El arquero Sergio Romero fue el único futbolista del seleccionado argentino que se salvó de la dura derrota ante Paraguay y antes de viajar a Holanda aseguró que se van a clasificar igual al mundial.
«No tengo ninguna duda que nos vamos a clasificar para el mundial, ponelo así. Vamos a ganar los dos partidos que quedan», le dijo Sergio Romero a Télam antes de partir a Holanda.
El ex arquero de Racing, actualmente en el AZ Alkmaar, de Holanda, tuvo un debut complicado ayer en el seleccionado argentino, pero gracias a su actuación la derrota fue decorosa.
«Uno siempre sueña con poder atajar y quiere estar, pero acá cualquiera de los arqueros que está puede hacerlo, porque el sólo hecho de ser convocado al seleccionado argentino es muy importante», indicó «Chiquito» Romero.
«No esperaba tener esta oportunidad, sobre todo porque tanto Andújar como Carrizo son dos grandes arqueros, pero cuando Diego me dijo que me llegaba la oportunidad me puse muy contento», agregó.
Sobre el partido de ayer el arquero reconoció que hubo errores, que no estuvieron precisos a la hora de atacar «y eso se terminó pagando caro».
«No estuvimos finos a la hora de atacar, nos costó encontrar espacios, ellos se cerraron bien, hicieron un buen planteo y le salieron casi todas», agregó.
«Igual nada está perdido, seguimos dependiendo de nosotros y hay equipo para ganar lo que queda y clasificarnos al mundial», completó un optimista Romero.
Sobre su rendimiento particular, el ex Racing señaló que sintió bien y aseguró que en las dos pelotas que pegaron en el palo llegó a tocarlas con la mano.
«Fueron dos jugadas rápidas y por suerte pude tocarlas y con la ayuda del palo nos salvamos», indicó.
Luego, el arquero del último campeón del fútbol holandés, en diálogo con radio La Red, tuvo una visión particular sobre el momento de Lionel Messi.
Romero señaló que «Messi en el Barcelona vuela» y explicó las causas de porque el catalogado como mejor jugador del mundo no puede rendir en el seleccionado argentino como lo hace en Europa.
«Yo lo veo jugar en Europa a Lío y vuela. Una de las posibilidades esté con que el césped en Barcelona se lo cortan bien corto, lo dejan mojado y él que es rápido le es más fácil dejar rivales desparramados por el camino», explicó.
«También uno desde el arco ve que cuando agarra la pelota siempre tiene tres o cuatro rivales encima, que no lo dejan moverse y así es todo mucho más complicado, con canchas más pesadas, que no lo ayudan en su juego», completó.
