Anoche se realizó el espectáculo organizado por novena ocasión en las Reducciones Jesuíticas. El púbico colmó el espacio previsto y hubo mucha emoción en una velada que quedará en la historia.
Un espectáculo de lujo, que conjugó historia con emociones y músicos de primer nivel. El encargado de abrir el espectáculo fue el Ballet Provincial dirigido por la profesora Laura de Aira.
En el inicio del espectáculo, la primera obra representada fue el Pas de deux El Corsario, música de Drigo coreográfica de Petipá, interpretado por Laura Dana y Sebastián Sánchez.
La segunda pieza Pas de deux «Diana y Anteón», con música de Cesare Pugni. Interpretado magistralmente por los primeros bailarines Ayeen Sánchez y Rodrigo Blanco Pérez., despertó un cerrado aplauso de parte de la expectante platea. Ambos cerraron el número con una coda final.
A las 21.20 fue el turno del Coro de la Universidad Nacional de Misiones bajo la dirección del maestro Emilio Rocholl. La primera interpretación fue Tupá e te Jesucristo, a capela. «Padre Jesucristo» fue un canto que se reavivaba cada Jueves Santo en las Reducciones guiadas por los padres jesuitas.
En la segunda parte se escuchó la Misa Misionera, obra del maestro Ricardo Ojeda.
La melodía y los diferentes instrumentos ensalzan la diversidad de la fe en Cristo, un fragmento en ritmo de Galopa, Santo y Padre Nuestro y en ritmo de polquita rural el Cordero de Dios.
Posteriormente se sumo al corola banda de música de la ciudad de Posadas para la entonación de la Habanera de la ópera Carmen; un fragmento de la opera Nabuco y de la pieza Aida de Giuseppe Verdi con la incursión del ballet provincial con coreografía de Laura de Aira.
Entre los presentes en la cálida noche en el predio de las Ruinas Jesuíticas estuvieron el jefe de Gabinete, Ricardo Escobar junto a su esposa la subsecretaria de Cultura Silvia Risko; el ministro de Educación Hugo Pasalacqua y el intendente de la localidad de San Ignacio Arturo Vanderdorf.
Recital de lujo
Con una presentación que recordó sus inicios y logros después de 25 años de carrera la reconocida cantante Valeria Linch subió al escenacio y un cerrado aplauso la recibió con calidéz.
«Agradezco profundamente el honor de estar en este escenario tan espectacular y poder compartir con ustedes este momento», dijo.
De esa manera e interactuando constantemente con miles de almas que se dieron cita en el recital gratuito que fue uno de los que contó con quizá la mayor convocatoria en sus nueve ediciones se vivió un show único. Con un sonido que no dio lugar a quejas se y la transmisión en vivo para todo el país por canal 7, Valeria le cantó al amor y recibio la ovación del público.
Canciones como No llores por mi Argentina, Que ganas de no verte nunca más, Mentira, Amiga Mia, se metieron en el bolsillo a los misioneros y turistas que corearon a viva voz junto a la impecable intérprete.
La acompañaron cuatro músicos y cuatro coristas que tuvieron su espacio en el espectaculo interpretando una canción en honor a Luciano Pavarotti que motivó un aplauso cerrado.
Después fue el turno de las canciones movidas y Valeria arengó a su público que en todo momento le respondió con creces y fue tan protagonista en la noche como ella.
El operativo de seguridad en la ruta también fue un dato interesante al igual que la organización del recital en el predio de las Reducciones Jesuíticas.
«Es muy gratificante poder estar en el interior de la Provincia y agradezco que hayan confiando en mi las autoridades del Gobierno de Misiones y me permitan acercame al público de toda la Argentina», sostuvo la cantante.
Con su particular humildad Valeria se dio el gusto de recibir de manos de unos pequeños una orquidea y se animó a acercarse hasta el borde del escenario para firmar un autógrafo al niño que con admiración le pasó papel y birome.
Sin dudas el espectáculo recibió las mejores de las críticas por los asistentes que una vez más responden a la convocatoria religiosa y cultural para estas fechas.
