Los padres de Rocío Zimmerman, la niña de once años brutalmente asesinada en Oberá el 4 de septiembre de 2008, pidieron justicia. «…Tantas cosas salieron al aire y en los medios que dañaron la moral de la familia, que no podemos salir del asombro y la tristeza», dijo el papá. «Cada día que pasa sin justicia es un calvario para nosotros», afirmó la madre de Rocío.
Eso es lo grave de todo lo que ha sucedido, afirmó Susana Beatríz Gonzalez y agregó: «si estuvieran en mi condición no dirían tantas cosas; que en lugar de hablar la verdad o buscar al culpable, dicen cosas sin saber el dolor que producen y por lo que se pasa en la familia. …La verdad es que no sé si llamar humano al que hizo ésto. Ni enemigos tenemos y ya hace un año que me han robado la alegría, la verdadera vida.
Susana, visiblemente quebrada por la situación, manifestó además «que no puede decir mucho sobre la investigación ya que su esposo es el que está más al tanto, pero que de todos modos quiero decirle a todos que ha sido un año muy difícil y no sé si voy a superar esto que nos está pasando. Ya un año y no se sabe nada y en ningún momento sentí más esperanza que en Dios, porque no ha habido ni un resultado. La justicia no sabe nada, no hay pistas. No sé ni qué pensar. Hemos recurrido al Ministro de Derechos Humanos, pero dijo que mucho no puede hacer. Sólo esperamos que Dios haga lo mejor», finalizó abrazándose a sus otros hijos.
