Búsqueda implacable, noches de tormenta, entre las opciones para ver en el cine del shopping

Búsqueda Implacable es una cinta que nos lleva de la mano por un camino lleno de suspenso y emoción, tocando un tema bastante delicado como el secuestro. Bryan (Liam Neeson), un agente retirado está separado de su esposa Lenore (Famke Janssen), vive solo en su departamento con la única ilusión de hacer feliz a si hija Kim (Maggie Grace) que vive con su madre. Las cosas no pintan tan bien, pero no está todo perdido o al menos no lo parecía.

Escenas de Búsqueda implacable (arriba) y Noches de Tormenta.

Escenas de Búsqueda implacable (arriba) y Noches de Tormenta.

La película se exhibe en el cine Sunstar en el complejo del shopping, San Lorenzo y Bolívar, hasta el miércoles 19 inclusive, junto a otras películas, en los siguientes horarios:

Sala 1:

• Búsqueda Implacable: 16:00, 18:00, 20:00, 22:00, 00:00*

Sala 2:

• Noches de Tormenta: 16:10, 18:10, 20:10, 22:10, 00:10*

Sala 3:

• Escondidos en Brujas: 16:20, 19:50, 21:50

• Rec cast: 18:20, 23:50*

Sala 4:

• El Juego del Miedo 5: 15:50, 17:35, 19:25, 21:15, 23:00, 00:45*

(*) Trasnoche Viernes, Sábados y vísperas de feriado

Programación sujeta a modificación sin previo aviso.

Una segunda oportunidad para enamorarse

Noches de Tormenta, la adaptación del best-seller de Nicholas Sparks -autor de las novelas en que se basaban El Diario de Noa, Mensaje en una Botella o Un Paseo entre las Nubes-, supone la tercera colaboración en la gran pantalla de Diane Lane y Richard Gere The Cotton Club e Infiel -cuya interpretación le valió a Lane una nominación al Oscar-. Este drama romántico es el primer largometraje que George C. Wolfe dirige para la gran pantalla, y lo cierto es que vistos los decepcionantes resultados en la taquilla americana, su carrera en el séptimo arte no ha comenzado con muy buen pie.

Adrienne (Diane Lane), una mujer que se está sobreponiendo a la traición de su marido y lucha por reconstruir su vida sin él, se acaba de enterar de que éste quiere volver a casa. Dividida por unos sentimientos encontrados, se ve aliviada por la oportunidad de escapar cuando una vieja amiga le pide que se encargue de su hotel en Rodanthe durante un fin de semana. Allí, en un lugar remoto de los Outer Banks de Carolina del Norte, Adrienne espera encontrar la tranquilidad que necesitan para replantearse su vida.

Es temporada baja y el hotel debería estar vacío de no ser por la inusual llegada de su huésped solitario, Paul (Richard Gere), un médico de la ciudad. Se trata de un hombre que hace tiempo sacrificó su familia por su carrera y que ha acudido a Rodanthe para hacerse cargo de una difícil obligación y enfrentarse a su propia crisis de conciencia. Se trata de dos extraños bajo el mismo techo. Pero estalla una gran tormenta y los dos se acercan el uno al otro en busca de consuelo e inician un romance que cambiará sus vidas y que recordarán durante toda su existencia.

A veces la vida te da una segunda oportunidad para enamorarte

«Se trata de una historia de personas que descubren que hay una segunda parte en sus vidas», comenta el director George C. Wolfe. Con un bagaje marcadamente teatral, Wolfe es un famoso director de teatro, con dos premios Tony en su haber, y que hace su debut cinematográfico con Noches de Tormenta. «La gente se pasa gran parte de su vida tomando decisiones y haciendo elecciones sobre lo que es bueno o malo, correcto o incorrecto, y a menudo siente que no pueden hacer nada por cambiar las cosas», comenta. «Es como si llegaran a cierto punto y dijeran ‘Vale, ésta es mi vida; esto es lo que he hecho con ella y esto es lo que tengo’.»

«Pero ¿qué ocurre cuando se adentran en la segunda mitad de sus vidas?», se pregunta el productor Denise Di Novi. «¿Puedes encontrar el amor? ¿Puedes dar con el compañero de tu vida aunque no lo hayas encontrado todavía o lo hayas encontrado y lo hayas perdido? La gente siempre está descubriendo nuevos intereses y nuevas facetas de sí mismos. La idea de encontrar tu alma gemela en la mitad del camino no es algo tan inusual; a veces se tarda mucho tiempo y a veces ocurre cuando menos te lo esperas. El sueño de encontrar el amor verdadero no acaba a los 25. Ése es el mensaje de Noches de Tormenta y creo que muchas personas pueden verse reflejadas e inspiradas en esta película».

«Es una historia de amor para adultos», añade Richard Gere, que interpreta a Paul. «Se trata de personas que ya han tenido una vida antes de conocerse y que no están buscando una relación para definirse». No obstante, se trata de una relación que alterará la forma en que se definen y que, a su vez, cambiará el transcurso de su vida más allá del tiempo que pasan juntos. Wolfe lo explica así: «Las circunstancias y la dinámica evolucionan. A veces la vida y el universo nos ofrecen algo que no nos esperábamos y para lo que aún no hemos abandonado nuestras esperanzas».

Noches de Tormenta sugiere que nunca es demasiado tarde para encontrar una verdadera relación y que tampoco nunca es demasiado tarde para recuperar ese yo que perdiste por el camino mientras vivías la vida que creías que querías (o que los demás esperaban de ti). Por encima de todo, se trata de una historia de amor dramática típica de Nicholas Sparks. Diane Lane, que interpreta a Adrienne, atribuye el atractivo de Sparks a «su sensibilidad hacia el corazón de las personas. Creo que a la gente le gusta ver que los demás son como uno y necesitan lo mismo que nosotros, independientemente de su tiempo, edad o circunstancias. El amor lo traspasa todo».

Sparks, autor de best-sellers tan memorables como El Diario de Noa, Mensaje en una Botella y Un Paseo Para Recordar -estas dos últimas producidas para la pantalla por Di Novi- cree que Noches de Tormenta supone un regreso temático a sus orígenes como narrador de historias. «Es una de las novelas intrínsecamente más románticas que haya escrito nunca. Tiene una tormenta, una isla aislada y una pareja con sus propias heridas que se cura mutuamente y eso implica un amplio abanico de emociones humanas: felicidad, tristeza, furia, frustración, pasión, impaciencia y paciencia».

«Lo que me gusta del trabajo de Nick es que da el mismo peso a los personajes masculinos», añade Di Novi, que habla como fan y como colaborador creativo al mismo tiempo, y que cree que la vida emocional de los hombres es a menudo minusvalorada en el cine y en la ficción. «Paul es un hombre complicado. No es sólo el tipo del que se enamora Adrienne. Su experiencia es tan complicada como la de ella y se trata de un elemento de la historia que George y yo nos esforzamos mucho por recrear en la pantalla. Ése es uno de los motivos por los que quería que fuera el director. «Me encanta el trabajo de George», prosigue citando la aclamada dirección a manos de Wolfe del drama Lackawanna Blues. «Su atención al detalle en esa obra, desde el vestuario y los decorados hasta la riqueza general de todo ese mundo que creó tenía un gran impacto emocional. Y yo sabía que aportaría esa sensibilidad también a este proyecto».

Otro aspecto al que han hecho frente los creadores de este film es la forma en que Paul y Adrienne se conocen como personas independientes y totalmente formadas que son capaces de relacionarse pero que llevan al mismo tiempo no sólo una carga emocional, sino también sus propias historias, opiniones y responsabilidades. Según Wolfe: «Ya han experimentado muchas cosas como la pérdida de los padres, el nacimiento de los hijos, los planes y frustraciones y el dolor al que todos tenemos que enfrentarnos».

Paul, que es cirujano, acude a los Outer Banks de Rodanthe para encontrarse con Robert Torrelson, el viudo de una paciente suya que ha muerto accidentalmente. Está claro que lo ha hecho para atar cabos sueltos y, quizás, evitar una demanda, pero hay motivos mucho más fuertes que le impulsan a hacerlo. Richard Gere lo explica así: «Paul decidió hace tiempo anteponer su carrera a todo, para ser todo lo buen médico que le fuera posible, no por el dinero, sino para ayudar de verdad a la gente. Y lo ha logrado, aunque por el camino se ha distanciado de su hijo y ha perdido su matrimonio y su hogar. Ahora que se enfrenta a una crisis emocional y espiritual, abandona todas las demás piedras de toque de su vida anterior. Llega al hotel sin ninguna atadura».

Adrienne llega igualmente libre de ataduras, aunque «sin hacer» podría ser un término más cercano a la realidad. Mientras sigue enfrentándose al hecho de que su marido ha tenido una aventura con otra mujer, se ve sacudida por una noticia mucho más desconcertante como es que su marido ha cambiado de idea y quiere volver con ella. Evidentemente, eso es lo que quieren sus dos hijos, sobre todo su hija Amanda, que ejerce una gran presión para que así sea. Sin duda sería la solución más sencilla, pero… ¿es eso lo que de verdad desea Adrienne?.

«Está en un punto de inflexión: primero se enfrenta al divorcio, y ahora a una posible reconciliación. Adrienne se ha dejado gran parte de su libertad por el camino anteponiendo su familia a todo y se sentía cómoda con ello, aunque en los últimos tiempos se ha ido forjando una nueva identidad en solitario y descubre que no le resulta tan fácil renunciar a ella y volver atrás», explica Diane Lane. «No creo que Adrienne se sienta preparada para un romance», añade. «No es eso lo que tiene en la cabeza. Probablemente no se siente preparada para nada en ese preciso momento, excepto quizás para pasar tres meses en un balneario».

Cuando Jean, la amiga de Adrienne, se va de vacaciones y le pide que se haga cargo de sus obligaciones en la gestión de un pintoresco hotel que posee en los Outer Banks durante un fin de semana, Adrienne lo ve como una gran oportunidad para aclarar las cosas. Al mismo tiempo, el establecimiento ofrece a Paul un lugar confortable en el que prepararse para su difícil encuentro con Torrelson. Este marco también le da a Wolfe la oportunidad de demostrar lo que cree que es uno de los principales temas de la historia: cómo las fuerzas de la naturaleza pueden reflejar la evolución de una relación y cómo una tormenta incontrolable se convierte en una metáfora del poder del amor.

Así, cada uno de ellos llega al hotel en lo que el director describe como «un estado maravillosamente vulnerable. Es como en la vida real, la fe y los elementos se combinan para crear la oportunidad perfecta. Allí, gracias a una serie de circunstancias -cenas, conversaciones, confrontaciones y la entrada en escena en última instancia de un huracán que les obliga a refugiarse en la casa- llegan a conocerse de una forma sincera y poderosa que sólo es posible cuando las personas están fuera de su elemento natural y se ven desprovistas de todas las cosas artificiales que suelen definirlas y hacerlas sentir seguras».

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