Eduardo Stirnemann, consultor forestal y ex presidente del Coiform, analizó el actual escenario del mercado y aseveró que la crisis «genera oportunidades, es un shock que obliga a buscar nuevas alternativas. Empresarios y gobierno deben entender esto y retomar la iniciativa para buscar nuevos mercados para productos de mayor valor agregado», dijo.
Eduardo Stirnemann, consultor forestal y ex presidente del Colegio de Ingenieros Forestales de Misiones (Coiform), analizó el impacto de la crisis financiera internacional en la actividad y aseveró que este escenario «genera oportunidades, es un shock que obliga a buscar nuevas alternativas», dijo.
El profesional confía en que «empresarios y gobierno entenderán esto y retomarán la iniciativa para buscar nuevos mercados para productos de mayor valor agregado».
Por otra parte, el ingeniero explicó que la forestación resulta en la actualidad de «un buen refugio para resguardar capitales frente a la crisis financiera. En el mundo hay mucho dinero colocado en bonos de todo tipo, y quedó demostrado que aún los más renombrados y supuestamente seguros no lo son. En algunos casos fueron grandes estafas», recordó.
Por ejemplo, mencionó que los bonos del Tesoro de USA si bien dan seguridad, otorgan una tasa cercana a cero, y aunque se mantiene el valor en dólares, la realidad inflacionaria mundial hace que se deprecie el capital.
«La desconfianza, con motivos fundados, hace que muchos inversores no quieran colocar su dinero en los bancos, por más atractivas que puedan resultar las tasas de interés».
Además, señaló que «invertir en ladrillos significa una descapitalización desde un principio, ya que a nivel mundial existe una sobrevaluación de las propiedades producto de la burbuja inmobiliaria, por lo que necesariamente debe darse un reacomodamiento en baja. Y siempre existe el riesgo de que si la crisis se agudiza baje sensiblemente la demanda tanto de viviendas como de locales comerciales y oficinas, con lo cual se dejaría de obtener renta», expresó.
Para Stirtemann, también invertir en agroalimentos conlleva el riesgo de que si la crisis es mas profunda, se frene o disminuya el aumento del consumo.
«Almacenar alimentos esperando mejores oportunidades y precios significa un gasto elevado que no muchas veces se verá compensado», opinó.
Frente a esta realidad, aseveró que «el sector forestal representa una oportunidad de inversión, ya que lo que se plante hoy se cosechará en los próximos 10 a 20 años, cuando la crisis ya debería estar totalmente superada. Y mientras tanto los árboles siguen creciendo, es decir generando una renta que por otra parte es muy atractiva».
Asimismo, el profesional se refirió a las ventajas naturales que presenta Misiones para la inversión forestal. «Solo falta que el estado provincial genere seguridad jurídica y realice una fuerte promoción de dichas ventajas», expresó.
En un rápido balance, sostuvo que el 2008 fue un «buen año» para su empresa y estimó que el 2009 «será igual». «En general, pienso que la crisis no va a ser tan profunda para el sector forestal el próximo año. La crisis obliga a aplicar un esquema keynesiano para generar trabajo, y una de las formas de impacto más directo es la construcción que a su vez es el sector más demandante de maderas», indicó.
Desafíos
Con respecto a los problemas que podrían enfrentar en el sector al 2009, indicó que el principal desafíos para las empresas será «lograr ser más competitivos».
Por otra parte, consideró necesarias algunas medidas desde el gobierno para impulsar la actividad foresto-industrial. Entre ellas, «será fundamental bajar la presión impositiva sobre el sector forestal, que hoy es una de las principales desventajas para producir en Misiones».
Además será necesario «adoptar políticas que generen seguridad jurídica para quienes quieran invertir en la provincia; luchar contra la invasión de tierras de propiedad privada; terminar con el hurto de madera y el comercio informal de maderas; trabajar junto a los industriales en la apertura de nuevos mercados de exportación, ya sea apoyando la participación en ferias y rondas de negocios como en el desarrollo de nuevos productos», precisó.
El mal clima no frena a los empresarios misioneros: el 78,9% prevé invertir en 2009
