Un testigo negó haber cenado con el ex policía el 17 de junio

Ramón Da Silva contradijo las declaraciones de Gustavo Giersztunowicz y de su mujer.

En la cuarta jornada del juicio sobre el homicidio del cerrajero Miguel Ángel Almiron, los vecinos del ex policía Gustavo Giersztunowicz negaron haber cenado y mirado el partido la noche del 17 de junio de 2004 en su casa. «Nunca tuve una conversación con Gustavo», aseveró Ramón Da Silva.

«Nunca fui a ver un partido y mi mujer tampoco, menos», aseguró el vecino del ex policía, quien recordó haber visto a Ledesma y Klein en la casa de Giersztunowicz. Declaración que decepcionó al imputado y lo dejó notablemente inquieto, ya que él había asegurado en su declaración que la noche del crimen estuvo en su vivienda junto a su esposa y sus vecinos mirando el partido de Boca – River, y que habían cenado reviro con mate cocido, porque estaban pasando por un mal momento.

Otras de las declaraciones que no benefició al ex policía fue el de su propia mujer, Lorena Alderete, quien entró en muchas contradicciones. La primera de ellas, fue cuando dijo ser cristiana pero haber ido al templo umbanda e incluso bautizado en esa religión «sólo por curiosidad».

Además la mujer también aseguró que la noche del 17 de junio miraron el partido con su marido, su vecino Ramón Da Silva y su esposa. Pero que «se quedaron hasta las 23:30 – 24», contradiciendo a Giersztunowicz, quien dijo que se quedaron hastas «alrededor de las 2 de la madrugada hablando»·

La mujer aseguró que su marido fue brutalmente golpeado por los efectivos policiales cuando se encontraba detenido en la Brigada de Investigaciones. Alderete denunció que cuando le fue a visitar, «primero no me dejaban verlo, ahí me imaginé lo peor, flotando en el río. Después fui a hablar con un abogado y me dejaron verlo y estaba desfigurado, era un degradé de negros y lilas».

Klein tampoco fue beneficiado por el testimonio de su ex empleada, Celma Solange Markendorf, quien dijo que «el partido no se podía ver en la casa porque sólo se veía un canal». La mujer aseguró que ella limpiaba la casa hasta altas horas de la noche, pero «nunca su hijo fue a ver un partido, porque trabajaba toda la semana», motivo por el cual tampoco se presentó a declarar en el debate.

Por su parte, Elvira Rotelo, dueña del local donde funcionaba el templo de Ledesma, dijo que «nunca pude recuperar la casa», ahora ésta fue «desmantelada», ya que explicó que se robaron las chapas, maderas y «no quedó nada». Explicó que la vivienda no contaba con instalación de agua, lo que deja en duda el testimonio de Del Río quien dijo que «había estirado la cadena para que no se escuchara la caída del cadáver».

De Oliveira apuntado nuevamente

Eugenio Fernández de Oliveira, quien está acusado de encubrimiento agravado, fue apuntado por un ex presidiario como el autor de los golpes que recibió Miguel Ángel Almiron.

Oreste Biondi, quien estuvo detenido en la Seccional cuarta junto a Fernández de Oliveira, y luego en la cárcel de Loreto con Ledesma y Klein, dijo que un hombre, al que no pudo identificar, «había comentado que él le había dado un mazazo en la cabeza a Almiron».

El ex presidiario dijo que cuando fue trasladado a Loreto, Giersztunowicz le pidió que declarara «lo que me había contado el hombre».

Biondi no pudo apuntar a ninguno de los imputados como el sujeto que le confesó ser el responsable del golpe, pero dijo «se parece a De Oliveira pero tenía pelo largo», look que el imputado negó haber tenido.

El ex reo dijo que en Loreto, «con Ledesma hablábamos de religión, ellos siempre leían la biblia y a mi me interesaba porque soy carismático».

El debate pasó a un cuarto intermedio hasta mañana, cuando se escucharán los alegatos y sentencias.

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