura a Gobernador, para la que había sido electo -prematuramente, se confirma-  ya en 2010. Fue evidente que la decisión frentista fue “operada” desde la dirigencia partidaria, la misma de pasados y fuertes vínculos con Puerta. El presidente de la Convención, Pablos Andersen, como entonces candidato a Gobernador de la UCR en 2003, organizó una desopilante conferencia de prensa en la que se proclamó segundo, detrás de Puerta; y durante los dos años en los que el tándem Puerta–Viana manejó la Legislatura, la UCR fue socia en los beneficios de esa conducción, con una salvaje oposición al Gobierno provincial. Los resultados de esa estrategia fueron catastróficos. En 2005, el radicalismo por primera vez no pudo elegir ni siquiera a un diputado provincial.

 

El perfil independiente que adoptó en 2009 le permitió recuperar dos bancas, y su recuperación aparecía como un proceso interesante, tanto que la habilitaba como posible segunda fuerza detrás de la Renovación, con perspectivas de alzarse con la banca minoritaria para el Senado de la Nación, lo que no es poco para un partido que, apenas cinco años atrás, rozó su propia desaparición. Los mismos dirigentes que antes fueron funcionales a Puerta, lo vuelven a ser ahora, al retomar un camino que, probadamente, les dio malos resultados. Vaya a saberse cuáles son los intereses que abonaron esta decisión; pero de una cosa se puede estar seguro: en la misma noche del domingo, muchos radicales que creían en la recuperación de su partido, analizarán si siguen siendo arrastrados por una dirigencia repetidamente seducida por Puerta y sus ambiciones.

 

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