Agricultor mató a su mujer y pasará nueve años en prisión

El homicidio ocurrió el 19 de julio de 2007 en el paraje Maybau, de 25 de Mayo. El agricultor tabacalero Hilgo Fridolina Schmidt, de 32 años, fue condenado ayer a nueve años de prisión, por el asesinato a machetazos a su mujer, Veronice Da Silva.

La sentencia fue dictada ayer por el Tribunal Penal 1, a cargo del camarista Francisco Aguirre y secundado por Amalia Lilia Avendaño y Romeo Roque Schwengber, sentó en el banquillo a Hilgo Fridolino Schmidt, de 32 años, acusado de matar a su esposa a machetazos el 19 de julio de 2007, en el paraje Maybau, de la localidad de 25 de Mayo.

El imputado había descargado toda su furia sobre Veronice Da Silva, de 23 años, a quien asestó varios machetazos, uno de ellos amputó su mano izquierda, la cual nunca fue encontrada.

Los testigos explicaron que la pareja tenía problemas de convivencia, y que ya se había separado anteriormente por la violencia familiar existente.

El pasado viernes, fueron tres los testigos que declararon en el debate, como también los tres médicos y psicólogos que atendieron a la víctima y al imputado.

Schmidt se abstuvo a declarar en el debate, pero en su anterior testimonio explicó que la pareja tenía muchos problemas y las peleas eran habituales.

Además, el imputado aseguró que ese día se encontraba en su casa junto a las tres hijas de la pareja. Alrededor de las 17, llegó a la vivienda Veronice Da Silva junto a dos hombres, por lo que se inició la pelea.

El imputado dijo que por defender a sus hijas, agarró el machete con el cual realizaba horas antes tareas agropecuarias, con el cual asestó varios golpes a su mujer.

Schmidt explicó que no midió la violencia con la que efectuaba los golpes porque estaba bajo los efectos de medicamentos.

El debate comenzó el viernes pasado con los testimonios, luego pasó a un cuarto intermedio hasta ayer, cuando se escucharon los alegatos y la sentencia.

La fiscal Estela Salguero de Alarcón solicitó la pena de doce años de prisión por el delito de homicidio simple.

En tanto, el defensor Juan José Engelbrech solicitó la absolución por el beneficio de la duda, ya que consideró que no había pruebas suficientes, y también recurrió a la inimputabilidad de su defendido, ya que éste en el momento del asesinato se encontraba bajo los efectos de medicamentos.

El Tribunal Penal 1 de Oberá decidió aplicar la pena mínima por el delito de homicidio simple, nueve años.

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