Trote lento, elongación, mucha buena onda y el comentario permanente acerca de los planes para el breve receso de fin de año entre los jugadores, fue el clima que se vivió en la tarde del domingo en Santa Inés, cuando el plantel que dirige Pedro Dechat realizó el último entrenamiento del año.
Para cerrar una semana muy exigente en lo físico, que incluyó tareas de resistencia, el entrenador ordenó 45 minutos de fútbol en una cancha reducida con la premisa de pagar facturas y gaseosa para el equipo ganador.
Ese match desafío contó con varias ausencias ilustres como la del arquero Julio Gaona, quien trabajó con el kinesiólogo y luego trotó alrededor de la cancha reponiéndose de la molestia en el aductor. Tampoco estuvo en el campo José Bernal, con trabajos de kinesiología por el esguince de tobillo ni Mariano Medrano, también con tareas diferenciadas.
Por precaución sólo observó desde un costado de la cancha Wálter Cúder, plenamente recuperado de un desgarro, quien prefirió seguir las alternativas alentando a sus compañeros.
Los goles de Dardo Romero, que definieron el pleito, consagraron al equipo de pecheras azules, donde se movieron las mayorías de los habituales titulares en el torneo.
Después de la última práctica, la dirigencia dispuso de un brindis en la concentración para despedir el año, donde el PF recomendó a los jugadores los cuidados especiales para las fiestas de fin de año, fundamentalmente en la alimentación.
«Nosotros decidimos seguir trabajando una semana más para que el plantel mantenga toda la base física que hicimos en estos doce partidos. La evaluación que hago es muy buena a partir de que más allá de algunos inconvenientes al principio y la inesperada lesión de Escobar Fretes, prácticamente no tuvimos problemas y todos rindieron muy bien», expresó el preparador físico de Crucero, Ariel Cóppola.
Consultado acerca de lo que vendrá, el PF adelantó que «el 5 de enero comenzaremos una mini pretemporada «.
