Confirman primera muerte por fiebre amarilla en Misiones

El jornalero de San Vicente padecía la enfermedad y su hija aún se encuentra internada en Oberá, también dio positivo en los análisis del Instituto Maiztegui. Hay un solo caso sospechoso. Son cinco los casos de la enfermedad detectados en Misiones, son de las localidades de San Vicente y Eldorado. Intensifican las medidas preventivas en la zona

[su_note note_color=»#cdcdcd»]Recomiendan vacunarse a quienes aún no lo han hecho y saneamiento en hogares para evitar los reservorios.[/su_note]Tras 40 años de inexistencia de casos en el país, la fiebre amarilla se cobró la primera víctima en Misiones, al confirmarse que el jornalero Lorenzo Rodríguez, oriundo de San Vicente, había fallecido como consecuencia de esta afección.

Asimismo, los resultados del Instituto Nacional de Virología Julio Maiztegui también dieron afirmativos para la hija de Rodríguez de 16 años que se encuentra internada en el hospital Samic de Oberá, según precisó el ministro de Salud, José Guccione.

En tanto, el funcionario indicó que en total son cinco los casos confirmados, entre ellos el de Marcelo Dornell, el primer afectado convalidado por la cartera sanitaria, y dos más de las localidades de San Vicente y Eldorado, que se suman a la del padre e hija, ya mencionados.

Por otra parte, Guccione comentó que se han descartado tres casos que se encontraban entre los sospechosos porque se comprobó que las personas afectadas padecieron los efectos de la doble inmunización antiamarílica.

En tanto, el ministro indicó que hace más de diez días no se registran nuevos casos sospechosos, quedando sólo uno en espera de los resultados de los análisis del instituto Maiztegui.

Guccione aclaró que llevan entre siete a doce días las prácticas que desarrollan en el laboratorio para determinar si el paciente tuvo o no la afección. Respecto a la situación del caso sospechoso, Guccione aclaró que el paciente se encuentra internado en el Samic de Eldorado y que su evolución es favorable al igual que la de la hija del fallecido Rodríguez, que está internada en el Samic de Oberá. En cuanto a los otros casos confirmados, el ministro señaló que uno es el fallecido y que los otros dos ya están dados de alta y con buena salud, uno de ellos es el joven Marcelo Dornell, de 24 años de la localidad de San Vicente.

Por otra parte, Guccione se refirió a la situación sanitaria de la provincia y dijo que no cambia, ya que los contagios siguen siendo de fiebre amarilla selvática y apuntando a la prevención para que no se extiendan al área urbana.

En este sentido, el funcionario indicó que refuerzan las tareas preventivas en la zona de riesgo, siendo una de las medidas que San Vicente sea el centro de distribución de las vacunas antiamarílicas.

Por otra parte, el subsecretario de Salud de la Provincia, Carlos Báez señaló que se han aplicado unas 365 mil dosis de vacunas antiamarílicas en Misiones desde enero de 2008 y alrededor de 1.200.000 desde inicios de las campañas en el 2001.

En este sentido, el funcionario indicó que deben tener en cuenta que se inmunizaron muchos ciudadanos paraguayos, brasileños y extra Mercosur que circulaban por la Provincia.

Así también, Báez sostuvo que muchas personas se han vuelto a inmunizar, según se desprende del relevamiento de las dosis aplicadas en Misiones.

El Nea y la afección

Además de los cinco casos confirmados de fiebre amarilla en Misiones, el Ministerio de Salud de la Nación informó que hay vigilancia epidemiológica de 100 casos sospechosos son de fiebre amarilla. Las muestras de sangre posiblemente infestada fueron enviadas al Instituto Maztegui mayoritariamente desde Formosa y Misiones, pero también desde Corrientes y Chaco. El director nacional de Prevención y Enfermedades y Riesgo, Hugo Fernández, confirmó a los medios que más de 100 casos febriles sospechados de ser fiebre amarilla son estudiados para su confirmación o descarte.

Los antecedentes de la fiebre amarilla

Pensar en esta enfermedad infecciosa, que mata entre un cinco y hasta un 50 por ciento de los infectados que no llegan a tratarse, parece asemejarse a un relato histórico de las epidemias de fiebre amarilla que sufrió la Argentina en el siglo XIX.

La más feroz, dejó un saldo de trece mil muertos en Buenos Aires en 1871, luego del regreso de las tropas de la guerra contra el Paraguay, país en el que los soldados habían contraído la enfermedad.

De unos 190.000 habitantes, murieron catorce mil. En algunos días murieron más de quinientas personas en 24 horas.

Mas de un siglo después, la fiebre amarilla vuelve a alertar a los poblados de nuestro país, principalmente a aquellos cercanos a Misiones donde la enfermedad ya fue declarada y se cobró la primer víctima, la solución inmediata es vacunarse.

Indican que la afección sigue siendo de origen selvático

El Ministerio de Salud de la Provincia de Misiones aseguró que todos los casos registrados de fiebre amarilla son de carácter selvático y que afectaron a personas que realizaban tareas en el área rural en cercanía a la zona de riesgo.

Respecto a la enfermedad, los especialistas explican que existen dos tipos de fiebre amarilla: la selvática y la urbana. La selvática registra casos principalmente en Latinoamérica y África, donde las selvas son abundantes, y afecta a un gran número de personas que residen en esas zonas.

En esos casos, los monos son el «reservorio», es decir, el lugar donde la enfermedad se desarrolla. Al picarlos, el mosquito queda infectado y contagia al humano (con otra picadura).

La fiebre amarilla urbana está vinculada con ciudades y poblados y es transmitida por el Aedes aegypti. En tanto, en las zonas pobladas esta especie de mosquito transmisor vive y se desarrolla en cualquier recipiente, por más pequeño que sea, donde quede agua estancada.

En este sentido, otra medida preventiva apunta a eliminar cualquier tipo de objeto que facilite su reproducción como restos de botellas, latas, macetas, pequeños frascos y trozos de planteras, entre otros.

A diferencia de otros mosquitos, que atacan a una sola persona o a pocas hasta «llenarse de sangre», esta especie pica sucesivamente durante su vida adulta -estimada en cuatro meses-, por lo que incrementa su capacidad transmisora.

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