En la tercera jornada del juicio oral y público por trata de personas, Aníbal Pashina y Carlos García, ambos vecinos de uno de los imputados, Mario Arriola. Ambos intentaron desvincular de los hechos que se le acusa.
Aníbal Javier Pashina fue el primero en declarar. Es vecino de Mario Arriola, dijo sobre el mismo que “es una excelente persona, siempre ayuda a su vecinos. Es muy querido en el barrio, bueno y educado».
Al ser preguntado sobre la rpesencia de las víctimas en el bar de Mario Arriola, manifestó que “una sola vez ví que había una señora, pero no conozco a las tres chicas”, haciendo referencia a las jvenes de 16, 14 y once años llevadas desde Puerto Iguazú por su madre en el 2008.
“Hace diez años lo conozco a Mario y unos cuatro que hablamos, en la oportunidad que la vi a Fanny estaba en el balcón de la casa de Mario. Era en verano y las chicas estaban vestidas como personas ‘decentes’, ella y las otras dos chicas estaban normalmente», dijo Aníbal Pashina.
En tanto Juan Carlos García aseguró que “a Mario lo conozco hace 38 años, nuestros hijos se criaron juntos. Siempre hablamos en el barrio”.
“Él tiene un barcito normal, tenía un bañito de mala muerte, funcionaba de 8 a 22. En el bar se comentaba sobre la existencia de un prostíbulo». Además recoerdó que n una oportunidad cuidó el local «como una gauchada» porque el imputado se lo pidió ya que iba a viajar «a Córdoba cuatro o cinco días de paseo con una chica que en ese momento tenía 14 años”.
En referencia a Fanny dijo que “sé que la chica estaba allá porque la madre tenía un prostíbulo. Por este motivo él la llevó a su casa. Creo que la mamá de la chica regenteaba el prostíbulo”.
Recordó que Mario Arriola llevó a la menor a vivir a su casa poruqe el prostíbulo no era un lugar para vivir, pero dejó en claro que el imputado mantenía una relación con la joven. Pero aseguró que no era «forzada», porque siempre la vio «feliz, feliz».
“Fanny y Mario parecían estar enamorados, él vino a Misiones a buscarla para poder tenerla con él”, aseguró García, en relación al segundo viaje que realizó el imputado luego de que la joven regresó de Buenos Aires.
“A la nena se la veía distendida, fumando, siempre hablando por el celular, comiendo papas fritas. Siempre la vi feliz. La madre creo que estaba conforme con la relación que tenía la nena con Mario” finalizó Juan Carlos García.
El tribunal pasó a un cuarto intermedio hasta el próximo lunes para cuando se reprogramó la presencia de testigos que por razones de fuerza mayor no pudieron hacerse presentes en la fecha fijada.
