Los directivos y socios del club posadeño que cobijó por más de 80 años a deportistas, noctámbulos y a toda la sociedad de la capital misionera se resisten al desalojo ordenado por la jueza Teresa Benmaor.
Desde 1929, el Club Unión cobijó en la esquina de San Lorenzo y Belgrano, de Posadas, a varias generaciones de misioneros que llegaban a la institución para practicar deportes, realizar alguna actividad culturar o fiesta familiar, o simplemente reunirse con amigo. Ahora la justicia ordenó que el lugar debe ser desalojado y volver a manos de sus manos dueños, la familia Barthes.
Ayer en horas de la noche efectivos policiales llegaron a la institución deportiva para comenzar el desalojo del lugar ordenado por la jueza. El dolor se apoderó de los integrantes del club, quienes se reunirán hoy a las 12 para tratar de que la decisión judicial no cierre las puertas del lugar que forma parte de la historia misionera.
El juicio por el desalojo del Club Unión tuvo su sentencia después de 20 años de haberse iniciado.
