Ramón Lentini: «Antes de entrar le dije a un compañero que quería hacer un gol»

El misionero que anotó el gol de la clasificación para Estudiantes de la Plata a la copa Libertadores de América contó que minutos antes de que lo llamara Astrada, se tenía mucha confianza para destrabar el 0-0 con Sporting Cristal.
Audio: Ramón Lentini

Foto: Diario Olé.

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La noche soñada. La mejor para un delantero que busca su lugar en un equipo con tantos delanteros como Estudiantes de La Plata. La mano venía complicada, porque el 0-0 dejaba afuera del cuadro principal de la copa Libertadores de América al equipo de Leonardo Astrada, que con todas sus figuras en cancha, no conseguía el tanto que permitiera la clasificación. A los 25 minutos del segundo tiempo, EL DT llamó al misionero Ramón Lentini y el pibe no falló.

«Cuando iba a entrar le dije a un compañero que quería hacer un gol y por suerte se me dio», contó esta mañana el misionero de 20 años que tiene un impresionante registro de 100 goles en las inferiores. «Astrada me dijo que me moviera en todo el frente de ataque junto a Boseli y creo que le respondí», agegó.

Hoy Lentini es el nuevo ídolo de Estudiantes, porque consiguió el boleto a la preciada copa Libertadores, esa que lo tuvo al Pincha como protagonista excluyentes otras década. «En primera división todo es mucho más difícil que en inferiores, porque los trabajos físicos son muchos más exigentes y tenés que trabajar el doble para rendir, pero me tengo confianza», dijo el misionero que sueña con ser el nuevo Mauricio Pavone, el centrodelantero que con sus goles llevó a Estudiantes a conseguir el último título en el fútbol local. «Ojalá que puede conseguir todo lo que él logro en el club», esbozó Lentini. (LT4).

Lo que dijo Olé

Habrá que agradecerle a un pibe que la excursión de Estudiantes por la Libertadores, un torneo que pega fuerte en el sentimiento profundo, sigue vigente. Se la jugó Leonardo Astrada y, en ésta, acertó. El misionero Ramón Lentini, grandote de 20 años, certificó sus antecedentes de goleador en Inferiores –acumuló un centenar de festejos– con un cabezazo que fue a buscar arriba, tras centro de Galván, con buena parte de la ciudad. Fue gol, grito y desahogo cuando el reloj caminaba a las apuradas.

Le costó, y mucho, a Estudiantes, por responsabilidad propia y desparpajo ajeno. Se presumía que la derrota mínima en Lima habría de estimular ímpetus de ataque. Y así lo dispuso Leo Astrada. Pero a la ejecución le faltó coordinación, a la vez que tampoco ayudó la leve inspiración de los intérpretes.

Una línea de tres defensores puede ayudar a liberar a los volantes externos. Sin embargo, cuando el juego de recarga por un solo lado, los movimientos pierden sorpresa. El Pincha fue por derecha, con Angeleri, al que no lo benefició la pelota al pie y la partida repetida como volante. Su mejor aporte adelante, se sabe, se da cuando aparece libre, como campo con recorrer, algo que no sucedió a menudo en el primer tiempo. Encima, eso terminó por apretar a Salgueiro, otro que necesita más espacio para explotar.

El abuso por esa franja perjudicó a Enzo Pérez, que además suele moverse mejor por el costado opuesto al de anoche.

A los de atrás tampoco les fue sencillo ajustar el mecanismo, porque ofrecieron espacio generoso detrás de los volantes que fue copado por los peruanos. Estudiantes no ayudó, es cierto, pero Sporting Cristal hizo su aporte superado el pánico de los primeros 20 minutos. Fue en ese lapso, y sólo en ese tramo, cuando Estudiantes acumuló ocasiones para la ventaja (dos tiros libres de Verón, uno en el poste derecho, y un par de Boselli en posición franca). Luego, el Cristal se fortificó con la salida pulcra que le daba Palacios parado como ocho y el empeño expuesto por Hurtado.

Solito, el punta se las arreglaba para cuidar cada bocha que le llegaba y generar infracciones en terreno próximo a Andújar. Los de Perú no sufrían en su zona defensiva porque acumulaban hombres en una cobertura ordenada y porque Estudiantes iba con insistencia pero sin lucidez. La modesta influencia de la Brujita Verón explicaba tantas carencias.

Astrada metió mano en un cambio de piezas que, más allá de lo de Lentini (punta por extremo), supuso un intercambio superficial. Heredia se interpuso a Verón en un nuevo tiro libre y a un Alayes apurado en la definición sin mirar (creyó que estaba adelantado). El arquero visitante fue explicación de la demora en convertir, aunque no de las desprolijidades en la elaboración, un karma que se ha repetido en las presentaciones de este año.

Ahora, en fase de grupos, el Pincha tendrá que corregir defectos y potenciar virtudes. Darle pista al chico que ayer lo salvo parece recurso válido.

Lo soñó

Se despegó del piso como si tuviera alas, se elevó elegante, y así de liviano, sin sentir el peso de una clasificación que se complicaba, Ramón Lentini metió ese cabezazo pleno que puso a Estudiantes en la fase de grupos de la Libertadores. El nombre de este delantero misionero de 20 años, que hizo todas las Inferiores en Estudiantes, empezó a sonar en los últimos meses, cuando Leo Astrada, de tanto verlo meter goles en el fútbol amateur, lo puso finalmente en Primera. Casualmente, el día que debutó contra Godoy Cruz, también debutó en la red.

«La verdad, esto es un sueño cumplido para mí. De chico, siempre soñé con hacer un gol en la Copa Libertadores, y se me dio. Casualmente, ayer mientras dormía soñé que entraba y hacía un gol. No lo puedo creer», dijo el chico de Posadas, zurdo, de buen porte físico, que metió nada menos que 100 goles en Inferiores.

«La verdad, nos costó mucho ganar, ellos estaban bien parados atrás y era difícil entrarles. Había que meter un buen centro y por suerte pudimos hacerlo», agregó. «Astrada me habló antes de que entrara, me dijo que me moviera, que rotara con Boselli. Y eso hice, cuando vi que venía el centro desde la derecha, metí la diagonal y piqué a buscar el centro». Con la familia en Posadas, el delantero se acordó de mandarles un mensajes a sus seres queridos: «Seguramente están todos en Misiones mirando el partido, este gol es para todos ellos».

Ramón Lentini mantiene un gran promedio de gol, que ya mostró en el fútbol juvenil. Lleva jugados cuatro partidos (dos por el torneo Apertura, dos por la Copa) y metió dos goles. Debutó con los mendocinos y volvió a jugar con Colón, y este año ya jugó los dos encuentros con Sporting Cristal, el primero como titular. «No pienso mucho lo que estoy viviendo. Tengo los pies en la tierra y quiero seguir así. Por suerte, los más grandes me hablan mucho».

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