El equipo nipón se impuso por 3-1 sobre los europeos en Rustenburgo y por segunda vez en su historia superó la fase inicial de un Mundial. Honda (PT 17m), Endo (PT 30m) y Okazaki (ST 42m) marcaron para los asiáticos, que jugarán con Paraguay. Tomasson (ST 35m) descontó para los daneses.
Japón venció por 3-1 a Dinamarca en Rustenburgo, terminó como escolta de Holanda en el Grupo E y por segunda vez en su historia accedió a los octavos de final de un Mundial. Con goles de Keisuke Honda, Yasuhito Endo y Shinji Okazaki, el conjunto nipón cristalizó una superioridad nítida sobre su rival, que descontó a través de Jon Dahl Tomasson. El próximo rival de los japoneses será Paraguay, el próximo martes en Pretoria.
El hándicap de tener dos de tres resultados a su favor le dio mayor tranquilidad a Japón y potenció las urgencias de Dinamarca. Los europeos, cuya mejor virtud es el contragolpe, asumieron la iniciativa con timidez y dejaron al desnudo su carencia de ideas. Las primeras emociones llegaron tras los 10 minutos. A los 13, Hasebe aprovechó un pase en profundidad de Matsui y sacó un remate que coqueteó con el palo. Los daneses respondieron con un disparo cruzado de Tomasson.
En el puñado de virtudes que supo reunir, Japón ostenta el oportunismo y lo emplea cada vez que puede. La paridad la quebró el talentoso Honda (autor del gol ante Camerún) con un tiro libre de zurda que engañó al arquero Sorensen, gran cómplice con su falta de respuesta. Y a los 30, llegó el golpe de nocaut. Endo asumió la responsabilidad de patear un tiro libre de frente al arco, cerca del área, y la acomodó dentro del arco con un derechazo preciso.
En el arranque del segundo periodo, Dinamarca aceleró su búsqueda pero nunca pudo encontrar las herramientas adecuadas para romper la defensa nipona. La única vía que encontraron los dirigidos por Olsen fueron los centros previsibles para los goleadores Tomasson y Bendtner, que dudaron muchísimo ante cada oportunidad que tuvieron. Y Japón tuvo el tercero con un puñado de contragolpes que comandaron Endo, Honda, Matsui y Okubo.
El descuento de los daneses llegó recién a los 35. El arquero Okazaki le atajó un penal a Tomasson, pero no pudo impedir que el delantero tomara el rebote. Sin embargo, los espacios en la defensa de Dinamarca se ampliaron y Japón no perdonó. A los 41, Okazaki puso el 3-1 luego de una genial jugada y asistencia del platinado Honda, la figura. Con un juego prolijo y vertical, Japón consumó una merecida clasificación y castigó a Dinamarca por la alarmante pobreza de su fútbol.
