Zigmund Kowalsky recuerda vivencias en la segunda guerra mundial y dice que pinta para la paz

El pintor radicado en Misiones, Zigmund Kowalsky había nacido en la ciudad de Torun, Polonia en 1923, y fue protagonista de la segunda guerra mundial. Contó como vivió en carne propia esos momentos tan duros en su vida como fue aquella experiencia bélica.

Cuando los primeros inmigrantes llegaron a colonizar Misiones.

Cuando los primeros inmigrantes llegaron a colonizar Misiones.

Zigmund Kowalsky en su taller.

Zigmund Kowalsky en su taller.

«Odio la guerra y odio todo eso, nadie sabe lo que es la guerra, es pasar hambre, miseria, maltrato y yo quiero olvidarme de todo eso», comentó en Canal 12.

El pintor, cuyos cuadros reflejan el paisaje de Misiones y sus pobladores, relató que no tenían comida, donde era una época de invierno.

A los 16 años Kowalsky fue detenido en la calle por tropas alemanas y fue llevado a aquel país para trabajar en una fábrica de autos previamente a la guerra, donde comentó con gran dolor en su voz «estábamos mal alimentados, éramos prisioneros civiles».

En 1943 la fábrica donde trabajaba fue destruida por la aviación inglesa; entonces recordó «fui llevado a trabajar a una granja, donde aprendí a arar, andar a caballos, hice de todo», memoró.

También manifestó que no tenía contacto con los familiares, no sabía el paradero de la misma hasta que se reencontró en los años ’70 con su familia de Polonia.

Hacia 1945 cerca del final de la guerra decide escapar y fue ubicado en un campo de refugiados al mando de las tropas americanas, y al saber inglés y francés, se desempeñó como intérprete de los refugiados los cuales eran prisioneros de guerra, civiles de todas las nacionalidades.

Terminada la guerra y sin noticias de su familia, la organización de refugiados que se formó en aquel entonces posibilitó emigrar hacia Sudamérica, tierra que pisa por primera vez el 28 de octubre de 1948 instalándose en Asunción del Paraguay y luego al año siguiente ingresó a la Argentina, radicándose en Posadas, donde tuvo la posibilidad de formar su familia y alternar el trabajo con la pintura.

Hoy con 86 años pasa sus días en Posadas, dedicándose a la pintura. «Lo que expreso con mi pintura es la paz, mi pintura no es violenta, y lo que yo quiero con los cuadros que la gente encuentra la paz».

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