Posadeña se dedica al reciclado y no le va nada mal en España

Se llama Estela Cristina Souza, pero cariñosamente la conocen como Negra, y nació en Posadas, desde donde salió en 1967 para radicarse en Paso de los Libres hasta 1979, año en que decidió vivir en Buenos Aires y Mar del Plata. En 1981 emigró a Estados Unidos y vivió en Los Ángeles hasta 1987. Desde ese año reside en Madrid, España, donde se dedica al reciclaje y no le va nada mal. Realiza sus producciones con diarios que le regalan unos vecinos chinos, y cables, que sale a la calle a pedir a los obreros de la empresa telefónica. En la Casa de la Mujer, en Candelaria había aprendido a realizar artesanías con papel de diario.

Souza contó algunas apreciaciones de sus actividades recicladoras a la revista www.muchasgraciastotal.com, de Pepe Curti y Clara Gescovich, misioneros residentes en Encarnación.


¿En qué momento de tu vida decidiste volcarte al reciclaje y cuáles fueron las razones?

En realidad no hubo un momento de cambio pensado, se dio espontáneamente, había visto unos trabajos en Posadas y me gustaron tanto que tuve la oportunidad de aprender a trabajar con diarios en la Casa de la Mujer, en Candelaria. Ahí aprendí cómo cortar y armar las tiras de papel para poder tejer, eso fue en 1999.

 

A partir de ese momento confeccioné cestas, que me salían más menos buenas, hasta que me fui perfeccionando. Ya en Europa, y habiendo logrado mejorar en esta actividad, me acerqué al Centro de Reciclajes de la comunidad de Madrid, que hoy en día ya no existe, y comencé a participar en exposiciones. En esa época tenía un taller de restauración y reciclaje de muebles pero a medida que pasaba el tiempo me involucraba más y más con el papel. Jugando y experimentado fui capaz de ir armando aros, collares, posavasos, broches, y muchas cositas más.

 

No hubo una razón en especial para introducirme en el mundo del reciclado, me dejé llevar por la inspiración que en esos momentos surgía. Nunca antes había hecho algo de bijouteríe. Podría afirmar que el motivo fue la creatividad que salía con fuerza porque, realmente, no tenía conocimiento alguno del tema de los complementos.

 

¿Qué tipo de trabajos realizan, cuáles son los materiales que eligen y con qué criterio los seleccionan?

Los materiales que elijo son: papel prensa, concretamente, periódicos chinos que me los regalan mis vecinos chinos (vivo en el barrio de Usera, Madrid, España, donde reside gran parte de la comunidad china de esta ciudad), cables de colores, de esos finitos de telefonía, para los ganchos de los aros ó pendientes como los llaman acá, botones, retazos de telas de todo tipo, cuentas  de collares, casi siempre de mis amigas porque ya no los usan. Generalmente no sigo ningún criterio, todo lo realizo de acuerdo a la idea que me surge y rebusco entre los materiales que tengo guardados. Una habitación de mi casa está destinada a taller, exclusivamente.

 

¿Se puede vivir del reciclaje?

Sí se puede, tranquilamente, vivir del reciclaje, depende mucho de los contactos y de las relaciones que se posean, también hay que buscar, constantemente, nuevas tiendas para ofrecer los productos. La comercialización de lo confeccionado es la parte más complicada. Personalmente logré  seleccionar algunos locales comerciales que aceptan mis trabajos, pero me tienen que gustar las tiendas, el barrio y por supuesto los propietarios. Tengo una excelente relación con quienes venden mis artículos, con algunos se ha forjado una amistad muy sólida. Pero debo insistir que para vivir de esto hay que moverse, ¡¡¡y mucho!!! Actualmente estoy en una etapa donde me están conociendo cada vez más y eso me permite afianzarme y, de esa manera, ganar algo más de dinero.

 

¿Cómo reacciona la sociedad en general, frente a ustedes, los recicladores?

La sociedad en general reacciona muy bien ante este tipo de trabajo. Aunque todavía hay mucho que hacer en esto, me siento muy contenta  con lo que yo conseguí, espero conseguir más de lo que ya he logrado.

 

¿Cómo se denominan entre ustedes los recicladores: artesanos, artistas, recuperadores o salvadores del medio ambiente?

A mis colegas los llamo recicladores,  simplemente, considero que todos estamos creando, dando vida a algo que tenía destino de basura, la palabra artista, no sé explicar por qué, me queda grande, creo que es un poco elitista.

 

¿De qué modo comercializan sus creaciones?

Los trabajos realizados los dejo en tiendas del centro de Madrid, donde se mueve mucho público, especialmente turistas, franceses e italianos, que compran muchas de mis cosas. En esos negocios aumentan el 100% a mis precios, por eso en algunas ocasiones debo bajar un poco mis precios, de lo contrario saldrían carísimos. En otras sólo aumentan un 30%, que es lo ideal, pero son pocas.

 

Esta novedosa actividad, así como está desempeñada en España, ¿puede ser aplicada en nuestra región con éxito?

Todo esto  es perfectamente aplicable en argentina, es cuestión de decidirse y poner manos a la obra, sería genial que alguien se anime y abra una tienda exclusivamente de productos ecológicos y reciclaje. En Madrid hay una muy buena que se llama “Ecomanía” donde tengo expuestos varios de mis productos.

 

Otro sistema interesante es organizar la venta de una semana en un local y entre varias personas. Nos juntamos seis mujeres, cada una con sus productos, y comenzamos esta actividad en Navidad, nos fue de maravillas, pagamos 500 euros por 7 días un piso antiguo y vendimos casi 11.000 euros. Los gastos se cubren proporcionalmente de acuerdo con lo que vendió cada una, es un método muy justo, ya tenemos fecha para la  primavera europea.

 

¿Te gustaría compartir alguna anécdota vivida a través de la experiencia de reciclar?

No tengo ninguna anécdota graciosa, a no ser la de ir por las calles pidiéndoles cables a los obreros de la empresa telefónica, que siempre muy amablemente me los dan. Recuerdo una, muy interesante, de cuando estuve en Candelaria, en la casa de esa señora que te comenté antes. Ahí me dieron un recorte de diario con las medidas exactas para hacer los tubos, los que se hacen para tejer la imitación del mimbre,  cuando llegué a Madrid y me puse a ordenar todo lo que había traído me di cuenta que en ese trocito de diario El Territorio, estaba impreso aviso del fallecimiento de mi hermano, ¿qué te parece? Quedé muy impresionada, puesto que esta gente tenía cientos de recortes repartidos por ahí y  la mujer agarró justo ese para darme.

 

 

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