Obreros de la empresa Pasta Celulósica Piray se presentaron ayer a sus puestos, luego de haber pasado todo enero de vacaciones obligadas, sin embargo no pudieron trabajar porque los directivos de la firma no dieron la orden de arrancar la planta.
«No hicimos nada porque no pudimos arrancar la planta», explicó Mario Escurra, secretario general del sindicato que nuclea a los empleados de la fábrica.
El gremialista dijo que ningún directivo se presentó a dar explicaciones. «No sabemos que va a pasar con la fábrica ni con nuestros trabajos», destacó. «El viernes nos entregaron 300 pesos de la deuda por el pago de salarios, con ese dinero completaron octubre, pero nos deben de noviembre a enero».
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