A través de un proyecto quieren enseñar «cómo buscar al hijo en la escuela»

El concejal Octavio Loyola presentó un proyecto de ordenanza denominado «Buscando a mi Hijo de la Escuela», a través del cual se crea el programa de educación vial acerca de «cómo y dónde se debe estacionar cuando me dejan o buscan de la escuela», mediante el cual la dirección de Tránsito Municipal dictaría charlas educativas con entrega de material instructivo y mapa indicativo, de los lugares aptos para estacionar alrededor de cada uno de los establecimientos educativos del microcentro, ante la urgente necesidad de llegar directamente a los niños, para que con su capacidad evolutiva, marquen los errores y se transformen en los directores del nuevo tránsito, a raíz del fracaso en la conducta y educación vial de los adultos, transformándose en un elemento disuasivo del cambio de sus padres.

Sucede a diario en variadas zonas de la ciudad (y es de público conocimiento) que padres y transportes escolares generan un verdadero pandemónium estacionando en doble, y hasta triple fila, a la entrada y salida de los colegios; generando además un conflicto entre las convenientes y correctas normas de convivencia social, y el mensaje que en realidad transmiten los mayores a aquellos cuya vida tienen justamente la obligación de preservar.

El autor del proyecto argumenta y explica.En la última década 78.000 personas murieron en accidentes de tránsito; 1.000.000 resultó herido en el mismo lapso y miles quedaron discapacitadas; y mientras las Madres del Dolor organizaban una suelta de globos como llamado de atención y recordatorio de los seres amados que partieron trágicamente -que se realizó en el Obelisco en la mañana del domingo-, los medios locales nos mostraban la cruda imagen de una niña con el cráneo destrozado, como consecuencia de un viaje en moto con más ocupantes de los permitidos y sin la contención que el casco -en este caso ausente-, debiera haber proporcionado.

Lo poco que se sabe con certeza acerca de las causas de la siniestralidad, es que disminuye cuando se mejora la seguridad de los vehículos y las vías. La siniestralidad es principalmente porque los usuarios (los procesadores) no ajustan su modo de ser y de moverse a las condiciones de los demás elementos del sistema

A más de 50 años de que el ingeniero estadounidense Josef Stannard Baker publicara en «The Traffic Institute» (Northwestern University, Evanston, Illinois, EEUU) los planteamientos teóricos que permitieron planificar una metodología para investigar las causas de los accidentes como una especialidad con objeto y método (cómo suceden), para aproximarse a su origen (por qué suceden), este domingo nos encontró ante una nueva conmemoración del «Día Mundial en Recuerdo de las Víctimas de Accidentes de Tránsito» instituido por la Organización Mundial de la Salud – OMS con lamentables estadísticas y nuevos trágicos accidentes acaecidos.

Tenemos leyes y reglamentaciones suficientes de tipo nacional, provincial y municipal, un estado tutor que acompaña promoviendo el ejercicio de una conducción responsable en calles, avenidas, rutas, caminos, escuelas; ejerciendo el control, y también presente haciendo docencia en el momento de la adquisición de derechos y obligaciones que otorga la tenencia de un carnet de conductor.

Tenemos voces que se alzan al unísono llamando la atención sobre la problemática sin importar la tendencia o sector: La vida es importante y con eso no se especula.

Ningún esfuerzo es chico o sin sentido para cuidar la vida

Sucede a diario en el centro y es de público conocimiento, que padres y transportes escolares generan un verdadero pandemónium estacionando en doble, y hasta triple fila, a la entrada y salida de los colegios; generando además un conflicto entre las convenientes y correctas normas de convivencia social, y el mensaje que en realidad transmiten los mayores a aquellos cuya vida tienen justamente la obligación de preservar.

Mucho también es lo que se ha hecho y se ha dicho sobre la necesidad del uso del casco en los motociclistas y hasta se han generado concursos y oportunidades de acceder a los mismos mediante sorteos y facilidades de pago haciendo su tenencia posible y generalizada, pero continúa ausente de las cabezas de aquellos a quienes debe proteger, mientras cuelgan de algún codo o permanecen olvidados en los domicilios.

Eso mientras no se ve agravada la imprudencia, con la transportación de más individuos de los que permite la capacidad del rodado.

«Sin Casco No Hay Combustible»

Se trata del proyecto de ordenanza que promoverá la firma de un acuerdo con la Cámara de Estaciones de Servicios Expendedores de Combustibles y Afines, y con el Sindicato de Obreros y Empleados de Estaciones de Servicios, Garajes y Playas de Estacionamientos (SOEGYPE), que aportarían con su actividad a la toma de conciencia del beneficio del uso del casco protector, negándose a vender combustible en los casos en que el conductor y/o su acompañante carecieran de él o no lo llevasen puesto.

Precisó Loyola que «ante el desafío de una economía y un crecimiento exponencial de nuestra ciudad, que se expresa con más automóviles, más colectivos, más motocicletas que diariamente se desplazan en las calles, el Departamento Ejecutivo Municipal debe aplicar políticas activas como la presente que se apoya en el Artículo 40 inciso j) de la Ley Nacional de Tránsito N° 24.449, en donde se obliga a los conductores a utilizar casco -que si no tiene parabrisas debe llevar anteojos-, ya que este dispositivo ayuda a prevenir graves lesiones cerebrales a los motociclistas.

Hasta la fecha de inicio de la reglamentación de este proyecto, los empleados de las estaciones de servicios deberán informar a los motociclistas sobre la implementación de esta ordenanza.

Normativas semejantes a ésta ya se están implementando en las ciudades de Mendoza, Salta, La Plata, 3 de febrero Provincia de Buenos Aires y en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, con muy buenos resultados desde la fecha de su promulgación», comentó Loyola.

«Se constituyen en un llamado de atención para que el común recapacite y reaccione.

La seguridad vial es una necesidad material y una obligación ética, moral y social, es una cuestión de supervivencia para los que mueren a diario por no hacer lo necesario para evitarlo, mientras se pierde el tiempo, los recursos y el dinero de la sociedad.

La seguridad viaria consiste en lograr que las personas puedan volver a casa todos los días.

Fuera de eso es entrar en el pensamiento mágico o paradógico, que es inútil y perjudicial mientras los muertos sean de verdad. En esto sólo servirá la verdad».

Dijo Albert Einstein «El cuidado del hombre y de su destino deben constituir el interés principal de todos los esfuerzos técnicos. No olvidéis esto jamás entre vuestros diagramas y ecuaciones.»

Para acompañar al esfuerzo técnico del Estado sólo está faltando un compromiso personal.

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