La aduana brasileña sólo autoriza el ingreso de 25 kilos de harina por auto, por familia y por mes. Y se puede destinar a únicamente cuatro municipios vecinos. Se agudizó el conflicto por la caída registrada en el comercio de frontera con Brasil San Antonio (Especial)- A raíz del conflicto suscitado con las autoridades aduaneras de Brasil, y que desembocó en la fijación de cupos para el ingreso de harina al vecino país, los comerciantes de San Antonio reclamaron la presencia de autoridades provinciales en el lugar.
Ese planteo surgió anoche, en el marco de una reunión convocada por la Cámara de Comercio, Industria y Afines, ocasión en que se analizó la última disposición de Brasil de restringir el ingreso de harina elaborada en Argentina.
De acuerdo lo expresado en el encuentro, la decisión consiste en autorizar solamente el paso hacia el territorio vecino de una bolsa de 25 kilos de harina por vehículo, por familia y por mes, lo cual perjudicaría notoriamente el intercambio comercial en la zona.
Además, se supo que esa habilitación regirá solamente para los cuatro municipios linderos del Estado de Paraná, no así para una veintena de conglomerados cercanos, cuyos habitantes también se abastecen del municipio argentino.
En particular, durante el encuentro de los comerciantes que se realizaba anoche, se plasmó el «malestar» del sector que se traduciría en un rechazo público a la restricción aduanera de Brasil, así como en un pedido de presencia de las autoridades de nacionales y provinciales para «discutir la situación».
El presidente de la flamante Cámara, Miguel ángel Silva Dico, sostuvo ayer que «la medida instrumentada por las autoridades brasileñas no tienen ningún resguardo jurídico, ya que el comercio fronterizo se rige por normas acordadas por Argentina y Brasil».
En las conversaciones, también se atribuyó el conflicto a una «decisión personal del intendente de Santo Antonio Do Sudoeste, ya que pronto abandonará su cargo y, como se trata de un empresario molinero, evidentemente está abriendo el paraguas a futuro».
El conflicto en la zona, que derivó en el corte de la frontera seca por parte de manifestantes argentinos, se suscitó el pasado 21 de este mes cuando las autoridades brasileñas resolvieron impedir el ingreso de mercaderías, de todo tipo de productos, envasados o no, animales y vegetales.
Asimismo, en la lista las autoridades del Estado de Paraná incluyeron harinas, aceites, lácteos, todos estos contemplados en el tráfico vecinal fronterizo, cuyos alcances fueron suspendidos en forma unilateral por los controles brasileños.
Sin embargo, luego de una serie de desencuentros protagonizados por autoridades municipales, fuerzas de seguridad, comerciantes y pobladores de una y otra población fronteriza de los dos países, se estableció un régimen de excepción, que no colmó las expectativas de los comerciantes de San Antonio, en el lado argentino.
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