Dos testigos confirmaron que Fraire realizaría un negocio

Teresita Escalada graficó el lugar del crimen y desde qué distancia lo observó.

Teresita Escalada graficó el lugar del crimen y desde qué distancia lo observó.

Además, una vecina del lugar del crimen, dijo que esa noche sus hijos escucharon los gritos y ella vio a «una persona agachada como golpeando algo».

Luego de la tercera jornada del juicio oral y público, la defensa insiste en ningún testigo involucró directamente a algún imputado en el homicidio del Pablo Antonio Fraire, ocurrido el 25 de noviembre de 2002, en el barrio Alta Gracia de Posadas, pese a que un perito confirmó que la sangre hallada en la escena corresponde casi cien por ciento a la de los hermanos Castel-Leal.

Ramón Oscar Castel, alias «Poli», Gustavo Gabriel Alvarenga Aranda y Manuel Alejandro Jaime, están sentados en el banquillo de los acusados. Ayer, dos testigos confirmaron que Pablo Fraire tenía planificado comprar objetos a bajos costos, pero nadie sabía quienes serían los vendedores ni donde se realizaría la transacción.

Orlando Martínez, empleado de la empresa Boldú, dijo que Pablo Fraire le había comentado semanas antes de ocurrido el crimen que «un amigo suyo se iría a España e iba a liquidar todas sus cosas».

El hombre dijo que Fraire le había ofrecido una moto tipo cross porque «sabía que me gustaban las motos». Martínez declaró que habían pautado ir a ver los objetos en venta el 25 de noviembre de 2002 en horas de la noche. «Ese mediodía me dijo que lo acompañe a la noche, pero después que cerramos el local a las 19:30, él estaba hablando por teléfono, le hice seña que me iba y me dijo está bien».

El empleado de la empresa reconoció la soga tipo zuncho que se encontró en la escena del crimen como el objeto que usaban para sujetar los vidrios al caballete que estaba en la camioneta.

Además, manifestó que luego de que la Policía le devolviera la camioneta Peugeot 504 roja al dueño de la empresa, «era imposible estar dentro, el olor a sangre no se podía aguantar».

Por su parte, Rodolfo Ayala, un amigo desde la infancia de la víctima, manifestó también que Pablo Fraire le contó sobre las cosas que «un amigo tenía a la venta». A éste, le ofreció una motocicleta Honda XR a 1.800 pesos y «en esa época era un precio muy bajo», aseguró.

Sin embargo, Pablo Fraire había dicho a su amigo que le llevaría la motocicleta hasta su casa el día 26 de noviembre de 2002.

Ayala agregó además que su amigo era «grandote, una sóla persona no iba a poder con él».

«Vi alguien agachado que golpeaba algo»

Teresita Evangelina Escalada, vecina del barrio Alta Gracia, manifesto que la noche del homicidio, sus hijos estaban en la vivienda de sus suegros que está delante de la suya. «Ellos me llamaron, cuando entré los vi pálidos y me dijeron ¿no escuchaste los gritos?», manifestó la mujer.

«Cuando salí a ver que pasaba, vi un persona agachada que estaba como golpeando algo», aseguró Escalada.

La mujer dijo que el lugar estaba oscuro y no pudo distinguir lo que sucedía. «Luego dobló una camioneta y alumbró, entonces una persona subió rápidamente al auto y salió casi embistiendo a la otra, hacia la avenida Tomás Guido».

La vecina agregó que luego de que se fue la camioneta del lugar, tomó una linterna y se fue a ver que sucedía. «Vi el cuerpo y me asusté, ahí llegó Pedro Ortíz y llamamos a la policía».

Ayer también declararon Nélson Santa Cruz, Walter Dowojak y Mauricio Damus que no aportaron datos relevantes en la causa.

LA REGION

NACIONALES

INTERNACIONALES

ULTIMAS NOTICIAS

Newsletter

Columnas