Constructores destacan rol de la obra pública para enfrentar la crisis financiera

Aseguran que el sector emplea en forma directa a unas 7.000 personas en la Provincia y genera beneficios a más de 150 industrias asociadas. El próximo lunes 17 de noviembre realizarán la tradicional Cena Anual en el Tacurú. Piden que la Nación adapte pliegos licitatorios de grandes obras para permitir la participación de compañías misioneras.

Gerardo Grippo, Néstor Carvallo, Miguel Peredo y Martín Abramoll, integrantes del Centro de Constructores de Misiones, resaltaron el rol económico y social de la obra pública, frente a la crisis financiera internacional que ya afectó a algunas actividades en la provincia y amenaza con extender sus efectos negativos sobre muchas más.


Grippo, titular de la cámara empresaria enfatizó que la construcción en Misiones ocupa en forma directa a unos 7 mil obreros en forma mas o menos permanente, a los que hay que sumar los empleados de actividades anexas como la de la madera, la metalmecánica, lozas y porcelanas y la industria del automotor, entre otras. Estimó que en total son 150 las industrias que dependen o se benefician con la construcción.


A pesar del fuerte incremento registrado en las inversiones privadas destinadas al sector, especialmente orientadas a edificios de departamentos, el Estado es todavía el principal sostén para el sector. Según estimó el empresario, la obra pública representa aproximadamente un 60 por ciento del total de las inversiones en construcción en Misiones.


Según datos que maneja el centro de Constructores, hace cinco años trabajaban en obra pública no más de 40 empresas, cifra que se fue elevando progresivamente hasta alcanzar en la actualidad más de 200 firmas.


«Desde aquella gran crisis del ’29, superada gracias a las políticas keynesianas aplicadas por el presidente Roosevelt (Franklin Delano, presidente de Estados Unidos de 1933 a 1945), estas crisis se superan a través de políticas que reservan un fuerte protagonismo para la obra pública, como factor preponderante para la recuperación del empleo. Se reconoce que esa es la herramienta más indicada para generar trabajo y riqueza en el corto plazo», recordó Grippo.


De su lado, Néstor Carvallo consideró que «en casi todos los países, el Estado es el principal inversor del sector. Este es un rol que hay que reivindicar, porque las obras de infraestructura básica, como caminos y puentes se pueden conducir solamente a través del Estado, del mismo modo que las políticas de vivienda, hospitales y escuelas, todas ellas con un fuerte impacto social».


«La obra pública no solamente genera trabajo sino que genera soluciones habitacionales para gente, educación digna a través de las escuelas, con carreteras hace crecer a los pueblos», destacó por su parte Peredo.

Presente y futuro


Los tres empresarios consultados, coincidieron en señalar que para las empresas del sector, este año no fue tan bueno como los dos anteriores. «A comienzos de este año hubo una variación hacia abajo en las inversiones y desde entonces, el nivel actividad se amesetó», detalló Miguel Peredo.


Para Grippo, 2008 fue un año particular porque la atención del Estado nacional se mantuvo obligadamente ocupada durante casi todo el primer semestre con la crisis del campo, lo que provocó que parte de la inversión que debería haber sido destinada a la construcción se viera detenida por la incertidumbre generada por ese escenario. «Ni bien superado ese conflicto, surgió la crisis financiera internacional, factor que vuelve a sembrar dudas».


Más allá de los nubarrones planteados por esta crisis, los empresarios son optimistas en sus proyecciones hacia 2009. Consideran que mientras se mantengan firmes las políticas de apoyo a la obra pública, tanto desde la Nación, cuanto de la Provincia, el sector y toda la actividad económica que se generá a partir de él, tendrán un buen desempeño a futuro.

Igualdad de condiciones


En defensa de las empresas provinciales, desde el Centro de Constructores consideraron que la Nación, deberían modificar sus políticas de contratación para dar lugar a una competencia en igualdad de condiciones entre las compañías de las grandes provincias y las misioneras.


Explicaron que los pliegos licitatorios de obras contratadas por la Nación, estipulan requisitos imposibles de cumplir por parte de empresas locales, incluso por aquellas que tienen la capacidad de técnica para llevar adelante la obra en cuestión.


«Son exigencias que tienen que ver con experiencia en obras anteriores. Piden que la empresa haya participado en al menos tres proyectos similares al que se está licitando».

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