Ni la cárcel impidió su amor

A días de San Valentín, Graciela Méndez (42) quien es interna del Instituto Correccional de Mujeres contrajo matrimonio con Celio Cándido Barrionuevo (57) quien se encuentra alojado Unidad Penal  Federal Nro. 17 de Candelaria.

 

En un hecho poco frecuente, en la mañana de hoy , una interna condenada, que se encuentra alojada en la U.P. V – Instituto Correccional de Mujeres – de Miguel Lanús  dependiente del Servicio Penitenciario Provincial contrajo enlace matrimonial con un  interno procesado que se encuentra alojado en la Unidad Penal  Federal Nro. 17 de Candelaria.

 

El Civil

 

La boda de la interna Graciela Mendez (42) y Celio Cándido Barrionuevo (57) se celebró en el recinto de visitas del Correccional que fue especialmente ornamentado al efecto y hasta contó con un importante servicio de catering; previa autorización de las autoridades del Penal y del Servicio Penitenciario Provincial.

 

La importante celebración contó con la presencia de la Directora de la U.P. –V- Alc. Inspector Lidia E. Florentín, personal Superior y Subalterno, internas, familiares de los contrayentes y los dos testigos que establece la Ley de matrimonio civil -Yessica Mayra Ávalos y César Damian Prieto- oportunidad en que  la delegada de la seccional 5ta. del Registro Civil de Miguel Lanús,  Rosaura R. Silvero, formalmente  les leyó  los alcances de la Ley Nro. 16.478 (art. 28 y 29 sobre nacimientos; art. 48 sobre la celebración del matrimonio y art. 53 sobre defunciones) y posteriormente  les formuló la pregunta de rigor tanto a Graciela Mendez  como a Celio C. Barrionuevo si se aceptaban como esposos, recibiendo como respuesta –por parte de ambos – un rotundo “si quiero”.

 

Inmediatamente brotaron algunas lágrimas por parte de los principales protagonistas, familiares y allegados; mientras algunas internas se acercaban a saludar a los flamantes contrayentes. Luego de transcurrido unos minutos y de saludar a los presentes, la novia, quien se encontraba vestida con un delicado y discreto vestido de color violeta, se retiró -por unos instantes- a una sala contigua para vestirse con el tradicional vestido blanco de novia para la otra importante celebración.

 

 Experiencia Religiosa…

 

Atento  que no llegaron, en tiempo y forma, los papeles del novio desde Comodoro Rivadavia, no se pudo llevar adelante la tradicional ceremonia religiosa, tal como hubiesen querido los novios; entonces  se decidió realizar una “bendición del anillo de compromiso” que estuvo a cargo del Padre Héctor Weller y contó con la presencia de los dos  padrinos,  Norma Doreto de Ávalos y Javier Acuña.

 

Luego llegó el momento del vals de los novios mientras se compartía un lunch entre los novios y los invitados para posteriormente cumplir con el tradicional corte de la torta y el brindis final (gaseosa).

 

Cuando ya todo había terminado y se habían retirado del lugar los invitados, Graciela y Celio fueron autorizados para compartir dos horas de “visita íntima” a fin de consumar la unión.

 

 

Particular Historia de Amor

 

La curiosa historia entre Graciela (42) y Celio (57) se inició hace aproximadamente 8 meses atrás, luego de que él (Celio) viajara, en carácter de detenido, desde Comodoro Rivadavia hasta el Escuadrón 50 de Gendarmería en Posadas, ocasión en que circunstancialmente tuvieron un contacto telefónico, oportunidad en que ambos comenzaron a contarse sus historias y los motivos que los llevaron a estar detrás de las rejas.

 

Con el transcurrir de los días, Celio fue trasladado a la Unidad Penal Federal 17 de Candelaria, y las llamadas y  las cartas comenzaron a ser mucho más frecuentes. No así las visitas personales, dado que hasta el momento de casarse, ambos contrayentes solamente se habían visto en dos oportunidades, que fueron más que suficientes para tomar la “gran decisión” de casarse.

 

Celio C. Barrionuevo, hoy cuenta con 57 años, y contó que estuvo dos veces en concubinato y le fue mal “parece que el destino quiso que viaje hasta Misiones para casarme ante ley por primera vez” comentó.  Por su parte, Graciela Mendez, es divorciada, tiene 3 hijas, una de ellas reside en la Provincia de Chaco y las otras dos en Aristóbulo del Valle (Misiones), y además tiene dos nietitos, una nena y un varoncito.

 

Lo concreto  es que a Graciela, aún le restan algunos años en prisión y comentó que  tiene serios planes para el futuro junto a su flamante esposo. El primero de ellos, es radicarse definitivamente o en Buenos Aires o en Comodoro Rivadavia y no descartan concebir un bebé con su amado y dignísimo esposo  para consagrar -para siempre- el fruto de ese amor que no conoció ningún tipo de barreras…

 

Como dato supletorio, cabe consignar que el casamiento entre Graciela y Celio es el  sexto que se da en la historia  de la U.P. V – Instituto Correccional de Mujeres- dependiente  del Servicio Penitenciario Provincial y parece que no será el último… que pase el que sigue…!

 

 

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