«Cuando intenté identificar a ‘Poli’ huyó en actitud sospechosa»

Un oficial de la policía dijo que cuando fue a la casa de Oscar «Poli» Castel, éste «comenzó a gritar, se puso muy nervioso y huyó con la ayuda de sus familiares». Además, declaró el padre y el tío de Pablo Antonio Fraire.

Siete testigos prestaron declaración en la cuarta jornada del juicio oral y público por el homicidio de Pablo Antonio Fraire, ocurrido en el barrio Alta Gracia de Posadas, el 25 de noviembre de 2002.

Un testimonio interesante fue el que brindó el oficial Jorge Ernesto Stiegler, quien en el 2002 trabajaba en la minibrigada de la comisaría Sexta, y se desempeñaba con ropa de civil.

El uniformado relató que días después del crimen, en la comisaría recibieron un llamado anónimo en el que una voz femenina le brindaba datos de un supuesto homicida de Pablo Fraire, el cual viajaría ese mismo día a Buenos Aires.

Fue entonces cuando en compañía del agente Marcelo González se dirigió hasta el domicilio de «Poli» Castel, donde «luego de esperar un rato afuera, y al no haber movimientos, decidí golpear la puerta para ver si había alguien», relató Stiegler.

En ese momento «abre la puerta, se pone muy nervioso y empieza a gritar, me pregunta qué hacía ahí y si tenía orden para entrar en su casa, luego cerró la puerta», dijo el oficial.

«Supongo que me conocía porque yo hace cuatro años trabajaba en esa comisaría, no tuve tiempo ni de identificarme», dijo Jorge Stiegler

Luego del incidente los dos uniformados permanecieron frente al domicilio del sospechoso momento en que llega un Peugeot 405 color gris «a gran velocidad, le abren la puerta, el sale corriendo de la casa, se tira al auto y huyen», relató Stiegler.

Dolor de padre

Enfrentar a los recuerdos de los últimos días que vio con vida a su hijo no le fue nada fácil a Oreste Jorge Fraire. Pidió al Tribunal si podía explayarse y brindó características de Pablo, en momentos con la voz quebrada, dijo que era «una persona responsable, sano, hacía deportes, le gustaban las cosas derechas e ir de frente, sin vueltas».

Recordó aquel 25 de noviembre de 2002 cuando por la mañana se encontró con su hijo en el bar de una estación de servicio a tomar un café y hablar de las cosas que Pablo Fraire tenía pensado comprar a un conocido que se iba a vivir a España.

«No me pareció raro porque en esa época mucha gente se iba a vivr a España por la situación económica del país. Le advertí que se fijara si las cosas andaban y si no eran robadas», relató el padre.

Pablo Fraire volvió a llamar a su padre por la tarde para ver si no quería comprar un Renault Twingo, «porque si comprábamos varias cosas nos bajaría los precios», recordó.

Luego rememoró y dijo «pensé que iría con un amigo suyo a ver las cosas, nunca pensé que pasaría eso. Él conocía al intermediario, y al parecer era de su confianza», manifestó el doctor Fraire.

«Estaba en la Costanera, cenando con mi hija cuando me llamaron y me dijeron que Pablo había tenido un percance», dijo el padre de la víctima.

Además aseguró que su hijo no tenía ninguna deuda, que era ahorrativo y el día del homicidio tenía consigo alrededor de 300 dólares.

Por su parte, Aurora Agüero, madre de un amigo de Pablo Fraire relató que la novia de un amigo de su hijo comentó que la noche del crimen vio cuando dos hombres abandonaron la camioneta y subieron en un auto gris.

Además, por comentarios se enteró que una vecina de «Poli» Castel vio a su mujer lavando ropas en horas de la madrugada del 26 de noviembre de 2002.

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