Bajó 40 kilos y corrió 46 kilómetros en tres horas y media para cerebrarlo

Se trata de Virgilio Fontana, de 26 años, quien bajo el asesoramiento del médico misionero Horacio Melo descendió de peso, tras alcanzar unos 130 kilos. Para celebrar y demostrarlo unió al trote sostenido la Garita del Kilómetro 10 de Posadas con el santuario de San Pantaleón, en Santa Ana, en sólo tres horas y media.

Virgilio Fontana le hizo frente a la obesidad y con el asesoramiento del médico deportólogo Horacio Melo logró bajar 40 kilos, de los 130 kilos que llegó a pesar. Hoy, a los 26 años y convencido de que los esfuerzos redundan en resultados positivos, redobló la apuesta y unió al trote sostenido la Garita del Kilómetro 10 de Posadas con el santuario de San Pantaleón, en Santa Ana, en sólo tres horas y media.

Al igual que su familia, Virgilio es devoto de San Pantaleón y en el día de ese santo, el 27 de julio pasado, «como una promesa y en agradecimiento a esa gente maravillosa que me acompañó y trató durante mi obesidad», unió los 46 kilómetros que separan la Garita de la Policía Caminera, a la salida de Posadas, con el santuario ubicado en la entrada de Santa Ana.

Virgilio quiere que ese esfuerzo de adelgazar 40 kilos y de correr 46 kilómetros sirva de ejemplo para quienes pasan por una situación similar, «como una apuesta a la vida, sobre todo para aquellos que piensan que no se puede o le tienen miedo a enfrentar esa enfermedad llamada obesidad».

El médico deportólogo Horacio Melo y los entrenadores del Fitness Gym («en especial Joselo ´Petete´») tuvieron mucho que ver en estos logros. Melo fue quien puso las pautas de alimentación, «que siempre trasmito a mis amigos y a mi entorno porque me sirvió muchísimo» y los entrenadores motivaron la práctica del deporte: «no importa el día ni el ánimo; ellos te dan ´pilas´ para lograr los objetivos que hoy están a la vista; y por supuesto, agradezco infinitamente a mi familia y a mis amigos que me brindaron el apoyo constante junto a mis amigos que me alentaron en todo momento. El «vamos Gordo que vas a llegar» fue constante, siempre en medio de un gran optimismo, en un ambiente alegre y de apoyo constante», explica este joven con los objetivos superados.

Y en el plano de los agradecimientos, Virgilio también menciona «a Chapu y a Rosy (Ricardo Nardi y Rosa Bellerbec)», quienes lo acompañaron en el trote de Posadas a Santa Ana.

«Espero que la gente empiece a tomar conciencia del problema que acarrea la gordura; el exceso de peso es una enfermedad que se puede superar con sólo dedicarse un par de horas diarias», reflexiona Virgilio sin revelar, aún, algún nuevo desafío que ya se está proponiendo.

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