La Presidenta consideró que la prioridad son las casas, pero también se asistirá a quienes no sufrieron tantos destrozos. Habrá ayuda con planes agrarios. La presidenta Cristina Fernández llegó a Iguazú cerca del mediodía, desde donde se desplazó por tierra a la zona devastada de San Pedro.
Recién pasadas las 17.20 y luego de recorrer la colonia Santa Rosa, que recibió el mayor impacto del tornado, llegó hasta la escuela que fue usada como centro de emergencia para reunirse con las víctimas y familiares que estaban allí alojados.
La mandataria llegó acompañada en el Tango 01 por Darío Maciel, un joven de 25 años que perdió a su madre en el tornado.
El joven trabaja en Buenos Aires y la madre falleció cuando se le cayó la casa encima en Tobuna. El padre sufre discapacidad y ahora deberá hacerse cargo de toda la familia, integrada por otros 8 hermanos, cinco de los cuales viven en San Pedro.
Junto al gobernador Maurice Closs y el ministro de Salud de la Nación, quien está desde el martes en la zona, recorrieron las colonias más golpeadas por el fenómeno meteorológico para conocer en detalle la situación.
La jefa de Estado se mostró preocupada por la situación que están atravesando los pobladores de los parajes rurales de Pozo Azul, Tobuna y Santa Rosa y explicó que de acuerdo a los informes que le brindaron, se trató de un tornado «por la forma en que quedaron los restos de las distintas localidades y el monte».
Comentó que el gobernador de Misiones, Maurice Closs, le dijo que «si bien ha habido tormentas con vientos fuertes por tratarse de una zona subtropical, este fenómeno se trató de un hecho verdaderamente inédito en la zona».
Tras la recorrida Cristina dijo a la prensa que «estuve en las casas dañadas, en la Iglesia, en el colegio que se destruyó con el jardín de infantes».
«Hemos dispuesto que toda la mercadería y distintos efectos que se encuentren en las aduanas de Misiones sean destinados para auxiliar a los pobladores afectados por el tornado», dijo la Presidenta.
Indicó que, de acuerdo a lo informado por el secretario de Obras Públicas de la Nación, José López, «son alrededor de 100 las casas que fueron destruidas por el tornado», y que el gobernador Closs le comentó que «la emergencia inmediata está cubierta, pero que necesitan asistencia para la reconstrucción».
Sobre la ayuda del Gobierno nacional explicó que «la vamos a implementar junto con el gobernador» y señaló que «la gobernación, junto con los equipos que mandamos desde Buenos Aires, han resuelto muy bien la emergencia».
Cristina explicó que «las casas que se van a reconstruir van a ser de madera, para dar una solución rápida», y contó que «allí hay gente de los Cascos Blancos seleccionando ropa y la gente que tiene problemas de salud que está en los hospitales de Posadas y de Eldorado».
«Las casas destruidas son cerca de 100 y hay otras que tienen distintos deterioros», informó la Presidenta, y aclaró que «vamos a tener que ayudar a aquellas que no presentaron deterioros para que no haya diferencias con las reparadas».
Y expresó que «trabajamos no solamente para reconstruir las casas sino también la economía familiar, porque cada una de estas familias tenía su economía, viven de la agricultura familiar».
Para Cristina «es importante la contención psicológica» y remarcó que «estuvimos allí con psicólogas del Servicio Penitenciario, con chicas de Bomberos que están convertidas en verdaderas nodrizas y madres de los chiquitos, dándoles contención».
La Presidenta consideró que este desastre natural, como el sucedido en la localidad salteña de Tartagal en febrero pasado «son tragedias inevitables», y consideró que la de Misiones en particular «es sorprendente porque nunca había sucedido una cosa así acá, un tornado de estas características».
En ese marco indicó que «la gente de Gendarmería dijo que el fenómeno se produjo como entre dos divisorias de agua, entre los ríos y en la ruta natural, como una suerte de encajonamiento que favoreció el desplazamiento del fenómeno por esa ruta».
Entre las medidas ya tomadas en Misiones, Cristina reseñó que «se han logrado cubrir a todos los animales muertos para evitar cualquier tipo de peste, con las dificultades que significa trabajar debajo de la lluvia, porque a partir del fenómeno la lluvia fue persistente y no ha dejado de caer, y en la remoción de árboles caídos».
La Presidenta indicó que los pobladores «es gente que tiene nada y lo único que piden es rescatar las dos o tres vacas que poseían».
