La mesa de diálogo analizará un pacto social y educativo del Bicentenario

Autoridades de Educación y sindicalistas acordaron avanzar en un acuerdo para alcanzar metas sociales y educativas, más allá de las cuestiones salariales que se debatan.

Además de discutir cuestiones netamente salariales, la mesa de diálogo entre autoridades de Educación y los gremios docentes dieron ayer un paso más en la idea de hallar puntos de encuentro y propusieron diagramar  un pacto social del Bicentenario por la educación 2010-2016.

El objetivo es que abarque cuestiones educativas y metas sociales a alcanzar en los próximos años con el aporte de docentes y el Gobierno provincial.

Durante el encuentro se analizaron también propuestas salariales presentadas por una de las representaciones gremiales.

Participaron de la reunión, por la Unión de Docentes Argentinos (UDA) Mirta Chemes; por Unión de Docentes de la Provincia de Misiones (UDPM) Arturo Musial;  por el Sindicato Argentino de Docentes Privados (SADOP) Juan José Kujundzic y por el Sindicato de Docentes de Educación Pública de Gestión Privada (SIDEPP) Roberto Tarón.

Por el Consejo General de Educación asistió el presidente Fernando Dasso y el secretario general Dante Genessini.

Por el Ministerio de Educación, la directora general de Programación y Evaluación Educativa Graciela Rovira.

En la mesa también se repitieron los reclamos salariales y algunos gremios se mostraron disconformes con el fallo del Superior Tribunal de Justicia que avaló la potestad del Poder Ejecutivo de poder realizar descuentos a los estatales que realicen huelgas. Incluso, un sector minoritario que ayer cortó la ruta en Montecarlo, amenazó con iniciar un paro por tiempo indeterminado después del receso invernal.

Pero la mayoría de los representantes gremiales coincidió en la necesidad de seguir en la mesa de diálogo y los funcionarios exhortaron a evitar los días de paro para no perjudicar a los estudiantes y evitar nuevos conflictos por la ratificación de que se descontará por día no trabajado.

En el Gobierno ratificaron que no se negocia bajo presión, pero que no están cerradas las puertas a incrementos salariales, siempre y cuando se cuente con la certeza de tener los fondos para afrontarlos.

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