La Ceml aseguró que le cortará la energía a Benfide el lunes

La cooperativa eléctrica de Montecarlo reclama a la pastera de Piray una deuda que superaría los 500.000 pesos. Propuso un plan de pago en diez cuotas, pero los propietarios de la celulósica lo rechazaron. A la deuda de la fábrica, se suma otra de 180.000 pesos correspondiente al consumo domiciliario de los trabajadores. El presidente de la Cooperativa de Electricidad de Montecarlo (Ceml), Ricardo Meili, fue contundente: «Si antes del 31 de agosto los arrendatarios de la planta celulósica Benfide no acuerdan una forma de pago para la deuda que mantienen con la cooperativa, le bajaremos la llave de la energía». Aseguró que el capital de la deuda alcanza los 500.000 pesos, cifra a la que habrá que sumar intereses.

El directivo de la prestataria aclaró que el corte no será total, sino que reducirán la potencia para permitir que continúen funcionando las bombas de agua que están dentro de la planta, ya que de estos dispositivos depende la continuidad del abastecimiento del líquido elemento en varios sectores de Puerto Piray.

«Firmamos un entendimiento a través del cual acordamos sostener plena potencia en el servicio a la planta hasta el 31 de agosto, mientras que los responsables de la fábrica, se comprometieron a buscar una alternativa para saldar las facturas que quedaron impagas cuando cerró la fábrica», explicó Meili.

Según el presidente de la Ceml, la cooperativa planteó un plan de pago en diez cuotas, la primera de las cuales vencería en enero de 2009. «Creemos que fuimos muy flexibles al proponer ese plan, pero ninguna autoridad de la planta accedió a firmarlo. Si se aceptan las condiciones allí planteadas, se termina la amenaza de corte», destacó.

Reactivación a medias

Vale recordar que la celulósica de Piray interrumpió sus actividades a comienzos de junio pasado porque la propietaria de la planta, la firma Benfide, se declaró imposibilitada de afrontar los costos operativos.

Tras más de dos meses y medio con sus máquinas apagadas, la planta volvió a funcionar el viernes pasado gracias a la intervención del grupo empresario misionero PCP, que alquiló las instalaciones por 15 años y asumió la responsabilidad de operarla durante ese plazo.

Con PCP al mando de la planta, se halló la formas de enfrentar los costos operativos indispensables para poner a la fábrica en marcha, sin embargo, hasta ahora no se garantizó la continuidad de su funcionamiento.

Ocurre que Benfide dejó cuantiosas deudas con los proveedores de insumos y servicios críticos para la celulósica, entre ellos la Ceml, y del pago de estas cuentas pendientes dependerá la posibilidad de que la fábrica siga en marcha.

Vale resaltar que el contrato de alquiler celebrado entre PCP y Benfide, otorgó a la primera la operación de la planta, pero la propiedad de la fábrica continúa en manos de la segunda. En consecuencia cualquier reclamo por deudas pendientes de Benfide, afectará directamente a la celulósica, por más que su operación haya cambiado de manos.

Cooperativa en crisis

Al respecto Meili explicó que «para nosotros la que sigue tomando la energía es Benfide, aunque sabemos que la que administra la fábrica es PCP, con lo cual la Ceml, entendiendo que hubo un período muy largo de cese laboral, accedió a prestar servicios hasta el 31 de agosto, aún manteniendo la deuda pendiente».

El presidente de la Ceml resaltó que la cooperativa no está en condiciones de dejar pasar la deuda de Benfide, porque la propia prestataria eléctrica enfrenta un proceso de serio endeudamiento y necesita recursos para superarlo. «Necesitamos, por lo menos, una muestra de voluntad de pago para que podamos seguir dando energía a la planta», indicó Meili.

El dirigente indicó que también los empleados de la celulósica mantienen una deuda con la Ceml por consumo domiciliario registrado durante el período de inactividad de la planta, lapso en cual los trabajadores no cobraron sus sueldos. Indicó que el monto total a pagar superaría los 180.000 pesos.

Estamos muy mal

Meili dijo que las finanzas de la Ceml cerrarán el presente mes en números rojos porque el sector productivo de Montecarlo está mal. «En general nadie pudo hacerse cargo de sus obligaciones. La mayoría de las empresas forestales de la ciudad tienen dificultades, esos inconvenientes se trasladaron directamente a nosotros», destacó.

Respecto a los organismos municipales dijo que «están poniéndose al día».

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